confesion

47 5 2
                                    

2 semanas habian pasado en el santuario, Aldebaran se sentia feliz al lado de su compañera Europa aunque claro aun no formalmente puesto que tauro aun no se sentia lo suficientemente confiado como para confesarle su amor tan embrabecido a la castaña.

-Aioria, lo que dices es muy preocupante- espeto Mu.

-¿Porque lo dices Mu? yo creo que lo logro.

-¿Que porque? han pasado dos semanas y no parece que las cosas hubieran avanzado entre los dos. yo creo que aun no lo confeso.

-estoy con Mu, no lo logro, para nada- siguio Angelo, que estuvo inusualmente callado hasta ese entonces.- podes apreciarlo mirandonos a nosotros Aioria, tu y Marin llevan una relacion casi empalagosa y yo bueno pues... -se sonrojo, pero Mu y Aioria no entendieron lo que quiso decir, puesto que era casi el mismo caso del leon y el águila solo que le dio verguenza decirlo- de todas formas habria que hablarlo con Aldebaran ¿No lo creen?.

los dos asintieron a lo dicho por el cangrejo que por primera vez en mucho tiempo decia algo racional para variar y se encaminaron a subir las escaleras hacia Tauro.
Aldebaran no estaba en la entrada de la casa como usualmente se encontraba por lo que optaron por gritar su nombre en la puerta, este llego al rato, saliendo de la sala privada, con un libro en mano encontrando a los tres amigos mas que felices por alguna razón.

-¿En que puedo ayudarlos amigos?- bajo el brazo que sostenia el libro casi apartandolo de la vista de los tres, sin ningun motivo aparente.

-tenemos ciertas preguntas que tu podrias responder.- fue Angelo quien hablo primero. Alde le hizo una seña para que formularan sus preguntas e indico que haria lo posible por responderlas.

-en realidad solo es una...o dos no mas- concluyo Aioria.

-bien, entonces ¿En que les puedo ayudar?- comento Alde.

-queriamos saber si ya te has confesado a Europa.- finalizo Mu

Aldebaran enrojecio al instante ¿habia escuchado bien? ¿confesarle que...? ¿y a Europa?- como es que ustedes sacan esas conclusiones...yo... quien podria ser para confesarle nada a esa mujer!- su tono fue brusco pero estaba tan nervioso que otra cosa no podia salir de su boca.

-asi que aun no se lo confesaste ¿ven que les decia?- dijo Angelo.

-¿y cuando piensas decirle?- pregunto Aioria

no muy lejos de ahi Europa casi habia tirado la canasta donde llevaba prendas de ropa ya lavadas... una mujer, una confesion ¿de que estaban hablando?... y porque...de alguna forma eso... dolia...

-vamos amigo, tenes que ser el toro de tu constelacion y animarte a decirle lo que sientes por ella, de otra forma alguien mas te la va a robar.

-no soy tanta cosa, ella se compara con la diosa de la belleza y yo soy un caballero de oro, además esta el hecho de que es una vestal del santuario ¿y su voto de celibato y lealtad a la señorita Athena?

Europa estaba aturdida ¿porque esa conversacion dolia tanto? Aldebaran gustaba de una de sus compañeras de trabajo ¿seria Hera? ¿o acaso Delia? ambas eran muy bonitas de entre las vestales. de todas formas no queria quedarse a averiguarlo, deberia estar feliz por su amigo, pero en vez de ello se sentia morir con cada palabra salida de los caballeros. dejo el canasto lo mas innaudible posible en el suelo y salio como pudo de la casa de tauro.

-vamos amigo, no seas tan duro contigo, eres un gran caballero de Athena y en tanto a lo de Europa, nuestra señorita Athena comprendera si se lo explicas tu.- hablo Mu

después de darle animos al torito, los tres se retiraron a sus casas.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.



El Amor de TauroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora