Capítulo 22

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DISCLAIMER: Los personajes no me pertenecen pero la historia sí, por lo que NO AUTORIZO para que esta se modifique o publique en otro lugar. Sólo publico en Fanfiction y Wattpad, si encuentran mis historias en otros lugares y con otros personajes que no sean de Inuyasha entonces es PLAGIO.

Capítulo 22:

- Voy a bajarme... - Se quejó ella mientras intentaba en vano abrir la puerta. Inuyasha sujetó de pronto una de sus muñecas fuertemente y la miró seriamente.

- Será mejor que te calmes, me conoces... dije que íbamos a hablar...

La seriedad de sus palabras hizo que Kagome lo mirara asustadamente. Inuyasha vio su rostro y trató de sonreír, mientras soltaba su muñeca. Kagome se recostó en el asiento del automóvil y desvió su mirada hacia la ventana. El joven la miraba de reojo. No podía creerlo, la tenía al fin a su lado... no en las circunstancias que hubiera deseado pero...

- Kagome... - Dijo apenas, tratando de armonizar el aire de tensión que se ceñía sobre ellos, pero ella no lo miró.-... Eres aún bastante orgullosa- Le reprochó casi divertido. Kagome se mordió el labio fuertemente.

- Esto es como un secuestro.- Respondió enojada pero aún sin mirarlo. Inuyasha levantó una ceja.

- Tienes razón... lo es.- Dijo descaradamente. Ella volteó rápidamente para mirarlo con rencor.

- ¿Pero qué quieres? ¿Por qué no vas donde Kikyo y tu hijo?!!

Él detuvo el auto y la miró seriamente.

- De eso precisamente quiero hablar contigo. Pero primero que nada... déjame decirte lo increíblemente hermosa que te ves.

La chica retuvo el aire y lo miró seriamente. No podía soportarlo, el hablarle de esa manera hacía que por momentos no tuviera control sobre sus emociones. Bajó la vista avergonzada mientras sentía que las mejillas se ruborizaban de vergüenza. Inuyasha sonrió cuando apreció el candor de sus mejillas. No, no había cambiado, aún era la jovencita que él tanto amaba, no podía tener algo con el miserable de Sesshoumaru.

- No juegues otra vez- Dijo ella en un susurro, mientras levantaba la vista y desviaba la mirada hacia la ventana. Inuyasha arrugó el ceño.

- Pero si nunca he estado jugando.- Le reprochó él.- Pero no te culpo por todo el odio que puedas sentir hacia mí... lo merezco...

Kagome se volteó lentamente y por primera vez se enfrentó a esa dorada mirada, después de tanto tiempo.

- Yo no te odio- Respondió ella sin más.

- ¿No?- Preguntó sorprendido.

- Nadie se esperaba lo del niño, lo sé... tú mismo me contaste tu historia con Kikyo... me dolió mucho el enterarme de la verdad, es cierto, pero me dolió porque sentí que ya no podría estar a tu lado. Aunque... no puedo decirte que dudé de ti... de tus palabras...

Inuyasha sonrió ampliamente al escuchar las francas palabras de la muchacha.

- Pues déjame decirte que... si eso es lo que pensabas... entonces no tienes de qué preocuparte.

Kagome lo miró  sin entender.

- Miroku me ha contado que nuestro informante ha descubierto que ella no puede tener hijos. Fui un estúpido al dejarme arrastrar tanto tiempo con su mentira...

- Es... ¿mentira?

- Un día me dijiste que era un paranoico al tratar de decirte que tuvieras cuidado con Kikyo...

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