Capítulo 15: "Muchas preguntas y pocas respuestas."

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Narra Tom:

Después de que me dejó la persona que más llegue a amar, odié ese día con todo mi ser. Por eso aborrezco los días soleados, la playa, el calor, porque el calor siempre se va y te deja vacio que no se llena con nada, aprendí eso de una manera repentina, pero ningún dolor viene previamente anunciado o sino lo evitaríamos de cualquier forma posible. Era ella y quizás me hubiese gustado salir herido a pesar de todo.

Creí que te superé y que tenía cosas por qué luchar, pero tan solo evitaba pensar en mi realidad.

Mi realidad era que tú ya no me hablabas, quizás hasta me odiabas y no te culpo. Mi mejor amigo lastimará a mi hermana, es injusto decirlo de ese modo, pero así es como lo siento. Mi hermana está vulnerable. Y mi novia se esta muriendo lentamente y no puedo hacer nada, no me habla, y si lo hace termina llorando, asi que prefiero ser yo quien hable.

Al principio era uno que otro trago porque "sabía" que me podría controlar. Pero terminaré mal. Lo sé. Me decepcionaba con cada vaso, porque no te hallaba.

Siento que me hundo en un mar profundo y no a quien le pueda pedir ayuda, pues todos tienen sus propios problemas.

Nadie puede ayudarme y tampoco es que todavía me queden esperanzas de que lo hagan.

Los días en el colegio no son los mismos. Annie me evita y yo evito a Peter. Mi único amparo era los compañeros que estan en mi clase o refugiarme en la música. Tal vez debería hablar con Peter, aunque me gustaría darle un escarmiento por idiota.

Cómo me gustaría beber.

Cómo me gustaria volver a ese tiempo en que era feliz y no lo sabía.

Cómo me gustaría cambiar este presente.

Pero no puedo.

***

En la tarde fuí al mismo hospital donde conocí a Fernanda y donde ahora estaba internada. Subí las mismas escaleras de siempre para llegar a su cuarto después de pasar por recepción. Fuera de la habitación estaba su madre, que al verme se aproximó a mi con una expresión distinta a la usual, un poco más tranquila a lo que siempre tenía, quizás algo bueno había pasado.

-Hola Tom-dijo dándome un pequeño abrazo.

-Hola, al parecer tiene un buen ánimo hoy ¿A qué se debe?- pregunté cordialmente.

-A nada- Negó. Sabía que no era así pero no quise insistir más y volver incómoda nuestra situación.

-¿Puedo pasar a ver a Fernanda?- pregunté.

-Oh- su expresión cambió -sobre eso...-.

-¿Qué pasa?-.

-Es que ella dijo que no quería verte- dijo. Fue como si un balde de agua fría me cayera encima.

-No me quiere ver...- susurre decepcionado.

-Yo también creo que es lo mejor- dijo.

Ignoré lo que la señora estaba diciendo y me acerqué a la puerta de la habitación de mi novia. Quería que si me dijeran eso, solo fuera ella. Giré la manilla con cuidado y me encontré con Fernanda llorando desconsolada, también habían unos especialistas hablando con su padre y ella, Bruno estaba tranquilo. No quería verla así. Aunque quería ir a abrazarla y contenerla, sentía que no debía de hacer eso. La señora Marlene me tomó el hombro suavemente y con cierta familiaridad que le es habitual tratarme.

-Tienes que tratar de comprenderla. Mi hija no está bien- susurró. No dijo nada que no esté al corriente ya.

-Quiero comprenderla, si sólo me dejará...- respondí. Cerré la puerta sin hacer ruido y miré a la señora ante mi, ya no tan deshecha como hace unos días.

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