22: Cruel

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Corro por los pasillos de la mansión hasta llegar a Gerriot, logro detenerlo en el camino. Se gira a verme de tanto que lo llamé, así que su mirada me hipnotiza con mucha intensidad.

—¿Qué quieres? —dice molesto.

—Solo quiero saber, si se supone que eras mi compañero, tú sabías todo de mí, ayúdame a recordar, ayúdame a entender por qué estamos aquí y lo más importante ¿Qué tienes que ver con Orión? Leí que los lobos y los vampiros no se llevan muy bien.

—No creas todo lo que lees —expresa serio.

—¿Vas a responder alguna de mis preguntas? —cuestiono indignada.

—No tengo por qué hacerlo, no tengo nada que ver contigo.

Frunzo el ceño, incluso aunque me duelen sus palabras.

—Pero... antes sí, ¿no? Por respeto al pasado, al menos deberías ayudarme.

Mantiene su mirada fría al observarme, puedo sentir como ese vacío en su gesto me lastima, son como puñales a pesar de que es todo un desconocido para mí.

—¿No te has puesto a pensar que no querías recordar y por eso te olvidaste? Pero de acuerdo, te diré algo. —Bufa—. Deja de sufrir y rompe el maldito lazo, esas emociones que te dio la luna son falsas. Si vas a estar interesada en alguien que sea real, y te aclaro, ese no soy yo, así que déjame en paz, vive tu vida. —Se gira para retirarse, pero no lo detengo.

¿La luna? Quedo tildada. No puedo desconfiar de la luna, es lo único que me hace bien ¿Cómo puede ser tan cruel? Pero en algo tiene razón, me tengo que largar de aquí, aquí no obtendré respuestas.

Conexión con la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora