DarkStony ♡ Gargantilla

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Tony no estaba seguro de lo que estaba por hacer esa noche... Con nerviosismo se paseaba por la amplia habitación con un hermoso traje carmín aterciopelado, acompañado de una camisa negra que se encontraba desabrochada tres botones dejando al descubierto parte de su pecho.

Se encontraba casi listo para asistir a la gala en honor a Rogers, pero estaba demasiado ansioso desde que aceptó la invitación días atrás.
Y ahora tenía solo treinta minutos para salir de la habitación y montarse a la limusina para llegar a la hora que había sido citado, al Capitán no le gustaba esperar y eso lo había aprendido a la mala.

Pero ahora su estado se debía a una hermosa caja negra que yacía en su cama acompañada de un mar de pétalos rojos al rededor, pétalos tan rojos como su saco y sinceramente eso le tenía con los nervios de punta, si era lo que estaba sospechando... Se había metido en un lío que no terminaría bien o tal vez si.

Tony había evadido esa caja desde que salió de la ducha hace más de tres horas...
Alguien había aprovechado el lapso en el que se encontraba en la tina para dejarle aquel obsequio.

Anthony finalmente se armó de valor y se sentó aún lado de la cama, tomó aquella caja entre sus manos y se encontró con lo que tanto temía pero que ya sospechaba.

Era una hermosa gargantilla, con incrustaciones de diamantes. ¿Cuánto había pagado aquel ocurrente hombre por esa extravagante pieza?

El pelinegro tomo la joya entre sus manos casi con miedo de dañarla.
Y se encontró con una pequeña carta que aguardaba en la caja:

"Sin importar tu decisión, te pido que conserves esto cómo muestra de mi amor."

El joven Anthony se sonrojó llegando a opacar el color su sacó, nunca había tenido tantas emociones acumuladas pero desde que empezó a liarse con ese tipo, su corazón iba y venía sin descanso.

Y hoy no era la excepción...
Se sintió como el omega más afortunado del mundo, aquella gargantilla representaba una clara petición de matrimonio.

Sabía que aceptarlo iba en contra de su moral, su actual pretendiente era el gemelo de su ex prometido, aquel que le había dejado a solo unos meses del matrimonio; ese otro alfa que era tan aparentemente correcto y perfecto que en algún abrupto momento le dejó de amar y se fue con otra omega a la cual en menos de una semana había hecho su esposa y en un par de meses la tenía preñada.

En definitiva Chris Rogers le había dejado hecho polvo, con el corazón herido y con unas inmensas ganas de joderle de la misma manera...

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En ese entonces tuvo una perversa idea, se aprovecharía que algún día fue el interés amoroso de su cuñado Steve Rogers, pero ya era novio de Chris en ese tiempo y estaba totalmente enamorado, además, por más gemelos que fueran Steve no era su tipo, al menos no en aquel momento.

Hacia años que los hermanos habían terminado en malos términos por sus distintos y muy extremos ideales, sería difícil contactarlo. Pero así fuera por solo una noche, estaba decidido a coger con el Capitán Rogers y cuando lo hiciera, se lo haría saber a Christopher. Incluso si no podía restregarselo en la cara, Anthony estaría satisfecho con su venganza.

Y en efecto, Tony ni siquiera tuvo que hacer demasiado esfuerzo para obtener una cita con Steve, pues el alfa apenas enterarse de la cancelación del compromiso y de las razones, se dió tiempo en su apretada agenda para llevarle a una extravagante cita por París.

Por más que pareciera que el omega era un capricho del alfa, la realidad es que no lo era, incluiso Steve era consciente de que podría parecer turbio pero realmente estaba enganchado al omega que alguna vez le perteneció a su hermano, y no desaprovechó la oportunidad de conquistarlo.
Y lo que menos le interesaba a Steve era la moralidad, Chris hace tiempo había dejado de ser su hermano y no le importaba ir a tomar lo que creía que le pertenecía.

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Y finalmente Anthony se atrevió a ponerse la gargantilla, aceptaba aquel compromiso; si bien su relación había empezado de una forma algo escabrosa, el omega después de casi dos años con sus encuentros furtivos, citas excéntricas y tanta adrenalina de por medio con el capitán... había vuelto a enamorarse de un Rogers...

Pero está vez de uno extremadamente diferente y apesar de todo lo incorrecto que era, nunca se había sentido tan bien.

Al encontrarse completamente listo, se dispuso a ir a la fiesta; subió a la limusina que tenía tanto tiempo esperándolo y con un aparente chófer hundido en el nerviosismo. La paz le llegó al rostro al señor mayor y partió a toda velocidad a la mansión del capitán.

Algún asistente le abrió la puerta y Steve Rogers se inclinó sin ser capaz de esperar más para ver a su omega y enterarse de si había aceptado su propuesta de matrimonio, mientras le tendía la mano para ayudarle a bajar.

Y al ver su gargantilla sus ojos celestes destellaron de dicha...

El moreno sonrió al encontrarse con su alfa, esos zafiros hermosos le robaron el aliento, tomo su mano y bajó de aquel lujoso automóvil. - ¿Cómo estabas tan seguro de que vendría cariño? - Dijo divertido mientras se enganchaba a su brazo.

- No estaba apostando, siempre que hago algo es porque estoy seguro de la respuesta. - Le acarició la mejilla y dejó un beso en su frente.

- Cito - Carraspeo levemente el omega y repitió parte de su nota - "sin importar tu decisión..." - omitió el resto pues vió el ceño ligeramente fruncido del capitán.

- Para que mentirte, siempre siento que estoy jugandome todas mis cartas cuando se trata de ti. Pero... Sé que me amas tanto como yo te amo a ti. - le abrazó de la cadera y le apegó a su cuerpo para besarlo con intensidad, le dejó libre cuando el omega le ronroneo bajito... Si no se detenía en ese instante, terminaría por llevarle lejos de aquella reunión.

- Capitán, parece que te olvidas de que hay mucha gente importante esperándote ahí dentro. - con el pulgar de su diestra le limpió los rastros del labial humectante que le había dejado tras ese beso.

- No, aún no lo he olvidado. - le acomodó el cabello a su Tony y volvió a besar su frente. - Lo que si estaba olvidando... era mencionar que me encanta como te queda ese color. -

El omega sonrió complacido con su halago, pues lo había hecho con la intención de combinar con el traje que portaba el Capitán.

Ese traje negro con un pulpo carmín en el pecho. Steve Rogers, era el famoso y temido Capitán Hydra.

Las enormes puertas de la mansión se abrieron de par en par para ellos; aquella fiesta en honor de Steve, ahora también sería para anunciar y festejar su compromiso.

Marvel Oneshots ♡ Omegacember 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora