28: Fingir

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Veo una lápida, el nombre me resulta familiar, pero no sé de dónde.

—Es tu padre —aclara Orión.

Un recuerdo salta a mí, es el acantilado otra vez, el que cae en esta ocasión en mi mente es papá.

—No entiendo. —Quedo pensativa—. Creí que G había caído del risco.

—Quizás te confundiste ¿No es que acaso me mencionaste un árbol? —me recuerda.

Reacciono.

—Cierto. —Hago una pausa—. A todo esto ¿Qué hacemos aquí? ¿Por qué me trajiste?

—Ya te dije, finjo ser humano para los cazadores, no puedo andar por ahí desobediéndolos, soy un civil, obedezco las reglas. Que por cierto, esas cámaras no eran mías, pero no podía decírtelo. Aquí sí, aquí no hay.

Conexión con la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora