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20 de Octubre de 1960 (Nueva York)
El olor a pan recién tostado inundaba el lugar. Acompañado por unos pastelitos de frutas, como los arándanos,  fresas, piña, melocotones...
Lo más agradable era los cafés y chocolates recién hechos, humeantes y calentitos, vitales para ese tiempo frío.
Dentro del bar, se estaba muy agusto, con la calefacción puesta, y ese exquisito aroma del desayuno.
No había mucha gente, con lo que los camareros podían descansar un rato.
En cambio, los cocineros,  tenían que preparar más menús por si algún cliente le gustaría repetir o llevarse el pedido a casa.
Lena, la cocinera, estaba preparando unos muffins de chocolate, y Constance, la estaba ayudando.
La castaña, aunque tenia bastante trabajo, se sentía muy aburrida.
Lena, puso los muffins en el horno, con unos grandes guantes manchados de harina y chocolate.
Ella, al terminar de ponerlos bien, observó como la castaña estaba distante.
Tenía una mano apoyada al mentón para sostenerse. Miraba a la nada, mientras daba un largo y pesado suspiro.

____¿Estás bien chiquilla?- preguntó con cierto interés la cocinera, mientras se quitaba los guantes sucios.

Constance, se giró hacia ella, pero sin cambiar su semblante.
Se echó una pepita de chocolate a la boca.

____Me siento sola sin el grupo, y encima a Layla no la encuentro.

Lena, se echó un gran puñado de pepitas a la boca antes de contestar.

____La verdad es que sé como te sientes, la gente del bar se siente algo triste cuando no está la maravillosa música del grupo... y en cuánto tu amiga- se sirvió un poco de cerveza para dar un gran trago y luego contestó - Layla, no ha venido los últimos días en los que le tocaba trabajar.

Constance, se extrañó.
Ella no sabia nada ya que no le tocaba trabajar en esos días , y además, estaba en Texas con su hermano, con lo que no sabía lo que sucedía en el bar.

____¿Sabes por qué no ha venido?- le replicó con interés.

Lena, se sentó en un taburete de madera que tenía cerca. Miró a la chica fijamente.

____Bueno, tú no lo sabes ya que llevas un año y pocos meses aquí, pero los años anteriores también faltaba sobre este mes, más o menos. Ayer oí a Joseph hablar por teléfono en su despacho, por la voz que se escuchaba del otro lado, era Layla. Le decía que iba a faltar por unos días porque estaba enferma.

____¿Enferma?- repitió la castaña.
Constance estaba sorprendida.

¿Porqué su amiga no le había dicho nada? ¿Porqué siente que cada vez se estaban distanciando?
No entendía que sucedía. Podía habérselo dicho, hoy le había buscado como loca por el bar, tenía ganas de verla.
Y si se encontraba mal, pudiera haberla llamado, estaba preocupada por su ausencia.
Lena, suspiró al ver el rostro de confusión de la chica. Conocía a Layla muy bien y sabía que era una chica que se interesaba mucho por la vida de los demás, pero cuando intentabas saber más de la suya, se encerraba en su propio caparazón, sin que nadie le intentará sacar información.
Era una chica un tanto misteriosa.
No quería contarle todo lo que pensaba a la castaña.
La rubia, era su mejor amiga, la que le acogió en el primer día que puso un pie en el bar, y sería difícil que la creyera.

____Según ella, esta enferma- le contestó encogiéndose de hombros.

Constance, estaba preocupada, se balanceaba de un lado a otro.
De pronto, la chica, se dirigió a un armario, donde sacó de ella, unas cuántas cacerolas.
Las dejó sobre una mesa.

____¿Qué estás haciendo?- Lena se acercó a ella, mientras la castaña sacaba un par de puerros, calabacines y patatas.

Constance, la miró con una sonrisa.

La petite Constance.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora