Capítulo 5

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El día siguiente al mediodía, Taehyung, Rach y yo nos sentamos en un banco de terciopelo rojo en el Cafe Mattia, esperando por una mesa

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El día siguiente al mediodía, Taehyung, Rach y yo nos sentamos en un banco de terciopelo rojo en el Cafe Mattia, esperando por una mesa. Había sido difícil negar mis sentimientos por Namjoon antes. Ahora que lo había besado, era imposible. Especialmente cuando seguía repitiendo esos besos en mi cabeza.

Sintiéndome desesperado, decidí hablar abiertamente con mis amigos y contarles acerca de lo que había pasado con Namjoon anoche. Justo cuando abría la boca para derramarlo todo, Rach me agarró del brazo.

—He encontrado algo, —dijo, mirándome con los ojos abiertos. —Noah es el que contactó a Kate. No al revés.

Taehyung me lanzó una mirada hostil.

Sintiéndome culpable, tragué. —¿Acaso Noah te dijo que ella lo había llamado a él?

La anfitriona anunció mi nombre y detuvimos la conversación hasta que nos sentamos en una mesa apartada en un rincón.

Rach se sentó y sacudió la cabeza. —Él no dijo quién inició la cena. Pero, ¿no crees que es extraño? Si ella realmente llegó a la ciudad para trabajar, ¿no tendría ella que hacérselo saber a él?

Ser testigo de su paranoia se sentía como mirarse en un espejo. ¿Estaba desconfiando de Namjoon así de irracionalmente?

—Kate podría haber publicado en Internet que tenía negocios en Sacramento, luego Noah llamó. Saber quién inició la llamada, no es prueba de que él esté haciendo algo incorrecto.

—Sé que no es suficiente evidencia. —Rach tragó saliva, entonces miró hacia nosotros lentamente. —Es por eso que irrumpí en la contraseña de su cuenta de tarjeta de crédito.

Los ojos de Taehyung se hincharon. —¿Hiciste qué?

Mi boca se abrió y me cubrí con la mano. Parecía como si hubiera desatado sin querer, el investigador privado en Rach.

—¿Cómo lo lograste?

Probablemente no importaba, pero mi curiosidad había conseguido lo mejor de mí. Rach tenía una siniestra mirada que en realidad, la encontraba un poco intimidante.

—Él sólo tiene dos cuentas de correo electrónico y usó su dirección de correo electrónico. Su contraseña fue difícil de encontrar. Me llevó hasta las dos de la mañana conseguirla. Es su equipo favorito además de su fecha de nacimiento al revés.

Me escondí detrás de mi menú de una página para protegerme de las dagas que Taehyung me disparaba con los ojos. Aunque yo era desafortunadamente el destinatario del fruncimiento del ceño de Taehyung, tenía que estar de acuerdo con él. Había creado un monstruo. Y daba miedo.

La camarera llegó y pedimos lo de siempre. Me aclaré la garganta, pensando en la forma de decir esto gentilmente.

—Sé que te dije que mantuvieras los ojos abiertos, pero irrumpir las contraseñas de Noah, podría ser demasiado. Imagina cómo te sentirías si él te hiciera eso. Creo que deberías tratar de hablar con él en su lugar.

𝐒𝐚𝐥𝐯𝐚 𝐥𝐚 𝐂𝐢𝐭𝐚 [NamJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora