Ring Ring –Sonó la alarma.–¡Ooh, rayos!
–Cinco minutos más... –Me río de mí mismo. –¿A quién le éstoy diciendo esto?
–¡Aaah! Demonios, si quiero terminar esta tortura temprano será mejor que me vaya de una vez.
El día...
Es martes lo que significa que voy a ver a mi adorable prima. Por no decir otro adjetivo.
Ahyoung es una de las pocas personas con las que hablo. Y la única a la que realmente escucho.
Vamos, ánimo, nos espera un gran día.
Ja, si me pagaran por cada frase sarcástica que pasa por mi mente ya sería millonario.
Salí de casa con rumbo a la sofisticada secundaria en la que estudia Ahyoung. No podría estar en una más cara porque mi tío no tiene más dinero.
Y unos 50 minutos después ya estaba en el lugar, podría haber tardado mucho menos. Pero no me gusta la interacción en los medios de transporte. Muchas personas concentradas en sí mismas, no les interesa lo que pasa a su alrededor. ¿Por qué deberían?
Así es el mundo de hoy en día.
A las personas no les importa tener que aplastar a otras con tal de obtener lo que quieren. La humildad, compañerismo, y empatía son rasgos que han desaparecido por completo. La humanidad ya se extinguió...
Bueno. ¡Ya basta, de analizar este cruel y patético mundo!
Debo prepararme para el bombardeo de preguntas semanales.
Se está acercando...
3... 2... 1.
–Hola, pequeño fastidio.
–Hola, y no seas idiota. –Dice ella.
–Sabes que me amas.–Sí, claro, lo que tú digas. –Rodé mis ojos.
–Entonces... –Empieza. –Dime, ¿ya tienes novia? ¿Hiciste un nuevo amigo? ¿Sigo siendo tu BFF? Te ves pálido, ¿no has salido mucho? ¿Estás comiendo bien?
–¡Ya! –Dije en un tono exasperante. –Para, ¿vas a comenzar con eso? Enserio, ¿no te cansas de hacer las mismas preguntas semana tras semana? Mejor ven, te acompaño a casa. –Y me di la vuelta para comenzar a caminar entorno a su casa.
–Perdón, creí que te gustaba la monotonía. –Dijo con un poco de fastidio. –Además, te veo una sola vez por semana y después no puedo hablar contigo. –Baja su tono de voz apartando un poco la cara pero eso no evita que pueda ver con infla sus mejillas.
–¿De verdad? ¿Me vas a decir eso con tu voz tierna y tu carita de cachorro regañado? –Dije algo desafiante. –Ugh. –Maldigo internamente. –¿Por qué siempre caigo con lo mismo?
–Ja, ja, ¿ves que si tienes sentimientos?
–No te confundas, solo cedí ante tu poder de persuasión. –Mentí.
Es mejor seguirle la corriente, así no entramos en polémica, de verdad no me gusta pasar el poco tiempo libre que tengo discutiendo por niñerias y sé que tampoco pongo de mi parte para que suceda, pero... Aveces, es divertido molestar a las personas.
–Entonces... –Empezó.
–Está bien. –Dije en tono de rendición. –Uno, no, no tengo novia. Dos, sabes que no me agradan las demás personas. Tres, no exageres. Cuatro, me gusta mi tes pálida, no me expongo mucho al sol y no es tu problema. Y por último, como cuando quiero.
–Bueno, sabes que ese acto del chico maduro, inexpresivo, y sin sentimientos no funciona conmigo.
–No es un acto, así soy. –Dije secamente.
–Sí, claro, di lo que quieras pero te conozco desde que tengo memoria. Sé que no te gusta hablar del tema... Pero antes no eras así... –Ella dijo con un semblante serio.
–Mejor cierra la boca, antes de que digas algo de lo que te arrepientas. –Dije más grosero de lo que me hubiese gustado, la verdad es que de todas las personas que me podrían haber dicho eso, ella es la única a la cuál se lo dejo pasar.
–Está bien, lo siento, pero tampoco tienes que hablarme de esa manera... –Dijo un poco herida y cabizbaja.
Hubo una pequeña pausa mientras lo aires se calmaban...
–Bueno, hice mal al responder así. –Dije. –Dejando de lado eso, sé que tienes algo que decir, así que habla de una vez.
No dijo nada por unos segundos. Hasta dudo antes de decir algo, ese algo, pero igual lo dijo...
–Se acerca esa fecha y mi padre dice que aunque sea una vez le gustaría que estuvieras allí. Además le desagrada que si tengas tiempo para estar conmigo pero que no tengas tiempo para eso.
En ese momento sólo podía fruncir el seño, y lo hice por un momento.
La incomodidad era palpable en el aire .–Parece que el tío Yonghyun se molestará más conmigo entonces. –Dije sin mucha importancia.
–Ban, de ver-
Ni siquiera dejé que terminara.
–Ssh, si quieres que sigamos hablando será mejor que olvides el tema.
No hablamos hasta que llegamos a la esquina de su casa, y decidí despedirme.
–Adiós mi pequeño tormento. -Dije un poco amistoso.
Ni siquiera lo pensó, solo se acercó y me dió un abrazo, tenía un rastro de lagrimas que recorría sus mejillas y terminaban en su marbilla; simplemente se despidió.
–Adiós, te quiero mucho, chico insoportable.
Y se marchó.
Sé que algo más pasaba, pero no era de mi incumbencia.
***
Como de costumbre, estaba caminando a casa solo, pensando en toda clase de estupideces, de esas que sirven para rellenar el basto camino de regreso.
Sé que ella parece como cualquier otra chica inmadura de secundaria, pero es mucho más que eso. Por mucho, ella y mi abuela son las personas que más me han apoyado y las que siempre estuvieron allí.
Y puede que no tenga mucha edad pero es bastante lista, organizada, analítica, y sabe reaccionar ante cualquier situación. Además de que compartimos la misma pasión por el arte.
Se podría decir que es especial para mí...
¡Ah!, ni siquiera sé que hago pensando en esto, es basura que me desconcentra, es mejor borrar el casette. Vamos, la seca y fría atmósfera del invierno que se acerca podría ser de ayuda.
Dolor, frío, desesperación, ansiedad, amargura..
¿Cuán necesario es el dolor para recordarnos nuestra vulnerabilidad?
Que oportuno es el frío, para matar nuestra sencibilidad, para hacernos sentir el denso aire pasar por nuestros pulmones, ¿y todo para qué...?Dolor, frío, desesperación, ansiedad, y amargura, nos acompañan en la sola y oscura noche.
Blanco y azúl...
Blanco, el destello de luz que buscamos desesperadamente en la oscuridad; te da esperanza de un día sentir el calor y el ya no estar solo, un falso pensamiento de pureza y prosperidad.
Luego está el doloroso y necesario frío desgarrador que te mantiene en la realidad, que te recuerda que es necesario pensar bien las cosas, y congela tu inestabilidad y vulnerabilidad. El azúl es necesario para poder vivir con tranquilidad.
Ver el mundo en blanco y negro, creo que me ha enseñado a ver en blanco y azul...
Tal vez sin caer demasiado profundo, llegar a lo tan oscuro... O tal vez ya estoy ahí, sólo pudiendo ver la claridad lejana desde abajo.
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Pensamientos de un chico despreocupado
Roman pour AdolescentsShin Ban-ryu Es un chico, que por diversos motivos ha cerrado su corazón y ha dejado de creer en las personas. En el transcurso de la historia va aprendiendo a ver el mundo desde una perspectiva diferente, además de la suya.