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"Quererlo era suficiente
para mí era suficiente
vivir con la esperanza de todo
cancele planes en caso de que llamaras
y dijeras "ven a verme detrás del centro comercial"
demasiado para un amor de verano y decir un "nosotros"
porque no fuiste mío para que te perdiera"
- August, Taylor Swift.
Lily gemía con el vestido sobre su cintura, la chica tiembla de placer mientras Sebastian se mueve en rápidos vaivén afirmando sus muslos. El hombre besa su cuello mientras siente las contracciones del interior de la rubia anunciado su orgasmo. Lily muerde el cuello de Sebastian para no gritar mientras este afirma sus muslos gruñendo al sentir como las contracciones de la chica anunciaban su orgasmo.
Sebastian gruñe haciendo una marca en el cuello de Lily mientras se derrama dentro del preservativo.
- Creo que no volveré a caminar- murmura Lily con las piernas temblando, afirmándose de los brazos de Sebastian.
- Dame un segundo- murmura el hombre besando sus labios momentos antes de botar el preservativo, arreglar su ropa y hacer lo mismo con el de Lily. Sebastian carga con cuidado a la chica haciendo una mueca.
- ¿Qué? – cuestiona ella viéndolo.
- Deberé darte de comer más, estas demasiado delgada.
Lily niega riendo, dejando que el la lleve a su habitación, ella acomoda su rostro contra el cuello del hombre. Al llegar a la habitación la chica nota que esta en la del hombre, no dice ni una palabra cuando el, la recuesta con cuidado bajo las sábanas saca sus tacones y baja el cierre del vestido dejándola solo con bragas. El cubre su cuerpo con cuidado antes de besar sus labios haciéndola sonreír.
- Volveré en una hora- murmura el hombre acariciando su vientre plano - ¿Ok?
- Ok- sonrie ella mientras el acaricia su mejilla.
- Te traeré algo de comer ¿Sí?
- Una sopa- murmura ella adormilada.
- Bien- sonrie caminando a su closet sacando un sweater haciéndola sentarse y abrochándole la prenda- trata de dormir ¿Sí?
Lily se acomoda mejor en la cama, abrazando la almohada hasta quedar profundamente dormida.
Sebastian sale de la habitación y mira como Ana sonrie petulantemente afirmándose en una de las paredes.
