3. No Metas Las Manos Al Fuego

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La semana se había pasado super rápida. En compañía de Wendy, Claudia, Viky, Frida y Larissa. Claudia me presentó a Larissa, son amigas desde bebes, ella tiene una estatura promedio, tiene un cabello muy bonito como ella y es muy amable y amigable con todos. Todas juntas somos un desastre total. Siempre nos sacan de clase por platicar o estar riéndonos como locas. Era el viernes que tanto había esperado para nuestra reunión o Tarde de Putas, como lo llamábamos nosotras.

Me desperté muy alegre para ir la prepa y aún así pasó muy lento el día. Tal vez porque era viernes y ansiaba que fueran las 4 de la tarde. Apenas era la una, faltaba una clase más para salir.

*Riiiiiinng*

Sonó el timbre. Aleluya, pensé. Me despedí de mis amigas y les dije que las vería en mi casa a las 4 y entonces llegó mi hermano para que regresáramos a casa. Puso canciones de su banda en la radio. Su banda "Crazy World" eran buenos, realmente buenos, pero no tanto ya que Adam Russell lo arruinaba todo. Si, lo odio mucho.

-Mis amigas vendrán a la casa a las 4, mamá no esta así que quiero que te comportes –Le ordené muy seria.

-Claro, pero la fiesta empieza a las 8 –Me dijo cuando llegamos a casa.

Mierda, maldije. Lo olvidé. Mi hermano y su estúpida banda harán la fiesta de "Regreso a Clases" y es hoy. Tenía que decirles a todas que se cancelaba la reunión en mi casa. Les mande un mensaje.

"Chicas, lo siento, no se podrá hacer la reunión en mi casa hoy. Mi hermano va a hacer una fiesta. Creo que lo mejor será pasarla para otro día. -Foster x"

Todas me contestaron que preferían venir a la fiesta. No tuve de otra, les dije que estaban invitadas. Si mi hermano invitó a medio colegio, ¿que daño harán mis amigas?

Mi hermano fue a comprar alcohol, botanas y todo lo que hiciera falta para la gran fiesta. Mientras, yo hacía mi tarea. Sí, en viernes, lo hacía porque así tenía todo el fin de semana libre para mí. Soy rara, pensé.

Me puse un short de mezclilla y una blusa holgada, me gustaba andar descalza por la casa al igual que despeinada. Tocaron el timbre, no me importó abrir andando así en fachas. Era mi hermano con... ¿¡Adam!? ¿que mierda hacía el aquí si la fiesta aun no comienza?

-Hola, peque... –Me saludo Adam, yo solo gruñí. –Uy, que carácter. –Dijo en tono sarcástico. Me limite a cerrar la puerta. –¿Que te pondrás para esta noche? Dime que algo sexy, para mi, por favor –Me acorraló contra la puerta y me habló cerca del oído. Su respiración estaba caliente. Dios mío, pensé, muriéndome por dentro, ¿que te pasa Elizabeth?

-Na... Nada que te... importe –Apenas pude responder. Se apartó de golpe cuando regreso mi hermano del baño. –Estaré arriba, en mi cuarto, no quiero que me molestes. –Le dije a mi hermano y después subí las escaleras casi corriendo.

Me lancé a mi cama y me quedé pensando en su voz... Dios, era tan seductora y el es tan excitante... De un momento a otro caí en cuenta de que era Adam del que estaba hablando y no tenía idea de porque estaba hablando así de él, del estúpido mujeriego de Russell. Para olvidarme de todo, me puse a leer, horas después se empezó a escuchar la música a todo volumen. La fiesta había empezado.

We Never Change...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora