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Los rayos del sol entraban por la ventana de aquel cuarto, pegando directamente en el rostro del pilar.
Este apreto los ojos la luz le molestaba y terminó por despertar.
Solto un bostezo estirando sus brazos hacia arriba mientras abría la boca.
Al querer abrir sus ojos noto que en uno de ellos un parche se lo impedía. Con delicadeza tomo el parche con la mano quitandolo de su ojo, al tratar de abrirlo no pudo y se ayudo con el dedo pulgar e índice.
Abrió con más amplitud el ojo derecho por sorpresa al saber que su ojo izquierdo lo había perdido por completo en la batalla con ese demonio.
—fuuu.....
Solto un suspiro con pesadez.
—era obvio
Se dijo así mismo con una leve sonrisa pero no era una sonría que reflejará felicidad, felicidad de saber que aún estaba vivo que se habia librado de la muerte, y solo perdió la visibilidad de un solo ojo. Era solo para disfrazar la decepción que sentía sobre el mismo de no poder vencer a una luna superior.
—¡Rengoku-san!
Una voz femenina y chillona se escucho en la puerta. El hashibira se sorprendio mirando de inmediato a la puerta.
Era una de las tres niñas quien con felicidad salió despavorida para avisar a la pilar del insecto que kyojuro había despertado.
—ara ara no tienes por que agradecerme Rengoku-san lo hice con mucho cariño
Dijo cerrando los ojos y con una gran sonrisa.
—tengo que hacerlo si no fuera por ti tal vez ya estaría muerto
—¡no, no, no!, ¡ni lo menciones!
Se detuvo en seco mientras agitaba sus manos.
—la verdad me sorprendió demasiado que hayas sobrevivido...
La pilar coloco su mano debajo de la barbilla con una expresión pensativa.
—¿eh?, ¿Por qué lo dices?
Kyojuro ladeo la cabeza como un perro sin entender a lo que la pilar había dicho, sobre que le sorprendió el hecho que sobrevivió.
Sus recuerdos sobre el enfrentamiento con la tercera creciente son borrosos hasta donde el sabe solo recibió golpes nada grave en su perspectiva.
—¿Por qué lo digo?
Contesto shinobu con otra pregunta, le pareció raro lo que el hashibira había preguntado al parecer no sabia que el demonio le enterró su propia katana en su cuerpo.
—pues aquel demonio te enterró tu propia katana en tu cuerpo, y lo que me sorprendió es que pudistes vivir
—Ah.... vaya no lo sabia con razón cuando me levante siento un leve dolor en mi abdomen
Kyojuro coloco su mano exactamente donde se supone que su katana lo había atravesado.
—lo importante es que sigues aquí, solo tengo que decirte que aún tendrás que estar en reposo, por mucho que estuviste descansando estas dos semanas aún tu cuerpo sigue débil, así que nada de entrenamiento rudo
—¡nada de entrenamiento duro Entendido!
Hablo con entusiasmo, shinobu solto un pequeña risa le agradaba volver a escuchar a su querido amigo.
Después de aquella platica el hashibira se dispuso a irse, así despidiéndose de shinobu, kanao y de sus ayudantes.
Aoi y las tres pequeñas niñas.
—¡cuídese mucho Rengoku-san!
Grito sumi mientras agitaba su mano despidiéndose del hashibira.
—¡lo hare!, ¡gracias por todo!
Respondio y volvio a despedirse por última vez. Se perdió entre las hojas de los árboles y arbustos.
Caminaba en dirección a su casa le ansiaba poder ver de nuevo a su hermano menor y a su padre.
Su ánimo mejoro en unas pocas horas ya no estaba tan decaído como en la mañana y todo gracias a las cartas que shinobu-chan le entrego.
El sujeto quien las envió no era sin más del joven kamado, donde le agradecía por haberlo salvado de aquel demonio y también por haberle enseñado nuevas cosas.
—¡Hermano!
Senjuro su hermano menor lo recibió con gran alegría que al correr hacia el y abrazarlo los dos terminaron en el suelo.
—senjuro a mi también me alegra verte
El rubio río y acaricio el pelo rizado de su hermano.
Senjuro no tardo en desbordar lágrimas, sus lágrimas de felicidad al saber que su hermano seguía con vida mojaron la ropa de Rengoku.
—¡¿eh?! ¡¿Senjuro estas bien te lastimastes?!
El mayor se alarmó al verlo llorar comenzando a realizar una pequeña inspección en su hermano menor. Y ver donde se lastimo.
—estoy bien, solo estoy demasiado feliz
Senjuro detuvo la acción de su hermano, se limpio las lágrimas de sus ojos. Para después ver a la cara a su hermano, quien sonreia levemente.
Rengoku lo abrazo, Senjuro no era el único de ver a su hermano después de bastante tiempo. El menor le correspondió abrazando con todas sus fuerzas para volver a llorar.
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