Capítulo 9

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PRIMERA PARTE:

—¿Rengoku-san?

Una dulce voz inundó sus oídos, causando que automáticamente se girarse.

—Señorita ___ —el rubio estába sorprendido, no imaginaba encontrarse con ella en ese lugar. Observo a la pilar insecto a su lado y rápidamente supuso que estaban en una misión.

—Que agradable sorpresa encontrarte por aquí Rengoku y veo que ya conoces a mi aprendiz —habló Kocho

—¡Claro! La conocí en tu finca ¡ella ha cuidado muy bien de mi!

Sus palabras provocaron un leve rubor en el rostro de la aludida.

—Es muy buena aprendiendo, aunque es un poco terca también —Rengoku río un poco ante lo último.

—¿Ya comieron? Deberían probar estos deliciosos yakitori ¡Yo invito!

— Justo nos deteníamos a comer un poco, muchas gracias, pediré algunos —hablo Kocho.

___ miró a su maestra un poco molesta, no tenían tiempo para eso.

—Kocho-san... —iba a protestar pero de repente su estómago rigió.

—No te repirmas tanto, comer un poco no te hará daño —susurro su maestra para luego pasar aun lado de esta y comenzar a ordenar.

Rengoku quien se percato de la escena, dio un par de pasos hasta estar frente a ___ y extendió el yakitori que había comprado previamente.

—Come están muy bueno y te dará energías.

—Oh no hace falta, coma usted yo comprare otro —intento rechazarlo amablemente.

—insisto, pruebalo y si te gusta yo comprare más para ti —le regalo una dulce sonrisa.

—bueno, gracias...

___ sin más acepto el yakitori, comería pero luego debían partir de inmediato...

Observo al rubio regresar al puesto para comprar más. Dio un mordisco a su yakitori... Vaya que estaba realmente bueno, quizá no haría daño comer un poco, pero sería rapido.

—¡Deme diez más por favor! —pidió Rengoku al vendedor quien en seguida comenzó a prepararlos.

—Supongo vienés de una misión—hablo Kocho a un lado de él.

—Estas en lo correcto, acabo de terminarla.

—No hace falta decir que seguro fue un éxito de misión.

—¿Ustedes se dirigen a una? Si es así puedo acompañarlas —ofreció, sin quitar su vista del frente.

—No hace falta nosotras podemos.

—insisto.

—Se que eres energético y muy vivaz, pero a que se debe esa repentina oferta ¿Hay algo de tu interés respecto a nuestra misión? —cuestiono Kocho a su compañero.

—Aquí están sus ordenes —interrumpió el vendedor. A lo que Rengoku tomó sus yakitori.

—Sí, pero es algo que hablaremos en otro momento —dijo para luego dirigirse donde la joven.

Kocho se quedó observando como su compañero volvía donde su aprendiz, ahora tendría esa nueva duda.

—Come, todos son para ti —le sonrió el rubio.

—¡¿todos esos?! ...Gra-gracia, pero no son muchos? Y usted... —___ se veía bastante asombrada.

—¡No te preocupes por mi! come con toda confianza —Rengoku carcajeo un poco para luego verla.

—Muchas gracias, prometo que se los pagaré —comenzó a comer muy contenta. Algunos mechones caían por su rostro pero se veía más centrada en comer que otra cosa, esto le saco otra sonrisita al rubio.

—Tranquila, yo invito —tomo algunos cabellos de la chica y los coloco detrás de su oreja para que no interfirieran con su comida a lo que ella solo le regalo una sonrisa.

Kocho solo seguía viendo la escena, quizá resolvería esa duda antes que él le se la dijera.

[ ... ]

Después de comer todos los yakitori que Rengoku compro para ellas y rechazar uno que otro por que ya estaba llena, pudieron seguir su misión.

—Rengoku-san nos acompañara en esta ocasión —informó su maestra antes de pasar al frente de ellos y comenzar a caminar.

___ volteo a ver al hombre para después sonreír animada.

—Será todo un gusto tener su compañía, tendremos más oportunidades de salvar a esa mujer, nuevamente gracias.

—El gusto es todo mio, seguro tendremos más oportunidades, pero también hay que tener encuenta que ellas llevan unos días desaparecidas, sería un milagro encontrarlas con vida.

—Yo creo en los milagros —dijo firmemente ___ para apresurar el paso.

—¿Cómo siguió su brazo señorita ___? —preguntó de repente Rengoku en medio de su caminata.

—Bastante mejor, me quedara una cicatriz pero no es nada.

—Si no hubieras estado entrenando tanto y hubieras tomado un descanso como te lo indique, esa herida habría sanado mejor —hablo Kocho.

___ se quedó callada ante sus palabras. Así que la había descubierto entrenando...

Rengoku solo la observaba en silencio, desearía haberla visto entrenar, aunque probablemente pronto la vería.

—ya estamos aquí —hablo de repente ___.

Y como ella lo afirmaba, estaban frente a un puesto a casi desmantelado en su totalidad, sin embargo se podía ver que no habían acabado de hacerlo.

—Sin duda un demonio esta detrás de estas desapariciones —se acerco Kocho y luego volteo su vista al inicio del bosque.

—Tendremos que buscar dentro del bosque algun rastro que nos lleve a el—hablo ___.

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Me hubiera gustado escribir más y de mejor forma, pero realmente quiero continuar la historia y no tengo el tiempo a mi disposición.

Se Solamente Mía (kyojuro Rengoky X Lectora)||en Publicación||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora