10. Oh, No.

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*Toc, toc*

Me desperté sobresaltada por el toque a mi puerta. No podía moverme, el peso de Adam estaba casi encima de mi. Sonreí al recordar lo que había pasado anoche. El seguía durmiendo, se veía muy tierno. Lo tenía que despertar, mi mama seguía tocando la puerta.

-¡Ya voy mama! –mi grito hizo que se despertará Adam.

-Buenos días, peque –susurró sonriente y me beso la frente.

-Necesitas irte. Mi mamá esta allá afuera –dije un poco asustada.

-¿Como amaneciste, MI peque? –dijo recalcando que era suya. Y es verdad.

-Me duele todo pero bien –dije inocente. Me beso en los labios y se paró de la cama para ponerse su ropa–. ¿y tu?

-Mas que bien –dijo sonriente–. Por cierto, amo tu cama –dijo cuando termino de cambiarse y se acostó a lado de mi.

-Yo también –dije orgullosa–. Te tienes que ir –se me borró la sonrisa de la cara.

-Tranquila, Nena –me tomo la cara–. Volveré en la tarde, hay ensayo de la banda.

Al decir eso, me emocioné mucho. Primero porque vendría a verme y en segunda porque regresaría a los ensayos de la banda. Nos besamos por última vez y salió my torpemente por la ventana. Oh, no, hoy vería a Ethan, de seguro e iba a pedir una explicación de por que me fui de la fiesta. ¿Que le iba a decir?

Pasaron las horas muy lento pero por fin dieron las 5 y ya iban a llegar los chicos. Me arreglé y todo para Adam. Tocaron la puerta y yo con mucho gusto la fui a abrir. Iba muy sonriente hasta llegar a la puerta. Había llegado primero Ethan. Mi hermano había salido con mi mama para ir por unas compras. Ethan pasó y nos sentamos en el sofá. Teníamos un silencio demasiado incomodo. Minutos después el rompió el hielo.

-Mi auto ya se arreglo –dijo cortante.

-Ethan, yo... lo siento, enserio –ignoré a lo que dijo–. Tuve un problema y me salí de la fiesta.

No me di cuenta que se estaba acercando a mi hasta que sentí sus labios contra los míos. ¡NO! tenía ganas de gritarle pero puso su mano en mi nuca para que no me pudiera separar. El mismo hacía que mis labios se movieran al compas de los suyos. Escuché que abrieron la puerta. Nos separamos muy tarde.

Adam nos había visto. Me quería morir. Trágame tierra, pensé. Estaba muy nerviosa, no sabía que hacer. Le quería decir lo que pasó pero las palabras no salían de mi boca. Voltee a ver a Ethan y no entendía nada de lo que estaba pasando. Adam salió por la puerta con los puños cerrados. No se como pero lo seguí. Estaba en su carro, me subí. No prendió el carro ni nada, solo se quedó mirando hacia delante con las manos agarradas del volante, por un momento creí que iba a romper el volante.

-Adam, tranquili... –no me dejo terminar la frase.

-¿¡QUE ME VAS A DECIR!? ¿¡QUE LO QUE VI NO ES REAL Y QUE ME TRANQUILICE!? –me gritó.

Las lagrimas empezaron a rodar por mis mejillas. Me empezó a dar miedo. Me quería bajar del auto. Trataba de abrir la puerta pero era imposible, tenía otra vez el seguro para niños.

-Abreme, Adam –trate de decir entre sollozos.

-No –dijo frío. Un segundo después, me puso el cinturón de seguridad, arrancó el carro y salimos a toda velocidad a no se donde.

-Adam, me estas asustando –dije nerviosa, seguía llorando.

Su mirada llena de ira miraba hacía en frente.

-Adam, ¿a donde vamos? –volvi a preguntar, con miedo.

No me contestó.

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Tengo dos noticias para ustedes, primero les diré la mala y despues la buena. La mala es que mañana empiezan las clases, mis queridos lectores. No podré actualizar seguido, espero que me perdonen y que sigan leyendo, votando y comentando la novela. La buena es que ya casi alcanzamos la meta de ¡500 vistas y 60 votos! Eso me hace muy feliz, gracias por todo. Los ama, su Domy...❤️

We Never Change...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora