Elaine es una escritora que se esconde en el mundo del anonimato, las letras fueron lo único que le quedaron después de esa trágica noche que ella lucha por olvidar.
Deneb es un estudiante de arte que sueña en algún día convertirse en uno de los má...
Elegiac: Expresa tristeza, especialmente porque alguien murió o porque ya no existe.
Origami: Arte que consiste en el plegado de papel sin usar tijeras ni pegamento para obtener figuras de formas variadas.
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El sol se escondía entre las enormes montañas repletas de nieve que se pintaban de los colores anaranjados del hermoso atardecer. Elaine y Elián lo miraban desde la ventana, el silencio reinaba en la habitación, pero no en sus mentes.
Ellos ya estaban acostumbrados a que sus pensamientos ocuparan su cabeza sin dejarlos descansar.
El frío los estremecía, pero nada de ello importaba cuando los dos solo podían pensar en el miedo que les recorría y la duda sobre si esa sería la última vez en la que podrían ver el atardecer juntos, aunque para Elaine la noche era su preferida, Elián observaba al astro con adoración esconderse antes de que la luna apareciera.
Su fascinación había empezado desde pequeños, su madre la había comenzado intentando representar de alguna forma su sueño frustrado de ser astrónoma que se había visto imposible después de haberse casado con su esposo. Para los gemelos ahora lo representaba todo, era su escape, su tranquilidad y la única forma en la que los dos se sentían más cerca que nunca.
Ambos tenían muchas cosas que decirse, porque a pesar de que la esperanza en que todo saldría bien seguía ahí, los dos mantenían esa pequeña espina en su mente torturándolos con malos escenarios que podrían suceder. Ninguno decía nada, Elaine apretaba los labios intentando no llorar y Elián mantenía esa sonrisa que siempre tuvo frente a su hermana, aunque por dentro tenía el mismo temor que ella, pero alguno de los dos tenía que mostrarse fuerte o al menos eso pensaba él.
—Puedes decirme que pasa por tu mente, si quieres —ofreció él sin despegar la vista del paisaje. Nunca intentaba presionar a Elaine a expresar sus sentimientos, los dos lo hacían cuando querían y sin juzgarse.
Elaine dudó unos segundos y después dijo:
—Desde que aceptaste mi propuesta de escaparnos, pensé que estaría feliz de que todo acabara después de tanto tiempo. Pero solo... siento que me estoy hundiendo aún más —explicó Elaine sin poder evitar que sus manos temblaran al querer recargarlas en el marco de la ventana.
—Sabes que algún día nos tendríamos que ir de aquí, quizá yo tomaría el primer paso o quizá tú, pero ambos sabíamos que pasaría —mencionó Elián mirándola con esos mismos ojos idénticos a su hermana con una sonrisa que decía «todo estará bien».
