𝓢𝓪𝓫𝓪𝓷𝓪𝓼

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En cada reino existen roles.

Los súbditos, los caballeros, las bestias y los reyes.  

Y las tres pandillas fundadoras tenían quienes ejecutarán ese papel sin problemas o chisteos. 

El líder de Black Dragon tenia a Taiju Shiba y Takeomi Akashi como sus fieles caballeros, ambos orgullosos de servir al noble rey de tierra. Pero sin dudar, no había nadie más que Wakasa Imaushi quien cumplice su rol como el fiel leopardo blanco, la bestia del reino del Oeste. 

Por otro lado, la corona de Tenjiku poseía a los fieros hermanos Haitani como caballeros y junto con la ayuda de Kakucho Hitto como el Puma renacido, protegían y cuidaban el fiel régimen que su imponente rey del infierno daba a sus súbditos. 

Y por ultimo esta la Tokyo Manji. Ubicado en el centro de los tres reinos, regida por el hermoso rey del cielo y su leal reino. 

Keisuke Baji y Ken Ryuguji son aquellos que juegan el papel de los caballeros del rey, y a su lado descansaba aquel fantasma que vaga entre las tres pandillas. Kazutora Hanemiya, quien era la bestia que representaba ToMan, el preciado tigre de las deidades. 

Los tres hermanos sin saberlo poseían coronas sobre sus melenas que adornan aún más su paso ante los que tenían la suerte de observarlos con atención. 

Una reluciente corona de plata sobre la cabeza de Shinichirō.

Una excéntrica corona de oro sobre Izana 

Y una hermosa corona de cristal sobre Mikey. 

E incluso, esa delicada tiara hecha de lirios sobre la brillante cabellera dorada de la única mujer en esa familia. 

Los cuatro ignoraban por completo aquellas hermosas diaras que adornaban sus hebras y que parecían estar a la vista de todos, de todos menos de ellos. 

— Oh, hola Draken! —Y ahí estaba, el mayor de las deidades observándolo con amabilidad completamente ajeno al estrago que el menor de sus hermanos creaba dentro de él. 

El rey de la tierra brilla con una luz y alegría única, incluso cubierto de vendajes por lo que parece haber sido una pelea, él se postraba frente a él y sonreía con alegría relucía ante aquel que cuidaba de su adorado hermano. 

Dios si que tenia un parecido estúpido con Takemichi. 

— Quítate, estorbas. 

— Izana mas respeto con el amigo de Mikey. —El regaño hizo voltear con ironía al menor, el cual solo pudo responder con una débil patada hacia el pie de Draken robandole un quejido.— ¡Kurokawa!

— No me llames así. —Y al contrario del mayor, el rey del infierno con su particular actitud hacia sonar sus pasos con fuerza demandante. 

— Mikey y el son igualitos. —Claro, como olvidar a la hermosa princesa.— ¿No crees que es lindo, Shin? 

— Manjiro es más fácil de lidiar. —Se quejó el pelinegro rascándose la cabeza.— Hace mucho Izana dejó de escucharme. 

— ¿Por que no le pides ayuda a Mikey? —Sugirió la menor dándole entrada a Draken.— Ah el lo escucha. 

— Que tan bajo voy a caer como para pedirle ayuda a mi pequeño y lindo hermano menor. 

— No puedes caer más bajo Shin. —Se burló la joven.— Anda ya o llegaras tarde y hoy debías reunirte con Kazutora y Wakasa. 

— ¿Eso que? Ellos se llevan de maravilla. 

— Ellos sí, pero la humanidad con ellos no. —Emma aún recordaba cómo terminó acompañando a Shinichirō hasta la comisaría para poder sacar a Wakasa de las rejas por golpear a un grupo de chicos de la edad de Mikey. 

|| Los caballeros del Rey || Drakey - BajiToraFuyu ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora