1. El Primer Día

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*Ring, ring, ring*

Me desperté de golpe. No supe si fue por la pesadilla o por el despertador. Lo único que sabía era que me tenía que levantar para ir a la preparatoria.

No entendía porque seguía soñando con ese incidente después de 10 años. A veces tenía miedo de ir a dormir porque casi siempre eran pesadillas sobre mi padre.

Cuando cumplí 9 mi hermano, mi madre y yo escapamos de la casa de mi pare en Nueva York a un condominio de Londres a rehacer nuestras vidas. Lo se, al otro lado del mundo casi casi, pero queríamos olvidar todo rastro de mi padre. Teníamos el dinero suficiente para vivir donde quisiéramos.

En fin, me levanté de mi cama para bañarme. Aún tenía sueño pero le abrí al agua fría y sin pensarlo me metí. Así si me despierto, pensé. Me termine de bañar y me puse el uniforme del colegio. Una falda que me llegaba dos dedos arriba de la rodilla, una camisa blanca con el logo del colegio, las calcetas blancas y los zapatos negros. Me cepillé el cabello y bajé las escaleras.

-Buenos días mami. –Le besé la mejilla y me senté en la mesa. Mi mamá me sirvió de desayunar Hot-Cakes con leche. Mi desayuno favorito. –Gracias, mamá.

Mi hermano bajó y nos pusimos a desayunar los tres. Me daba mucha alegría tenerlos como familia. Al terminar de desayunar nos despedimos de mamá y Andrés me llevó en su carro a mi primer día de clases en la preparatoria.

Llegamos y todo era nuevo para mi. No sabía para donde dirigirme. Me invadió el pánico. Lo se, soy muy miedosa. Pero todo iba bien hasta que escuche su voz...

-Hey, ¡Guapa! –Era el fastidioso y mujeriego amigo de mi hermano, Adam Russell. Lo odiaba por todo, no tiene ni una cualidad o virtud, era un estúpido. –Que guapa te has puesto este verano, mi peque. –Me daba asco cada vez que me decía mi peque. Lo ignoré y seguí caminando hasta llegar a mi casillero.

Miré mi horario. Tenía clase de matemáticas. Que suerte la mía, pensé con sarcasmo. En fin, me dirigí a mi clase y la profesora nos pidió a todos que nos presentáramos hasta que llegó mi turno.

-Me llamo Elizabeth Foster, soy de Nueva York pero me vine a vivir acá con mi madre y mi hermano Andrés Foster desde hace 6 años. –Dije muy rápido y con la misma me volví a sentar. La profesora solo emitió un "Espero que no seas como tu hermano" que apenas pude escuchar. Mi hermano tiene buenas calificaciones pero su conducta lo arruina todo.

Todo el día fue igual, aburrido, los maestros y compañeros presentándose. Lo único bueno fue cuando sonó el timbre para salir. Estaba de camino al estacionamiento cuando me encontré con alguien. O más bien, ella me encontró a mí.

-Hola, ¿tu eres Elizabeth Foster, no? –Me preguntó una chica, tenía el cabello corto color negro y era alta y delgada. Me parece que la vi en clase de Español y en la de Biología. No recuerdo su nombre. –Yo soy Victoria Alanis, mucho gusto. –Dijo la chica y pensé que seriamos buena amigas. La invité a mi casa el viernes cuando ella me invitó a conocer a sus amigas en el receso de mañana.

Nos despedimos cuando llegó mi hermano y nos fuimos a casa. Como no había tarea dormí hasta el siguiente día.

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