Capítulo XXVI: ¡Todo el Poder para los Soviets!

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Era la recta final de la guerra, de la Gran Guerra Patria, en la que Moscú habría de demostrar la valentía y voluntad de sus hombres por encima de las armas enemigas; y para acabar con la misma, Berlín debía ser capturada. Ahora, con todas sus fuerzas concentradas en el Vístula y habiendo aprendido de su error, una derrota tan humillante como el anterior intento de tomar el resto de Varsovia no volvería a ocurrir.
La Operación Vístula fue lanzada en enero de 1945, el oeste de la capital polaca cayó rápidamente, y conforme los soldados rusos avanzaban hacia los interiores del país, se encontraron con nada más que caminos y edificios destruidos, no había vida, no había cultura, no había civilización, y tan solo resistencia esporádica de los alemanes.
Finalmente, aquella ciudad sede del nazismo, donde el Reich apostaba todas sus últimas fuerzas, fue alcanzada en mayo. La misma resultó rodeada por el ejército rojo durante las próximas semanas, para dar comienzo a la última gran batalla europea.

Sábado 28 de abril de 1945, 8:10 a.m. Berlín, Tercer Reich Alemán.

Hitler se encontraba en su bunker de seguridad, tropas soviéticas al oeste, sur y norte de su posición, y sus unidades motorizadas preparandose para cerrar el círculo. En este momento las últimas fuerzas de la Wehrmacht que participarán en la batalla de Berlín están ingresando a la urbe.
A pesar de la situación, el führer no parece preocupado, ha ordenado al general Felix Steiner hacer una contraofensiva para liberar la ciudad y así volver a girar las tornas de la guerra. Pero, con miedo, sus generales le avisan que Steiner ha decidido no hacer el ataque, el ejército con el que contaba estaba mal equipado y desabastecido, las fuerzas necesarias para hacer el posterior contraataque solo existían en papel. Al recibir la noticia, Hitler empezó a temblar, se quedó callado viendo fijamente a su mapa por un momento, para posteriormente liberar su frustración, gritando, declarando la guerra como pérdida y a aquellos hombres que habían sido forzosamente alistados al ejército como cobardes, por su culpa Stalingrado fue perdida, y ahora, el Reich habría que caer a manos de su mayor enemigo.

Mientras tanto, en la superficie, el ministerio de propaganda seguía en funcionamiento, prometiendo que con las armas y el esfuerzo de la raza aria, todavía era posible ganar la guerra, esto no sería más que un obstáculo para el inevitable destino favorable del conflicto. Aún así, la gente ya no tenía esperanzas, por las calles y ruinas de los edificios se podían leer mensajes tales como "schnell russisch lernen" (aprendan ruso rápido). Los soldados al igual temían por sus vidas, y que pasaría una vez el país esté en control de los soviéticos, pero estaban dispuestos a dar un último esfuerzo.

Adultos, niños y viejos defendían Berlín mientras en el búnker se daba un suicidio en masa, el führer y sus allegados estaban conscientes del poder propagandístico que le daría a sus enemigos capturarlos con vida, por lo que preferían acabarla ellos mismos. Aquel hombre que llevó a Alemania a la gloria, que guió al país en la victoriosa guerra de redención contra Francia y Reino Unido, ahora se encontraba muerto por una herida autoinfligida de bala; junto a él, su recién casada esposa, Eva Braun.

En mayo culminó la batalla de Berlín, símbolo de esto los soviéticos alzaron su bandera en la cima del Reichstag, uno de los edificios gubernamentales más importantes del país. Sin una cara carismática que los guiara, ni un ejército poderoso para protegerlos, ni voluntad para acabar la lucha, el gobierno alemán alzó la bandera blanca. Ya era definitivo, el plan de Hitler para crear el espacio vital necesario para que prosperara la raza aria, ahora resultaría en el final de su imperio.
Así, finalmente, el pacto de paz fue firmado en la casa de la Unión Soviética, capital del país y la cual no pudo ser alcanzada por la supuestamente imparable Wehrmacht, aún siendo el objetivo inicial de la Operación Barbarossa. Era donde ahora los rusos gritaban en celebración, y a todo pulmón, aquel lema que los guió durante la Revolución Rusa: ¡Todo el Poder para los Soviets!.

Historia Alternativa 1939 Si las Cosas Hubieran Sido Diferentes...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora