♡ ៸៸ 𝐈 𝐭𝐨𝐥𝐝 𝐭𝐡𝐞 𝐬𝐭𝐚𝐫𝐬 𝐚𝐛𝐨𝐮𝐭 𝐲𝐨𝐮 ،، venearg !! ✦

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˖ ࣪ Capítulo 01 ࣪ ˖
❛ La luz de su mirada ❜

La luna refleja su luz
en la laguna del valle estrellado
Recibiendo la gratitud
de aquellos que se han callado.

Todos la admiran, todos la adoran,
todos esperan su momento de honra.
Con su mirada profunda, sin dudas la más bella
Resplandece nuestras vidas y aliviana nuestras penas.

Podrá ser juzgada,
e incluso maltratada;
Pero su luz permanecerá
hasta el fin de las mañanas.

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──¡Gol!──se escuchó exclamar a la multitud que celebraba en las gradas de aquel patio techado, al ver como el equipo rojo de handball había anotado nuevamente un punto. El mismo grupo de jovenes que jugaba comenzó a saltar por la alegría que les había causado ganar una vez más: se abrazaban entre ellos, se revolvían los cabellos y cargaban al líder, Venezuela, por las buenas jugadas que habían hecho.

Este último reía muy alegre con su grupo, viendo de reojo a la multitud de estudiantes que los alentaba. Viendo rápidamente notó que allí se encontraba un joven de cabellos azules y tez celestina. Sonrió más amplio al ver que ese compañero suyo estaba ahí, pero no pudo analizarlo mejor ya que comenzaron a tirar espuma a todos para celebrar.

Ese joven de orbes ambares era Argentina, un compañero de salón de Venezuela. Suspiró enamorado al verlo tan feliz, posando su rostro entre sus manos que se sostenían a través de sus codos en sus rodillas. Le encantaba. Venezuela era como su tipo de chico perfecto, aquel que siempre había soñado y el cual pensaba que sólo se quedaría en una vaga ilusión de su absurda mente.

Le alegraba tanto verlo feliz, sonriente, disfrutando de su momento de gloria en el equipo de handball del instituto al que asistían. Aplaudió alegre para alentarlos más, cuando de pronto aparecieron unos jovenes que no hacían nada más que convertir su vida en cuadros rotos.

──¿Y tú qué haces aquí, gordo?──se rieron de él, rodeándolo en cuestión de segundos. Argentina se encogió en su lugar, la sonrisa había desaparecido de su rostro y ya se esperaba todo lo que iba a pasarle.──¿Acaso vas a decirnos que te gusta el deporte?

Argentina nisiquiera los miró al rostro, sólo se levantó con intenciones de irse de allí pero fue nuevamente empujado a las gradas haciéndolo caer con fuerza. Se quejó de ello, le había dolido en su baja espalda pero no se pudo preocupar mucho por eso.──Anda gordito, respóndenos; ¿qué hace alguien como tú en un partido como este? Es muy importante, ¿sabes? No nos dará una buena imagen que un cerdo esté en el estadio.

Para ese punto, los ojos del albiceleste ya estaban llorosos.

Era todos los días lo mismo, los malditos cinco días de la semana en los que debía ir a estudiar. Odiaba eso, pero no podía hacer nada más.──Oww, el pequeño puerquito va a llorar... Mira como se le inflan los cachetes.──uno de ellos rió más fuerte, apretándole una mejilla y jalando de esta con fuerza hasta colorarla.

Argentina no resistió más eso, por lo cual de levantó rápidamente y los apartó de un empujón, corriendo entre lágrimas de allí al grito de oink oink. Trataba de que esos comentarios ya no le afectaran, pues los había escuchado desde pequeño, pero, simplemente no podía. Le costaba, y si bien tenía una gran capacidad para aprender, se le seguía dificultando ese sector de su vida.

Sus emociones, su espíritu, su cuerpo.

Llegó finalmente al salón que estaba desolado, sentándose en su lugar del medio antes de esconderse entre sus brazos y el escritorio, soltando todo lo que tenía. Debía aprovechar ahora para quitarse todo eso de encima, antes de que llegara el resto del curso y tenga que tragarse las lágrimas como siempre lo había dicho.