ᴏᴄʜᴏ

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Cuando volvimos a Los Angeles decidí ir a ver a mi madre. Tenia curiosidad en saber que habia ocurrido en familia durante estos diez años. Así que cuando le pedí a Madelaine que me llevara a la casa de mí madre, me sorprendió ver como la edad le habia marcado.

- Hola mamá - le ofrecí una sonrisa, al igual que ella y luego nos abrazamos. Se sentía bien volver a tenerla entre mis brazos.

- Hola, cariño, - ella me soltó y abrazo a mí esposa - Hola Maddy, ¿Dónde está Leo? - "Maddy", me gusta.

- ¡Aquí! - mí hijo sale detrás de nosotras y mi mamá lo levanta.

- Mí nieto hermoso.

La casa de mamá era la misma de siempre, quizás ahora tenia una que otra cosa más costosa. Se sentía como estar en mí verdadera piel, no podía creer que hayan desaparecido diez años de mi vida. Sé que en ese tiempo conocí a Madelaine y tuve a mi hijo, pero... no sé. No estoy siendo desagradecida, es solo que me hubiera gustado vivirlos, sentir las emociones, acordarme de los momentos importantes que marcaron mí vida, ¡Ni si quiera se cómo conocí a Madelaine antes de casarnos!

- Bueno, ¿Cómo han estado? Por ahí vi fotos de que fueron de paseo.

- Sí señora, - respondió Mads mientras yo caminé hacia las fotos familiares y lo que parecía ser una caja de cenizas - fuimos al parque acuático de...

No termine de oírlo porque leí el nombre de la caja. Cenizas de. El nombre de mí padre. Lleve una mano a mi boca, habia comenzado a temblar, y sin poder evitarlo, a llorar. No, no podia llorar, se suponía que yo ya lo ví morir. Cerré los ojos y me calmé. Mi padre murió, en algún momento de estos diez años, y yo no me acuerdo de nada.

Me siento fatal.

- Mamá - la llamé.

- Dime, cariño.

- ¿No crees que ya es tiempo de esparcir las cenizas de mí padre? - Le dije sin quitar mí vista del antes nombrado, podía sentir como algunas lágrimas todavía caían de mis ojos.

- ¿Segura?

- Sí, él siempre quiso que sus cenizas se soltaran en un árbol.

- Podríamos hacerlo hoy - propone Mads.

Sí, hagámoslo - respondo y me volteó hacia ellos.

Mí mamá eligió el lugar. Un bonito prado verde, en toda su mitad un árbol gigante, miré el rostro de mi madre, el cual tenía una sonrisa.

- Con tu padre veníamos seguido cuando éramos jóvenes - explica mientras seguía admirando el lugar.

- Entonces definitivamente este es el mejor lugar - respondí. Mads decidió quedarse sola en el auto con nuestro hijo, ella cree que es mejor que esto lo hagamos solo yo y mi madre.

Nos acercamos al árbol y mamá abrió la cenizas. Mí padre habia muerto, pero al menos podia asistir al funeral que el siempre quiso.

Podia sentir su voz diciéndome que me ama, que soy su vida entera y que está orgulloso de mí... y las lágrimas bajaban mientras mamá dejaba caer las cenizas.

Definitivamente extrañaría a mí padre, supongo que el sabría que hacer en esta situación. El único que no me vería como una loca.

- Tu padre está en un lugar mejor, lo sé.

Dejamos a mi madre en su casa, después mi familia y yo nos devolvimos a nuestra casa. Cerré los ojos y me deje caer dormida. Mads me sacudió levemente y me regaló una cálida sonrisa.

- Llegamos a casa linda, yo bajo a Leo.

Asentí y talle mis ojos para después quitarme el cinturón y bajar del auto.

Entrar a la que es ahora mi casa me calmó, se sentía bien. Se sentía como si todo estuviese bien. Supongo que mi nueva vida, mi nueva familia es lo que importa ahora.

Sonreí. Sí, esto es todo lo que me importa ahora.

Subí a la habitación y mire a Mads con su celular. Me acerque a ella, por lo que me noto, sonrió y apagó el celu, extendiendo los brazos.

Me fui hacia ella, sus perfectos brazitos me reconfortaron un poco. Ella era, definitivamente, el amor de mi vida. Sentía su corazón latir, lo que me daba aún más calma.

- Te amo - le dije. No podía explicar lo agradecida que estaba de tenerla en mi vida.

- Y yo te amo así, mí amor.

Madelaine me ha dado una familia, no solo por la que estamos formando, si no por la de él. Ya no solo tenía a mí madre, tenia a Leo, a Emma, a Manuel, a Lili, a Mads. Quizás perdí a mi padre, que en paz descanse, pero supongo que eh ganado personas que me han ayudado a superar su ausencia.

- Gracias por estar en mí vida Madelaine, en serio - le agradecí, aún en sus brazos, aún con su corazón transmitiendome calma.

- Gracias por permitirme estar en ella, _____, por darme a mi familia, por soportar todas las adversidades - ella besa mi frente para luego tomarme delicadamente del mentón y besar mis labios.

Supongo que besar a Madelaine Petsch es mágico, porque de inmediatamente queria más de ella. No solo sexual, queria poder besarla toda la eternidad, porque sus labios son suaves, dulces y potentes. Podia sentir de todo con sus besos, puedo sentir su amor, su decisión, su felicidad, su amabilidad, su todo.

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Ante último capítulo, OJO

Créditos a la autora.

My Dream// m. p.♡︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora