Capítulo 4

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Días despues:

El personal en la finca mariposa se encontraba bastante atareado este día, todos los kakushi que ahí ayudaban se encontraban atendiendo a varios pasientes a la vez, unos curaban heridas, otros preparaban las medicinas y algunos hasta ayudaban a preparar los alimentos parar los pacientes.

____ se encontraba atendiendo unos pacientes con algunas heridas, estos habían llegado recientemente. Ella como aprendiz de kocho-san atendia a pacientes de mayor gravedad, en heridas y hasta realizaba operaciones que sólo la dueña de la finca realizaba. Mientras otros kakushi que ayudaban en la finca con los pacientes de menor riesgo.

Entre los pacientes se encontraba un chico de cabello azabache de corte largo desde el frente hasta cubrir su cuello, manteniéndose corto de los lados, ojos de un color morado oscuro, grandes e inclinados hacia dentro, este tambien poseía una cicatriz que iniciaba en su oreja y recorria desde su pómulo derecho hasta su nariz, su rostro se mantenía con una expresión bastante malhumorada.

El chico se mostraba bastante problemático, había llegado con el rostro en alto, como quien diría el dueño del lugar, su actitud era tan presuntuosa,  varios kakushi quisieron curarle las heridas, pero el soberbio chico solo ofendia a todo el personal, cada persona que se le cruzaba era víctima de sus insultos, llamándolos desde inútiles hasta llegar a usar groserías, quería que se me curarse enseguida para poder seguir con sus misiones. Pero su pésima personalidad solo provocaba temor y disgusto en los kakushi.

El azabache con notoria falta de paciencia y simpatia, era de esperarse que comenzará a hacer rabietas, tirando los objetos y medicinas que llevaban para atenderle, haciendo que los kakushi no pudieran tratarlo de la correcta forma.

Provocando que estos acudieran a la aprendiz de kocho, por ayuda.

____ llegó a la habitación donde se encontraba el malhablado chico, los kakushi le habían informado sobre la actitud del chico y le recomendaron tener bastante cuidado. Cuando la mujer entró a la habitación sintió como una brisita paso por su hombro, el azabache había tirado unas tijeras que quedaron clavadas en la pared, muy, muy cerca de donde estaba ella.

Unos kakushi que estaban detrás, salieron corriendo despavoridos  al ver la acción del chico.

Mientras la mujer ni siquiera se inmutó ante la  acción tan tunante del chico frente a ella, parecíatener la misma edad que ella, pero su actuar solo le hacía pensar en la inmadurez del niño frente a ella. Frunció el ceño de repente y con enojo habló:

—Le recomiendo no volver a hacer eso —advirtio, saco las tijeras que estaban clavadas y las coloco junto a las herramientas que utilizaría para atender al joven. Termino de entrar a la habitación.

El azabache ni siquiera la volteo a ver.

—Tsk y quien te crees que eres.... mejor ve por alguien que me pueda atender y ¡Rápido que no tengo tiempo! —escupió todo con molestia.

Era primera vez que la mujer conocia un ser tan grosero, sin duda este paciente le sería complicado de tratar...

—Yo seré quien lo atienda, le pido que colabore —su semblante se mostraba serio.

Comenzó a curar sus heridas, una por una, con el debido cuidado que utilizaba con todos sus pacientes, podía ser que este paciente le pareciera un completo todo, pero no significaba que no haría su trabajo como correspondía.

El azabache por su parte se movía demasiado inquieto con cada toque que el algodón con alcohol hacia en sus heridas provocando le un gran ardor. Solamente dificultaba el trabajo de la chica, intentaba ser lo más delicadamente posible, pero la inquietud del chico solo provocaba que sus heridas se abrieran y desangraran más.

Se Solamente Mía (kyojuro Rengoky X Lectora)||en Publicación||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora