Lo último que esperaba _______ al levantarse era ver a Madelaine Petsch en su cama, con un anillo de matrimonio y unos diez años más ensima. Hasta donde recordaba, ella tenía 16 años y estaba en preparatoria, ¿Por qué era ahora la esposa de Madelain...
Madelaine era la que conducía, pues era ella la que conocía la dirección hacia donde teníamos que ir, mientras que yo iba a delante con ella, tratando de servir de copiloto pero no podía evitar mirar curiosamente a Lili y a su prometido los cuales iban en la parte trasera del automóvil. Podía sentir a Mads observandolos también desde el espejo retrovisor. Si para mí que soy nueva en esta realidad era raro ver a Lili con novio, imagínense para Madelaine.
Me entretuve unos momentos con el mapa pero voltee abruptamente hacia Madelaine mientras mis mejillas se tornaban de un color carmesí, pues su mano se encontraba sobre mi muslo peligrosamente cerca de mi zona íntima. Note su sonrisa de satisfacción y la golpee levemente en el hombro lo que hizo que ella ría e inmediatamente me hizo sonreír a mi.
Una hora y media después estábamos en el hotel, Benedit ayudo a bajar las maletas mientras que Lili aporto con los bolsos y yo cargaba a mi hijo que yacía dormido. Mis suegros llegaron cinco minutos después y esperé que Mads me dijera que ya podíamos subir.
- Vamos, mamá dice que nos acomodemos y que a las 15hs nos encontremos en el restaurante para que de ahí salgamos al parque - me comenta Mads mientras subimos al elevador. Note que nos bajamos en la parte de las suites y casi no podía respirar. Si, se que Madelaine tiene dinero de sobra, pero no me acostumbro a que ella pueda usar eso a su antojo, crecí en una familia en dónde nos quejabamos porque algo estaba un dólar más caro que en otro lado.
Madelaine abrió la suite que alquiló, supongo que los demás también tendrán una suite porque no me imagino a Madelaine sola alquilando una suite.
Dejo a Leo en la cama, lo rodeó de almohadas para evitar que se caiga y me permito admirar la habitación. Era gigante, tenía dos camas, baño privado, cocina y una sala. Fácilmente podría hacerse pasar por un departamento.
- ¿Quieres cambiarte?, Ponte el traje de baño, amor, yo pienso meterme hoy a los toboganes con Leo.
- Él está muy pequeño - respondí volteandome a ella, que se quitaba la camisa, permitiéndome ver sus perfectos pechos al desnudo ya que no llevaba sostén. ¿Las personas pueden ser así de magníficas?
- Deja de ser tan sobreprotectora, _______, - dice ella acercándose a mi y dejando un casto beso en mis labios - No es tan pequeño y tú también vendrás a esos toboganes con nosotros.
- Lo pensaré, quizás lo pasé con Lili.
- No, déjala que se la pase con ese...
- Benedit, tu cuñado - le digo burlona. Se veía adorable siendo celosa.
- Eso. Bueno, ¿Cambias tú a Leo o lo hago yo? - pregunta cambiando el tema radicalmente y colocándose el sostén que pertenece a su bikini.
- Yo lo hago, tranquila.
Me acerque a mi maleta y saque el traje de baño. ¿Por qué no note antes que era una bikini? Suspiré. No me gustaba usarlos en lo personal, no porque no estuviera conforme con mi cuerpo o algo, simplemente no me gustaba mostrarme casi en ropa interior al mundo. Tomé un short y una camisa para luego entrar al baño. Sí, estoy casada con Madelaine pero me seguía sintiendo levemente incomoda cambiándome enfrente de ella. Salí y sentí la mirada de Madelaine sobre mi, le sonreí y me acerque a mi hijo el cual acababa de despertar.
- Hola, hombrecito, ¿Soñaste bien? - le pregunté mientras lo alzaba.
- Si - respondió asintiendo.
- Iremos a la pileta con la abuela, la tía y mamá, ¿Emocionado? - le pregunté mientras me acercaba hasta su maleta y sacaba su pantaloneta con una camisa manga larga.
- Si, si - me responde con una sonrisa.
- Bien, yo igual. Ahora ayúdame a ponerte la pantaloneta.
Lo cambie y lo deje correr hacia su madre que lo abrazó y se puso a jugar con él en la cama.
Quizá si volvía a mi realidad no estaría en lo las mínimo preparada para ser madre, y menos para ver a Madelaine siendo madre, pero hoy, aquí, viendo a Madelaine jugar con el niño, podía decir que me sentía feliz de ser "madre" y de que Madelaine fuera su madre.
A las 15hs estábamos bajando hacia el restaurante y al parecer fuimos las últimas en llegar porque todos ya estaban ahí, ordenando su almuerzo, nosotras ordenamos también y senté a Leo a mi lado. Comimos tranquilos con alguna que otra risa y disfrutando de la comida.
Era genial sentirse parte de esta familia, sentir la mano de Madelaine en mi muslo, sentir la voz de Leo llamándome mamá y ver a Lili tan feliz con su prometido.
Todo lucía tan perfecto que temía levantarme en algún momento.
- ¡Vamos a la piscina Leo! - dijo Emma que fue por su nieto cuando llegamos al recinto lleno de toboganes. Vi como Emma junto con Manuel iban juntos a comprar flotadores porque eran aún más sobreprotectores que yo.
- Ahí van tus planes de tirarte por el tobogán con el niño - le comenté burlona a Madelaine.
- Aún me queda mi bella esposa para ir a esas cosas - respondió aún más burlona y sonriendo.
- No, no, no, me dan miedo, lo sabes - me atreví a decir aquello.
- Estaré contigo, no te pasará nada amor, lo prometo, por favor - me suplico y la mire a los ojos tratando de deducir si hacerlo o no. Al final suspiré y dejé que me arrastrará a los toboganes.
Más que disfrutar de la caída, el agua, fue pasármela pegada a ella. Parecíamos niñas pequeñas, más que todo por la emoción de tirarnos por diferentes toboganes. Cuando ya estaba lo suficientemente mareada decidí acercarme a mis suegros los cuales seguían jugando con mi hijo.
- ¿Ya te cansaste? - me preguntó Emma viendo que estaba un poco mareada.
- Sí, Madelaine es inquieta cuando se emociona - reí a la par de ellos.
- Me sorprende que no haya arrastrado a su hijo junto con ella, aunque mejor, Leo está muy pequeño para eso - dice Manuel.
- Eso mismo le dije yo.
Me la pasé hablando un rato más con ellos hasta que creí que ya era hora de sacar a Leo del agua, pues él seguía siendo pequeño y se podía enfermar, así que le puse una toalla encima y me salí con él. Dejando que los demás disfrutarán un poco más.
- Mami - me llamo Leo que estaba sentado en mis piernas viendo como su madre junto a su hermana se tiraban del tobogán más cercano.
- Dime, bebé.
- Te amo mucho, mami.
- Y yo a tí, mi amor.
- ¿Puedo dormir hoy con ustedes? - me preguntó y suspiré con una sonrisa.
- Toca preguntarle a mamá - le respondí.
- Dirá que sí.
- Ahí vemos cielo, ¿Sientes frío?
- Ya no tanto.
- - -
Les dejo una foto de nuestra hermosa Mads <3
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