Se Solamente Mía (kyojuro Rengoky X Lectora)||en Publicación||

Introducción y aclaraciones

EL INICIO

Las hojas se mecían con la suave briza del pronto otoño que comenzaba a llegar a el alegre pueblo que se situaba en las faldas de un cerro, las risas de los niños adornaban el ambiente junto al bullicio de gente ofreciendo sus productos, otros platicando y comiendo en algunos locales y la paz de este lugar era muy notable.

Unos niños se encontraban jugando a las orillas de la calle, uno perseguía a otro y viceversa, de un momento a otro una niña de apariencia delicada, con nos 12 o 13 y de tamaño pequeño debido a su corta edad, se encontraba jugando con otro niño de unos 15 años; la chica se detiene y toma una rama del suelo para proceder a pronunciar:

—soy la cazadora ___, alto ahí demonio yo te decapitare— la niña apuntaba su ramita en dirección a un niño de mayor edad que ella, unos dos años de diferencia.

Era un niño de ojos amarillos y cabellos azules, con una complexión delgada pero de extremidades largas, con un toque de picardia en su mirada.

El niño al voltear a verla con una sonrisa burlona procede a decir:

—¡¡Te crees tan ruda cazadora, yo te matare antes de que eso pase!!— el niño procede a mostrar sus dientes.

Comienza a correr hacia la niña

—Oh no!!!— dice la chica con bastante exageración en sus palabras.

Se para firme y de un solo movimiento levanta a su hermano mayor en el aire, lo toma del brazo y lo estrella contra el suelo.

—Que decías? — se burla.

El chico adolorido se levanta del piso frotando su brazo por el dolor causado cuando lo tomaste, luego levanta la vista, con una vena en la sien.

—Ya veras... — dice entre dientes.

Se abalanza sobre la chica y está lo esquiva nuevamente, corre tras ella por todo el lugar, estaba por atraparla cuando la niña cambia de dirección haciendo que su perseguidor se estampe con un árbol.

Mientras al cambiar de dirección la chica, está voltea a ver a su hermano estampado en el árbol.

—Ha! Keiko nunca podrás atraparme, ni aunque fueras un demonio— vuelve a burlarse con una risita.

—Ya basta de juegos— interrumpe una nueva vos, esta vez más madura.

Un chico de cabellos igual de azules que el que la perseguía y con ojos verdes, con mayor altura que todos y de mayor edad, mostrando su pronta adultez y con un cuerpo delgado pero trabajado, se hacía presente deteniendo a los dos jóvenes que estaban jugando.

—Es hora de comer, madre nos está esperando en casa, ya dejen estos juegos infantiles.

El chico que hacia el papel del demonio y se llevó unos buenos golpes, se frota la nariz y dice:

—Aki eres un amargado, ___ y yo solo nos divertíamos, verdad ___! — esboza una gran sonrisa dirijida a ti.

—Obvio si— sonríes de igual forma a tu hermano Keiko.

—Ahg... Ya solo... Vamonos— dijo Aki un poco fastidiado tomando camino.

—Vamos Aki tu solías jugar con nosotros, entiendes lo divertido que es! — dices tomando la mano de tu hermano.