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Advertencia de escenas violentas fuertes, leer con precaución si son sensibles


Una vez más, Jooheon era llamado a otra infame misión de infiltración y destrucción en tierras enemigas.

Una vez más, sus circuitos se estrujaron de rechazo innato por aquella orden impuesta por el comandante Son.

Una vez más, desgraciadamente, reconoció su posición y aceptó el hecho de que no podía desobedecer sin tener consecuencias luego.

"Encárgate de todos ellos rápidamente y vuelve con Kihyun", aquella voz que siempre interrumpía sus pensamientos y le acompañaba en los momentos más solitarios y oscuros hizo acto de presencia. "Si haces un buen trabajo, aunque te pese, Kihyun puede sanarte luego y el ingrato comandante hervirá en su propio odio otra vez".

Una fría sonrisa de lado se mostró en su rostro tras escuchar aquello. Era agradable de pensar lo que el comandante Son diría con ironía al verle regresar de otra misión de masacre cumplida, cuando era más que obvio el rechazo que este sentía por la existencia de Jooheon.

Revisó, con experiencia profesional, el calibre de sus armas, revisó las municiones y los repuestos y, por último, tanteó los cuchillos de cristal escondidos dentro de su uniforme antes de erguirse y mirar al frente, a un punto vacío, dejando salir el aire de sus pulmones artificiales lentamente, buscando ese punto perfecto de equilibrio mental antes de saltar a la acción.

El autómata se sentía, a veces, cuando descansaba en las tiernas y expertas manos de Kihyun, como un verdadero milagro de la creación pero; otras veces, especialmente cuando debía encargarse de peticiones extremas como estas, era cuando más ridículo se sentía consigo mismo. ¿Qué sentido tenía este tipo de existencia?

Las voces invadieron con fuerza su mente de un momento a otro, arruinando su meditación interna y regresándole a la realidad de un sacudón.

—¿Te encuentras bien? —dijo Changkyun, a su lado, observándole en silencio atentamente.

Jooheon le miró por sobre su hombro, cruzando sus brazos y adoptando una actitud fanfarrona, sonrió de costado y un profundo hoyuelo en su rostro se le marcó como respuesta.

—Excelentemente, pequeño.

Changkyun bufó por lo bajo, disgustado con la seguridad exagerada que mostraba su colega ante cada misión. Sabía el potencial que Jooheon poseía y entendía porque, quizás bajo ciertas circunstancias turbias, era elegido una y otra vez para estas misiones caóticas, pero el rubio podía llegar a ser infantilmente molesto algunas veces.

—Bastardo loco —dijo entonces el autómata más bajo, acomodando su transmisor dentro del canal auditivo y revisando los comandos a dirigir.

—Completamente fuera de sí —agregó Jooheon, soltando una estridente y resonante risa sádica, para luego regresar a su estoico rostro previo a los asaltos—. ¿Estarás siguiendo mis pasos?

Changkyun asintió, atento a los diferentes cambios en el sistema que mantenía abierto en el intercomunicador con el centro general de la sede. Durante las últimas semanas ambos habían mantenido ese tipo de trabajo, uno atacaba mientras el otro cubría sus espaldas desde las lejanías. Algunos comenzaban a hablar con malas lenguas a sus espaldas, desconfiados por tan buenos resultados con tan absurda dupla, pero poco sabían ellos la perfecta sincronía que podían alcanzar en pleno ataque ambos autómatas.

Jooheon volvió a sonreír, mirando nuevamente al horizonte, su sonrisa era más genuina y agradable de ver.

—Eso me deja más tranquilo para actuar con más libertad, ¿sabes a qué me refiero?

Re:Ver || KiheonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora