Capítulo II: Expansionismo Alemán

188 16 0
                                    

A inicios de 1940, los alemanes dieron inicio a su ofensiva en Dinamarca, país el cual cayó rápidamente, al tener un ejército muy inferior al rival en prácticamente todo aspecto, rindiéndose en menos de un día.
Posteriormente, continuó la ofensiva en Noruega, en la que los buques alemanes llevaron a cabo en secreto una operación naval a través del mar del Norte, haciéndolo de forma rápida para evitar cualquier intervención británica.
A pesar de los mejores esfuerzos de Noruega, y el haber enviado a todo su ejército a defender la capital, las tácticas alemanas resultaron efectivas de nuevo, así asegurando de forma directa los recursos de Noruega, e intimidando a Suecia para cortar todo lazo con los británicos, pasando a ser Alemania su socio comercial número 1.

En mayo, un nuevo primer ministro fue electo en el Reino Unido, alguien que estaba determinado a ganar esta guerra, y de ahora en adelante, tener 0 tolerancia hacia las agresiones alemanas, su nombre era Winston Churchill.
Bajo órdenes del nuevo mandatario, para evitar una potencial influencia alemana, envió tropas a ocupar Groenlandia, Islandia, el Congo belga y las Indias Occidentales neerlandesas. La resistencia fue mínima o inexistente debido a que tras la caída de las metrópoli, dejando los territorios efectivamente a merced de Londres.
Al mismo tiempo, más hombres comenzaron a ser desembarcados en Francia, preparándose para grandes batallas.

Los oficiales del Reich sabían que tenían que actuar rápido, pero no podrían traspasar la Línea Maginot, estaba demasiado fortificada y resultaría en pérdidas excesivas, tanto que al final, el enemigo podría tomar la iniciativa del conflicto. Pero las defensas no se extendían más allá de la frontera con Alemania, por lo tanto si tan solo lograban rodearlas, podrían sorprender al enemigo, y emboscar por donde menos se lo espera.
Francia no estaba totalmente desprevenida de que una invasión por Bélgica era posible, después de todo, era la estrategia que los germanos ya habían empleado en su intento anterior de llegar a París, pero esta vez, el plan sería diferente y más optimizado.
Primeramente, en la Gran Guerra, el ejército alemán nunca ingresó a Países Bajos, al no querer ganarse un nuevo enemigo, pero esta vez, el país si sería invadido; de esta forma, podrían tener mayor espacio para maniobrar a sus divisiones.
En segundo lugar, la fuerza principal sería enviada por un sitio inesperado, uno que era visto como imposible de cruzar por un ejército mecanizado moderno, el bosque de las Ardenas, que se extendía entre la frontera entre Bélgica y Francia. Una vez habiéndose cruzado, tendrían vía libre para ir al norte, rodeando a la mayor parte del ejército británico, y obligándolo a retroceder de vuelta a los puertos y embarcar de vuelta a Gran Bretaña. Una vez habiendo destruido, capturado o hecho retroceder a las fuerzas rivales, la Wehrmacht marcharía hacia París, y si era necesario, seguir avanzando hacia el sur y este de Francia, solo deteniéndose hasta que el país alzara la bandera blanca.

 Una vez habiendo destruido, capturado o hecho retroceder a las fuerzas rivales, la Wehrmacht marcharía hacia París, y si era necesario, seguir avanzando hacia el sur y este de Francia, solo deteniéndose hasta que el país alzara la bandera blanca

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El avance en las Ardenas resultó exitoso, y el plan fue un rotundo éxito, el perfecto ejemplo de guerra relámpago.
Tras el pánico inicial, tal como esperado, buena parte de las fuerzas del enemigo retrocedieron al noreste, y la mayoría terminó en la ciudad y puerto de Dunquerque. Sabiendo la gran cantidad de hombres se encontraban a la espera de ser evacuados, un ataque fue planeado para darles persecución y forzar su rendición. El plan fue un éxito, escasos fueron aquellos que pudieron llegar de vuelta a Gran Bretaña, la mayoría resultaron capturados y enviados a campos de concentración, siendo un golpe mayor hacia Francia y Reino Unido. Este último evento fue conocido como "La Catástrofe de Dunquerque".

La batalla iba cada vez peor para los franceses, Alemania había tomado su capital, el ejército había sufrido daños irreparables, e incluso, Italia acababa de declarar la guerra y empezó a traspasar la frontera.
El debate sobre qué hacer se desencadenó, entre la facción que quería seguir luchando hasta el final, y la parte que al saber que la guerra estaba perdida, veían necesario abrir negociaciones con el Reich, con la esperanza de mantener cierto control sobre su destino. La discusión fue intensa, y eventualmente se le dio el control del gobierno a Philippe Pétain, quien había sido un destacado general en la Gran Guerra y contaba con el apoyo popular por ver por el bien de Francia, él eligió el camino de rendirse.

El norte de Francia quedó ocupado por Alemania, partes del sudeste fueron cedidas a Italia, dejando al país reducido a menos de la mitad de su territorio, viéndose forzados a mover la sede del gobierno a Vichy; al menos aún mantenían sus colonias. Aunque en teoría, el país seguía siendo libre; en la práctica, estaba bajo una continua presencia alemana, apoyándolos en su guerra contra los británicos, en la vista de Reino Unido, traicionando la Entente Cordiale.

 Aunque en teoría, el país seguía siendo libre; en la práctica, estaba bajo una continua presencia alemana, apoyándolos en su guerra contra los británicos, en la vista de Reino Unido, traicionando la Entente Cordiale

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Tras la rendición francesa, Japón vio la oportunidad de obtener el territorio rico en recursos que era la Indochina, invadiéndola tan solo días después de la rendición oficial de París.
La acción causó un choque entre el Imperio Japonés y el Tercer Reich Aleman, pero finalmente se llegó a un acuerdo. Ninguno de los dos quería un enfrentamiento, ya estaban envueltos en sus propios conflictos, y los intereses alemanes no pasaban por el Sudeste asiático, el territorio fue cedido a Japón, a cambio le permitiría restaurar su colonia de Nueva Guinea en caso de vencer a la mancomunidad británica.
La crisis pudo ser resuelta, pero las relaciones entre Alemania y Japón permanecieron malas, negociaciones para que el país del sol naciente ingresara al Eje Roma-Berlín resultaron en un fracaso, manteniendo sus esfuerzos por separado.

A la caída de Francia, había una intriga en el Reino Unido acerca de cómo deberían actuar, pero finalmente, haciendo uso de discursos y un gran carisma, la postura de Winston Churchill de seguir luchando prevaleció. Esto impulsó a los fascistas a emprender nuevas campañas, Italia comenzó un avance de Libia hacia Egipto, y el Tercer Reich ordenó a la Luftwaffe bombardear la industria y puestos militares de Inglaterra, dañando gravemente la economía e infraestructura del país.

Historia Alternativa 1939 Si las Cosas Hubieran Sido Diferentes...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora