Capítulo 2

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Lunes por la mañana, Rachel llamaba a la oficina mientras yo estaba en mi nuevo gimnasio, Totally Fit

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Lunes por la mañana, Rachel llamaba a la oficina mientras yo estaba en mi nuevo gimnasio, Totally Fit. Después de la clase, la instructora de Zumba, Melanie, me dió un sermón sobre sus problemas de citas. Al parecer, ningún tipo con quien ella había tenido una cita quería ponerse serio.

Aunque quería entregarle una tarjeta de presentación, ya no estaba en esa línea de trabajo. Pero ella parecía tan burbujeante y dulce, que me moría de ganas de sumergirme en su psique y ayudarla. En un universo alternativo, tal vez. En este momento, iba a contestar teléfonos.

Llegué a mi entrevista en Woodward Systems Corporation a las diez de la mañana. La gerente de recursos humanos, Chloe Campbell, era fuerte, hasta el punto de no perder el tiempo. Veinte minutos más tarde, me habían contratado como recepcionista temporal.

—Gina me dijo que son compañeros de cuarto. —Elijah Nielsen el chico que había sido promovido, me estaba entrenando para su antigua posición. Se retorció su oscura cabellera automáticamente como si fuera costumbre. —Me contó también que eres un consejero matrimonial y familiar.

Sentí una punzada en el estómago. —En una vida anterior.

—Mmm. —Arrugó la frente.— ¿Crees que es cierto que las mujeres optan por los hombres que son como sus padres? Lo digo porque mi padre es un alcohólico violento y el papá de mi mamá era... ya sabes, igual. Soy gay y el de abajo así que no sé si tenga que ver.

—El peligro de estar cerca de un hombre con cualidades similares a tu padre es que se sentirá automáticamente natural, por lo que tendrías que tener cuidado para no hacerlo... —Me detuve y cerré mi boca.— Lo siento, pero, si te digo la verdad, yo soy la persona menos indicada a quien debas preguntarle. Mi último novio resultó estar casado. Así que, ¿qué sé yo?

Su boca se abrió. —Qué basura. ¿Cómo lo supiste?

Sorprendido, parpadeé. —Sin querer lo vi con su esposa, pero estás perdiendo el punto. Él y yo nos estuvimos viendo durante ocho meses y no tenía ni idea de que había estado mintiéndome.

Él negó con la cabeza y levantó las cejas. —Debes de haberte sentido devastado.

—Sí. —Había llorado a moco tendido por pocas semanas, seguro. —Más importante, sin embargo, era mi falta de evaluación hacia él.

—Bueno, si hubiera tenido puesto un anillo de bodas, obviamente no habrías salido con él. —Su frente se arrugó. —No soy un terapeuta, pero no deberías culparte a ti mismo.

Encogiéndome, sacudí la cabeza. —No lo hago. Sus acciones son su responsabilidad.

—Cierto. Pero suena como si te sintieras culpable por no atraparlo antes.

Este chico era molestamente astuto. —¿No se supone que deberías entrenarme en los teléfonos?

Mis palabras pueden haber sido de confrontación, pero necesitaba que se detuviera. Obviamente, no debería culparme a mí mismo por no atraparlo antes. Pero lo hacía.

𝐒𝐚𝐥𝐯𝐚 𝐥𝐚 𝐂𝐢𝐭𝐚 [NamJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora