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El concepto de pareja provoca de modo inmediato un efecto muy poco excitante. La mayoría de los hombres son cazadores por naturaleza y, con el matrimonio, esa caza se termina. Algunas mujeres y donceles prefieren el aburrido papel de la pareja devota, pero nunca he sido capaz de comprender por qué. ¿Quién quiere a un simple marido cuando puede tener un amante ardiente en su lugar? Cuando se cierra la puerta del dormitorio deben abandonarse las cortapisas de la educación. Recordad que no es necesario ser una meretriz para actuar como tal de vez en cuando.

"Del capítulo titulado, Con un poco de lujuria llegaréis muy lejos"

El nivel del vino de la licorera había bajado de forma significativa y sus voces debían de haber aumentado algunos decibelios, pero ese era el tipo de compañía que más complacía a Hoseok, que se recostó en la butaca con una copa entre los dedos y ...

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El nivel del vino de la licorera había bajado de forma significativa y sus voces debían de haber aumentado algunos decibelios, pero ese era el tipo de compañía que más complacía a Hoseok, que se recostó en la butaca con una copa entre los dedos y una sonrisa genuina en los labios.

—Es agradable tenerte de nuevo en casa. Me alegro de que vinieras aquí primero.

Hoseok y su hermano Namjoon estaban cómodamente sentados, sin corbata y con las chaquetas tiradas en medio del mobiliario desordenado de un soltero, en la estancia que Hoseok consideraba su estudio. Era un batiburrillo de antigüedades del Viejo Mundo, algunas piezas procedentes de Oriente, y un ecléctico conjunto de mesas lacadas y viejas estanterías de roble, muy agradable para la vista, al menos para la de Hoseok. No era ningún secreto que él rechazaba las formalidades siempre que podía.

Namjoon, un año mayor, a la sazón el primero en la línea de sucesión al ducado de Rolthven, y tan poco interesado en ese papel como el propio Hoseok, sonrió. Era el más reposado de los tres hermanos. Tenía el mismo tono de piel y la misma constitución física, pero sus ojos no eran azules, sino negros. Diplomático por naturaleza, estaba muy capacitado para la misión que desempeñaba en el gobierno británico. Su porte discreto no expresaba ni la autoridad natural de Seokjin, ni esa actitud más despreocupada de Hoseok ante la vida.

—Te aseguro que es agradable estar de vuelta. Pasé por Grosvenor Square, pero ni Seokjin ni su nuevo esposo estaban en casa.

—Les invitan a todas partes, a todas horas.

—Me lo imagino. —Namjoon se arrellanó y contempló su copa con satisfacción. —Al menos tú estabas en casa... cosa que me sorprende un poco.

—Al contrario de lo que la gente cree, a mí me gusta pasar una noche a solas de vez en cuando. Y estoy encantado de haberme quedado hoy en casa ya que has venido. ¿Cuánto hace que no pisabas suelo inglés? ¿Más de un año?

—Lord Wellington es un patrón despiadado a veces.

Hoseok levantó una ceja.

—Seguro que sí.

—Gana batallas. —Esa frase simple y un leve encogimiento de hombros resumieron los sentimientos de su hermano.

—Y esperemos que esta maldita guerra, con la ayuda de hombres como tú —comentó Hoseok.

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