Capitulo 05: Supuesto Negocio

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Ciertamente los negocios que maneja Hangil, no me deberían de incumbir mucho, siempre en la sociedad alta esta mal visto que los donceles como yo se enteren de los negocios de sus maridos, por supuesto para mí eso se trataba de un asunto absurdo, cualquiera le gustaría estar al pendiente de lo que pasa con su esposo, pero por supuesto Hangil pensaba muy distinto a mí, si hablaba sobre sus negocios, lo hacía ver disimuladamente aburrido, siempre se movía perezosamente ante mí cuando le preguntaba acerca de su trabajo, era comprensible, él sabe las normas por las que me rijo, pero por supuesto no soy alguien que le guste seguir las normas, aunque a veces mi sumisión ante ellas era más evidente, aunque me gustase quejarme de las ridículas normas, debía obedecerlas, sino me tacharían de mal doncel, y eso afectaría más a Hangil que a mí en cuestión y ansiaría gravemente el apellido familiar, así que era mejor mantenerme en compostura.

Aunque estos días han sido sumamente solitarios a decir verdad, desde mi encuentro con Hangil, no había hecho más que salir de la casa para seguir con sus negocios, inclusive aquella palabra me estaba pareciendo más una excusa para no estar a mi lado, y creo que es la realidad, pero esperaba que no lo fuera, no del todo, ahora mismo me encontraba en casa, los sirvientes estaban limpiando la cocina, algunos la sala principal de la casa y otros se encargaban del jardín, yo simplemente me paseaba para poder percatarme de todo lo que pasaba a mi alrededor, no debía de dejar pasar nada de mi alrededor, cualquier desperfecto sería culpa mía y el doble de la culpa recaía en los empleados, todo debía ser pulcramente perfecto.

Pude haber seguido con mi rutina de vigilancia, pero una chica de esbelta figura que portaba el uniforme color negro venía corriendo hacia mí, sus mejillas tenían un leve rubor y su mirada estaba sobre el suelo en cuanto me miro, detuve mis pasos en cuanto la vi acercarse, y ella camino con menos prisa hacia mí, su pecho subía y bajaba, mientras trataba de recuperar el aliento, y entonces hizo una pequeña reverencia hacia mí.

—Joven Min —me dijo—, hay un hombre —dejo un pequeño espacio para tomar aire—, lo está esperando en... la entrada.

—¿Un hombre, dices? —eleve una ceja no entendiendo sus palabras—. No esperamos visitas.

—Lo envía su esposo —¿Hangil? ¿Por qué me tendría que enviar un hombre? La sola idea de creer que él quiera que pase mi día con alguien más paso por mis pensamientos, pero inclusive era ridícula, la descarte por completo—. ¿Le digo que se marche?

—No —dije de inmediato—, iré a ver de quien se trata —la chica dio una nueva reverencia—, ¿por casualidad sabes quién es?

—No, joven Min —menciono ella—, lo único que me dijo es que quería hablar con usted con urgencia.

¿Urgencia?

—Esta bien, iré a ver de quien se trata —ella volvió a hacer una reverencia—, gracias por avisar.

—No hay de que, joven Min —ella se quito de enfrente para que pudiera comenzar mi camino, le dedique una pequeña sonrisa antes de comenzar mi camino.

Esto era extraño, han pasado casi tres semanas desde que Hangil se marcho para acudir a sus dichosos negocios, ni siquiera se a atrevido a tocarme ni un solo día de los anteriores a esas tres semanas, y a pesar de que no me gusto como lo hizo la primera vez, estaba dispuesto a entregarme de nuevo, y disfrutarlo, pero por lo visto, este hombre ni siquiera tenía la intensión de tocarme, y eso era fastidioso, y ahora esto, no se digna a volver a casa, y se dispone a enviarme a un desconocido para quien sabe que, ¡bah! El sabor amargo no tarda en inundar mi boca, me siento totalmente fuera de mí, pero debo controlarme, hay visitas esperándome.

En cuanto llegué a la entrada de la casa, allí lo vi, en el recibidor, mirando las flores que se encontraban sobre una gran mesa de mármol, los lirios blancos, las rosas rojas y la nube blanca se dejaban tocar sus pétalos por aquellas manos de delgados dedos, me llamo la atención que su piel era de una tonalidad levemente almendrada, me daba la espalda, sus hombros no eran tan anchos, pero el traje que ahora mismo estaba utilizando se veía sumamente ajustado a su cuerpo, casi como si la talla de aquella ropa no le correspondiese, trague saliva, no debía fijarme en los detalles de otros hombres, estoy casado, pero... es tan llamativo, al igual que Seokjin y Jimin, tan llamativo que no puedes dejar de mirarlo, sus cabellos eran de un rubio cenizo, y estaban perfectamente peinados, ni un solo mechón de cabello estaba fuera de su lugar.

Midnight Lovers  (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora