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"Quiero que sepas
con todo, no dejaré esto ir
estas palabras son mi alma y mi corazón
me aferraré a este momento lo sabes"- With Me, Sum 41.
Lily odiaba New York, detestaba la ruidosa ciudad, sobre todo en la semana de la moda, sentía que siempre corría, nunca tenia tiempo para nada más que modelar y apenas podía respirar.
Y esa rutina desde hace dos años estaba acabando con su paz mental.
Recordaba aquellos momentos donde su vida era "normal" y daría lo que fuera por volver a Corea, con su madre y no haber incursionado en el mundo de la moda. Rogando que no le rompieran el corazón por primera vez para quizás de esa forma sentirse un poco más completa.
La chica mira su teléfono, sonriendo ante la foto de su padre Henry sonriendo ante la cámara y su cachorro Kal apoyado en ella mientras miran el teléfono, quizás no todo había sido tan malo. Ahora estaba con su padre, el cual no la dejaba sola, lo cual ella agradecía cada segundo de su vida.
- Lily- saluda Virginie, la diseñadora de la marca Chanel, besando sus dos mejillas viendo como el maquillador comenzaba a aplicar los productos luego de esperar por cortos diez minutos- necesito que mañana vayas a firmar un comercial al hotel plaza.
- Claro- responde ella cerrando los ojos cuando se lo solicito la persona que aplicaba el maquillaje, para aplicar la sombra de ojos en movimientos que apenas podía sentir, casi como caricias en su rostro- no hay problema Virgine.
- Haremos el comercial en tres idiomas, coreano, francés e inglés- dice la mujer retocando ella misma su labial mientras observa a Lily - ¿Puedes hacerlo?
- Claro que sí Virgine, no es una dificultad para mi... mientras no me pidas hablar en alemán o ruso, sabes que es el más difícil para mí... No tengo ningún problema.
- No te preocupes- responde la mujer tocando su hombro en señal de apoyo-nos vemos en el cierre del desfile. ¿Por cierto vino a verte tu padre?
- Papá esta en Londres... creo que mando a Sebastian a cuidarme, ya sabes no me deja estar sola en una ciudad tan grande como esta- sonrie ella.
- Cosas que hacemos por nuestros hijos- sonrie la mujer.
Lily solo sonrie, sabiendo que eso no era del todo cierto, su papá temía que en cualquier momento ella recayera en su trastorno alimenticio, por lo cual siempre tenia gente a su alrededor para cuidarla.
- Ese hombre es muy guapo... ojalá se queden a la fiesta ¿Sigue soltero ese guapo tío tuyo? - sonrie la diseñadora.
La chica solo asiente dejando que el estilista, comience a peinarla sin dejar de pensar en cómo le dolía ver a el hombre con alguien más, quizás era su culpa, Lily conocía a Sebastian desde que era una niña, pero se sentía atraída de él hace bastante tiempo, Sebastian siempre estaba cuando ella tenía algún evento o situación importante, llevándola por un helado u hacerla reír... Pero solo era un amor infantil.
