12. Sé Fuerte.

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Nos dirigimos de regreso a mi casa. Los coches de Evan, Hiram y Ethan estaban estacionados en la acera, al frente de mi casa. Mi mama ni mi hermano habían llegado aun. Que suerte, pensé. Adam estaciono el carro igual enfrente de mi casa pero del otro lado de la calle, se bajo del auto y me abrió la puerta. Por suerte, ya me había quitado el cinturón de seguridad así que solo me bajé casi corriendo hacia mi casa.

Abrí la puerta y me encontré con los chicos sentados en la sala. Evan, era guapo pero no mucho, solo por sus ojos que eran color verde, usaba lentes y su pelo era lacio. Al contrario que Hiram, el era muy alto, delgado y con ojos cafe claro. No eran mi tipo. Ethan era mucho mas guapo, sus ojos negros y la dulzura que tenía eran únicas y eso que no era tan alto como Adam. Su cuerpo de Dios Griego, sus ojos color miel, su sonrisa perfecta, su cabello castaño y rizado y sus celos harían enloquecer a cualquiera. Adam. Casi sonrío al pensar en él.

Evan e Hiram me saludaron cuando entró Adam a la casa. Su mirada se dirigía de mi a Ethan. El solo miraba la tele, ni se inmutó cuando entre a la sala o que los otros dos chicos me saludaron. No le quise poner mucha atención por que seguía enojada. Me subí a mi habitación. Sonreí al ver las flores que Adam me había regalado, segundos después comencé a llorar por lo sucedido. Lloré como 2 horas hasta quedarme dormida.

*Ring, ring*

5:30 am. Escuela. No me quería levantar. Nunca me quiero levantar. Eran las 5:52 cuando me arme de valor para pararme. Se me iba a hacer tarde, mierda. Desayuné, me cambié, me lave los dientes y me dirigí al auto de mi hermano, el ya me estaba esperando. Apenas iban a tocar el timbre cuando choque con alguien. Era una chica.

-Lo siento mucho, estoy muy apenada, ¿estas bien? –le dije a la otra chica que también había caído al piso, la ayude a levantarse. Nunca la había visto.

-Si, si, no importa, ¿Me podrías decir donde queda la dirección? –me dijo la chica.

-Si, claro! Esta al final del siguiente pasillo de la derecha –le dije a la chica cuando tocaron el timbre–. ¿Eres nueva? –Ella asintió–. Me llamó Elizabeth Foster, ¿y tu?

-Fatima, Fatima Reyes. Gracias –sonrió.

-Okay, Fatima, cualquier cosa que necesites puedes decirme –nos despedimos y me dirigí a mi salón.

Las clases parecían eternas. Por suerte tenía a las chicas. Nos dirigimos a la cafetería cuando vi a lo lejos a Fatima, saliendo del salón de Biología. Me dirigí a ella.

-¡Hey! ¿quieres venir a almorzar con nosotras? –señale a mis amigas. Ella muy feliz me dijo que si.

Ya en la cafetería decidí presentarle a todas las chicas. Espero que les caiga bien Fatima, es buena gente, chaparra, con pecas y cabello negro lacio. No sabía a quien presentar primero así que lo hice en orden alfabético.

-Fatima ellas son Claudia –señalé a la blanca de ojos bonitos–, Frida –señalé a la castaña alta–, Larissa –señalé a la pequeña que leía un libro–, Victoria pero le puedes decir Viky –señalé a la delgada con cabello corto– y Wendy –señalé por último a la chaparra con chinos. Todas saludaron a Fatima. Nos llevaremos bien, pensé sonriendo.

Cuando sonó la chicharra nos dirigimos a nuestros salones. Las clases se me pasaron un poco mas rápidas ya que Fatima y yo estábamos en las mis clases, menos Ingles. Ella quedó en Básico, con Frida. Sonó la chicharra de salida, grité para mis adentros ¡Por fin! y salí corriendo, sin esperar a nadie.

No había visto a Adam en todo el día hasta que llegue al carro de mi hermano. Se hizo un nudo en mi garganta. El estaba ahí a lado, en su carro. Besandose con Jessica. La rubia oxigenada que se creía la mas buena de todo el Universo. Quería llorar pero mis lagrimas no podían salir. El me vio y se separó de golpe de Jessica. Se bajó de su carro y yo salí corriendo pero me alcanzó.

-¡Elizabeth! ¡Hey! Escuchare –me tomó de la muñeca y me volteo hacia el.

-No, Adam, suéltame –dije tratando de sonar calmada. Me solté de su agarré y me subí a mi carro dejándolo ahí parado como pendejo.

Antes de que mi hermano llegara, lo último que vi fueron los ojos de Adam. Parecía triste. Se que lo hizo a propósito.

Pero se sentía como una daga apuñalando a mi corazón una y otra vez.

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Hoy les quiero decir dos cosas. La primera es que este capitulo va dedicado a mi Jerk @fatimamorales13 porque empezó a leer mi novela y pues casi me mata por no actualizar jajajaja

En fin, la otra cosa pero menos importante es que... *redoble de tambores* ... ¡Alcanzamos la meta de las 500 vistas y 60 votos! Sigamos así y podremos llegar a 800 vistas y 150 votos. Gracias por todo, me hacen muy feliz... Vota si a ti tambien te gusta Adam ❤️

We Never Change...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora