Capitulo 01: Ojos Miel

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Ser un doncel... no te da privilegio alguno, desde mi infancia fue así, cuando mis padres se enteraron, las exigencias fueron peor de lo que pensé, mientras que mis hermanos jugaban afuera en el césped del gran jardín, yo tenía que estar dentro de casa con mi hermana, ambos aprendiendo lecciones de modales, lecciones de baile, piano, historia, literatura, escritura, ¡bah! Inclusive me obligaron a tomar clases de tejido cuando había dicho que no quería tener esa clase de educación, pero así eran las cosas, las diferencias eran demasiadas en este mundo y con mi familia, la clase alta es un asco.

Ser como yo, implicaba reprimendas en exceso, mientras mis hermanos podían comer como unos verdaderos perros sarnosos que devoran la comida como si no hubiese un mañana, mi hermana y yo teníamos que comportarnos en la mesa, codos debajo de la mesa, sin prisa con cada alimento, masticarlo con cuidado, no sorber las sopas enfrente de los invitados, recordar siempre dar pequeños sorbos a la copa de agua o vino, elegir los cubiertos adecuados para la entrada, el plato fuerte y el maldito postre. La educación es adecuada, la vestimenta de un doncel debe ser agraciada, pero no demasiado, no debe mostrar colores fuertes y dominantes, no debe de tener el gusto de querer usar botas, no debe dejar que las imperfecciones estén sobre su piel, el cabello siempre debe estar limpio y bien peinado, sin rastro alguno de imperfección, siempre sonriente y con gestos amables atender a toda persona que se interese en hablarle.

Ciertamente todo aquello quería que terminase, que se fuera muy lejos de mi vida, pero no fue del todo así, no cuando mi madre me dijo que era hora de cumplir con mi deber como doncel, pensé que estaría al lado de mis hermanos mayores, dirigiendo la empresa de nuestro padre, pero no fue así, mi madre aquella tarde de abril en la que había una pequeña humedad en el ambiente y en la que me encontraba dando un pequeño paseo con mi hermana, había traído a un hombre para que se presentase ante nosotros, el hombre me doblaba la edad, mi hermana se vio más interesada en él, y yo me vi de lo más renuente ante su presencia, supe en ese preciso momento, que no tenía un deber en particular, mi madre me había educado todo este tiempo para ser uno más del montón en la vida de alguien más, un sirviente y una maldita fábrica de críos.

Mi madre no entendía porque razón siempre lograba que cada pretendiente que quisiera verme se fuera con ganas de no regresar jamás, a pesar de que siempre le decía que no era culpa mía, la realidad era muy distinta, yo los hacía irse, todos eran hombres que no estaban en mi interés, algunos me sobrepasaban por más de cinco años de diferencia, y sinceramente no quería que alguno de ellos me tocase, ni siquiera, aunque me dieran un buen pago los dejaría.

Pase casi dos años sin tener un pretendiente, veintiún años fue mi edad cuando por fin logré encontrar a alguien que me llamo por completo la atención y que mi madre estuviera de acuerdo con él, era algo que no podía perder, Hwan Hangil, ese es su nombre, dos años mayor que yo, me sacaba una cabeza de altura, ojos de un marrón claro, piel levemente bronceada, semblante serio y amigable a la vez, cejas definidas y finas, labios algo pequeños y poco abultados, y cabello de un tono castaño como el chocolate, siempre llevaba la frente despejada a pesar de que tenía el cabello levemente largo, siempre utilizaba trajes elegantes para venir a verme, el cortejo duro casi ocho meses, para mi madre fue lo suficiente como para que él me pidiera matrimonio.

Acepte por el simple hecho de querer largarme de allí, mi familia es asfixiante, pero lo es más mi madre. Casarme era el boleto de salida definitiva de ese lugar, así que no lo pensé mucho, y ahora estaba aquí, en mi boda, la ceremonia iba a comenzar, y me duele la cabeza.

—¡Por el amor a Dios, Minki! —ya estaba harto de esto—. ¿Podrías dejar mi cabello de una vez?

—Tu madre especifico que te peinarán lo más inocente posible —miro hacia el frente, en el espejo—, pero con esos gestos pareces un demonio.

Midnight Lovers  (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora