39: Salvaje

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Las enredaderas vienen hasta nosotros y las esquivamos, aunque no podemos durar por siempre, son muchas.

Mamá va lograr matarnos y quedarse con mi cuerpo, es tan despiadada ¿Qué tipo de madre hace eso? Es un monstruo.

—¡Cuidado! —Gerriot me empuja y como si el escenario se repitiera, él es el que se lastima.

Como papá.

—¡G! —grito y corro a auxiliarlo cuando se encuentra en el suelo sangrando.

—Creo que... —Escupe sangre—. Ya no soy cobarde.

Las lágrimas brotan de mis ojos.

—Nunca lo fuiste.

—Me alegra. —Cierra lo ojos.

—¿G? —Hago una pausa—. ¡¿Gerriot?! ¡Oye, respóndeme ahora!

—Qué triste —opina mi madre sonriente con el rostro de Orión.

Me levanto del suelo, despacio, pero sintiéndome furiosa. Mi loba interna está revolucionada, pareciera que explota. Sin reaccionar y sin darle tiempo, mi lado salvaje se activa, entonces me tiro a gran velocidad sobre el cuerpo de Orión y convirtiéndome en loba, lo termino despedazando.

Conexión con la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora