Cap 2, Escapatoria Del Infierno

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Estaba a punto de amanecer y yo seguía andando sin rumbo alguno, solo quería alejarme lo más posible que podía de Alemania y andando era muy difícil, pero no sabía si estaba permitido que un menor subiera a un autobús de viaje.

Pasé por una farmacia del lugar y ponía que eran las 6:32. Realmente había andado mucho, eso sí, descansando en un par de ocasiones.

Estaba en Aywaille, realmente era un lugar muy bonito. Me quedé embobada admirando ese lugar, era magnífico. Como no iba andando, me choqué con una señora de avanzada edad.

-Perdone, no la había visto.
-Tranquila, no pasa nada. ¿Qué te trae por aquí?-me preguntó en alemán.
-Ehh...-piensa rápido, piensa-mis padres me enviaron a estudiar a Alemania, pero creo que se confundieron de autobús porque esta zona no es como la que vi.
-Cariño, esto es Bélgica, concretamente estamos en Lieja, muy cerquita de Alemania-me puse nerviosa porque quería alejarme de ese país y va la señora y me dice que estamos cerca.-¿De dónde eres?
-Soy de Luxemburgo.
-Entiendo. Y...¿por qué no les llamas para avisarles?
-Tengo 12 años, no tengo teléfono móvil y no me sé sus números. Verá, la relación con mis padres no es que sea realmente buena, así que entendería que me hayan enviado lejos de ellos.
-No digas paparruchas hija. Ven a mi casa a desayunar que seguro que no has comido nada y me vas contando un poco sobre ti.
-Gra...gracias.
-Dime, ¿sabes francés?-me preguntó mientras me invitaba a pasar a su hogar.
-Un poco-dije recordando como dos familias de acogida en las que estuve me enseñaban francés para poder comunicarme con ellas. Tenía cuatro años y estuve seis meses en cada una.

Estuvo preparando chocolate caliente y gofres. Hacía mucho que no olía un olor tan rico. Sin darme cuenta, me puse a llorar.

-¿Qué te pasa?-dijo la señora acercándose a mí con preocupación.
-Es que...hacía mucho que no olía una comida tan buena.
-Jajajaja, tampoco es para tanto.
-Llevo unos cuantos meses...-al decir esto, paró de reír y se giró a verme.
-¿Tú madre no te cocinaba?-
¿Por qué siempre tengo que hablar de más?-es que mis padres se divorciaron y mi madre le dio la custodia entera a mi padre y bueno, hace un año que no me prepara nada. Normal, no me pregunta ni qué tal estoy.- solté inventándome una historia irreal.
-Vaya...lo siento mucho. Te cocinaré hasta que te hartes-me sonrió.

Se me encogió el corazón y me quedé mirándola unos segundos para después sonreír. Se me vino a la mente el rostro de mi madre y me aguanté las lágrimas.

Cuando fui a apoyar mi espalda en el respaldo de la silla, noté la mochila. Estaba en problemas, en graves problemas. Tenía ahí todo el dinero, papeles del último padre que tuve, cuchillos y mecheros. ¿Cómo iba a esconderlos? ¿Y si compro una caja fuerte? No, algo menos llamativo...¿Qué tal una cajita de madera con llave? Le pediré ir a alguna tienda y ya me inventaré cualquier cosa.

-¿Me oyes?-dijo pasándome la mano derecha por la cara.
-Sí, sí. Digo no. Perdón, ¿qué me decía?
-Que ya está listo el desayuno.
-Gracias-le sonreí sinceramente.
َ

          َ                      {***}

َ
-¿Qué te parece esta?
-No, no, es fea.
-Pero si es igual a esa-señalé una caja que estaba a un metro y medio de mí.
-Me ofende que digas que es igual. ¿Acaso no ves que el material es muy diferente?
-Pero si es madera.
-Chitón, mofletitos.
-Tsh-hice un pequeño puchero.

Llevábamos media hora en una tienda buscando cajas con cerradura. Yo pillé la primera que vi pero nana no paraba de negarse a todas. Ahora me está buscando una "apta para el consumo humano". Así tal cual lo dijo.
Antes, cuando le dije que me llamase Lilian, se echó a reír diciéndome que no era un nombre típico de Luxemburgo. Así que decidió ponerme mofletitos porque según ella, me pondré rellenita de tanto comer sus delicias. Ahora mismo seguía flaquita, pero ya me estoy viendo engordar en una semana con esta mujer.

Mofletitoooos!-dijo andando rápidamente hacia mi dirección. Diablos, señora, usted sí que corre, pensé.-Mira esta caja, es perfecta-dijo mostrándome una caja de un color beige clarito de unos 27 cm² con una cerradura con una llave de metal inoxidable y otra pequeña cerradura de combinación de cuatro dígitos. Estaba claro que la combinación sería 1717 o 0017, ya lo decidiría después.-Bueno, dime, ¿qué te parece?
-Es perfecta-le sonreí.

Fue a pagarla mientras yo la esperaba afuera admirando el maravilloso paisaje. Estuve pensando en mi situación, y mi vida daba pena. No sé, tenía 12 años pero mi vida no era normal y sentía que nunca llegué a tener una buena infancia.

Cuando salió, paseamos por el lugar y no me canso de repetir lo asombrada que estaba de ese sitio. Me gustaría vivir aquí. La voz de la señora interrumpió mis pensamientos.

-Niña, ¿no te pesa la mochila?-me miró fijamente.
-No, no me pesa-sonreí falsamente. ¿Qué si me pesaba? Claro que me pesaba por dios, tenía ahí dentro media tienda de segunda mano.
Como vi que seguía sin confiar en mis palabras, añadí.-Además, le prometí a papá que no la perdería nunca-dije poniendo voz infantil.
-Cielo, no le hagas mucho caso a tu padre, tendrás malestar en la espalda.-no le respondí y el resto del camino fue incómodo y silencioso.
َ

َ   {***}

َ
-"Pss, despierta"-abrí los ojos de golpe y me reincorporé en la cama.-eres una mentirosa.-dijo esa voz.
-¿Qui-quién eres?-dije tartamudeando.
-"Estás tan bien aquí, ¿verdad? Pero...los has matado tú, sí, tú. Eres una asesina, una ladrona y una manipuladora. Pobre ancianita, cuidando de una mentirosa como tú. ¿Crees que le dará un paro cardíaco cuando se entere de que una niñita mimada de doce añitos ha matado a sus padres?"
-Cállate, no es cierto-sollocé.
-"Claro, y lo que aparece en las noticias de casa incendiada en Alemania es un cuento chino."
-No fui yo, n...no los conozco.
-"Uy que no, mentirosilla. ¿Sabes lo mejor de todo? Que vas a cumplir catorce dentro de poco, te felicitaré, no te preocupes".
-¿Cómo voy a cumplir catorce dentro de poco si cumplí doce hace un mes?
-"Ya lo entenderás, poco a poco".
-¿Qué? No, dímelo.
-"Me tengo que ir, Lilian, ¿o debería de decir Mofletitos? Jajaja"
-No, espera, no te vayas, dímelo.
-"Adiós, Mofletitos".

-¡Mofletitos! ¡Mofletitos, despierta! ¡Lilian!-sentí como me movían con brusquedad.
-¡Por favor, otra vez no, no quiero, no, no me lo voy a tragar, no, por favor, no!-grité llorando.
-Lilian, tranquila, respira, soy yo, Lana.
-¿Nana? ¿Quién es Nana?
-Chica me estás asustando.
-¿Abuelita? E..eres tú-la abracé asustada.
-Niña, ¿cómo que abuelita? Sigo teniendo carne fresca. Y te repito, es Lana no Nana.
Vaya pesadilla más pesada que has tenido. Espera, ahora te traigo agua.
-Está bien, gracias.-respondí secándome la cara.

"Uff, casi nos pilla". Tragué duro. Me iba a mear encima como todo esto siga así. Tenía cara de poker

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La Decalcomania De LyottelineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora