capítulo 1: "No soy una buena compañía"

623 23 2
                                    

No soy moda, no soy linda, no soy perfecta... Eso ya lo sé, entonces ¿Por qué de entre todas las chicas me elegiste a mí? Yo nunca me elegiría... Entonces ¿Por qué tú sí?

Estaba en la cafetería y un chico muy apuesto se acerca a mi, nunca antes en mi vida lo había visto, tal vez ni siquiera alguna vez me había fijado de su existencia, trate de despejar eso pensamientos de mi mente y enfocarme en que ese sujeto se acercaba a pasos agigantados hacia mi .

—Hola, soy Peter ¿Me puedo sentar?—dijo sonriente el chico irradiando confianza en sí mismo. ¿Por qué me estará hablando? ¿Qué clase de primera impresión es esa? ¿Se supone que es una presentación? Que chico más extraño...

—¿Necesitas algo?—interrogó furioso Nick, quien estaba a mi lado. Últimamente era así, no permitía que se me acercaran por miedo a que me pudiesen hacer más daño del que ya había pasado.

—Nick ¿Por qué te enfadas?, sólo se quería sentar, no me estaba haciendo nada—dije apartando la mirada. No me gustaba para nada cuando se enoja.

—¿Qué te pasa, amigo?— dijo Peter. Grave error, esto se iba a poner feo —Es que soy nuevo y no he pillado a los pocos amigos que tengo ¿ustedes quienes son?— agregó.

—Yo no soy tu amigo... Y me llamó Nick—respondió malhumorado. Hace tiempo que no lo veía tan enojado.

—Yo soy April— dije casi en un susurro sin levantar la vista.

—¿Por qué tan a la defensiva?— preguntó confundido Peter —¿les hice algo o qué?— agregó.

—No, pero no quiero que nos hagas nada— dijo Nick. Claro, eso ya lo sabía...

***

En la salida me disponía a volver a mi casa apresuradamente, hasta que me topé con Peter de frente al salir del salón, lo miré un instante y me propuse ignorarlo hasta que me habló .

—ey, ¿Quieres caminar conmigo?— propuso con una sonrisa.

—No soy una buena compañía—dije continuando mi camino.

—Pero ¿Qué dices?... Vamos, caminemos, quiero conocerte— habló el chico siguiéndome el paso.

¿Quiere conocerme? dice cosas muy raras, ¿Acaso está loco?, ¿Qué le pasa?. En ese instante ví su rostro perfecto, cabello castaño claro algo alborotado, sus ojos verdes oscuros pues si se le miraba con atención se notaba ese tono esmeralda oscuro de otro modo se veía se un tono oscuro casi confundiéndose con café e incluso negro, su piel era tostada, tal vez producto de un buen verano, unas buenas vacaciones que quizás fueron en la playa y su hermosa sonrisa perfectamente dibujada que en este momento se encontraba rogandome por conocerme caminar conmigo. Entonces no me quedó más que aceptar su extraña propuesta, debido a que no quería seguir en una discusión que posiblemente no ganaría y peor aun, no queria explicar cosas que no fuesen necesarias

—Bueno, ¿vamos a algún lugar donde sentarnos?— me ofreció animado, deshaciendo todo el rastro de súplica de su rostro.

—Vamos a allá— dijo señalando un grupo de bancas que estaban en medio del patio del colegio.

—¿Por qué Nick no quiere que me acerque a tí?— preguntó inmediatamente luego de sentarnos.

—¿Por qué quieres saber?— pregunté tratando de persuadirlo.

—Porque quiero ser tu amigo y pienso que eres linda— dijo ¿Yo linda? Que chico más peculiar. Sonreí de pensarlo, pero al instante se desvaneció mi sonrisa al recordar que la última persona que quiso ser mi amigo termino haciéndome mucho daño a mi y quienes quiero.

—¿Piensas que te voy a contar mis problemas?, sólo te conozco de hoy... ¿ó crees que soy una cualquiera que con palabras bonitas suelta la sopa?— dije fríamente. Tenía que mantenerme distante. Sé qué puede pasar con este tipo de personas, lo sé muy bien.

—Al menos lo intenté— sonrió con pena —Cuando tengas confianza en mí, me lo cuentas— agregó guiñandome. Es un chico bastante confiado de sí mismo.

—Eres arrogante— dije sin pensar. Tape mi boca con ambas manos al acto. ¿Qué se supone que es lo que acabo de decir? obviamente es verdad, o al menos eso creo pero generalmente ese tipo de comentarios suelo guardarlos.

—Eres muy directa—dijo riéndose, cosa que también me dio risa. No podía creer que no le haya molestado, al menos no me quedaría con alguna espina de culpa al respecto.

—Te llevo a casa— dijo al fin, luego que paramos de reir.

—Bueno— acepté. Se lo había ganado, me había hecho sonreír...

En el camino me decía algunas estupideces que me daban gracia y ocasionalmente lo empujaba amistosamente. Hacía tiempo que no me reía tanto, creo que hasta se me había olvidado como sonreír.

—Ya hemos llegado— dije al fin deteniéndome en mi casa.

—¿Acá vives?— dijo pensativo mirando la casa, como si pensara algo.

—¿Por qué mentiría sobre ello?— reí.

—Debo parecer idiota— rió al igual que yo. Mordí mi labio inferior reprimiendo las ganas de decirle que en efecto parecía un idiota —Nos vemos mañana— dijo Peter, al mismo tiempo que besaba mi mejilla. Mi pulso se aceleró considerablemente. Esto es malo...

Al entrar a casa vi otra carta de Chris en el suelo, al parecer la había deslizado por debajo de la puerta. Estaba cansada y no estaba de humor como para leerla ¿Cuantas iban ya? Tal vez ocho o diez.

Lo único que hice fue encender mi ordenador; ví series, leí e hice mi tarea.

Finalmente me quedé profundamente dormida en mi escritorio con la carta en la mano.

Confía en miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora