CINCO

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Mi despertador sonó a las siete en punto de la mañana, por un momento había olvidado que era lunes y que Connor llegaría por mí en cualquier momento para irnos al colegio, no quería ni levantarme de la cama, hacía frío, aún tenía sueño y no tenía ganas de asistir hoy al colegio, si no voy un día no afecta en nada ¿verdad?, error, todo pasa cuando uno no va a clases, el profe de mate no da clase, dan buena comida en la cafetería, tu crush te busca, de milagro no va algún artista a dar un concierto. Me senté en la orilla de mi cama viendo hacia mi escritorio específicamente al cajón donde guardé la nota en la que Zack me dejó su número, me levanté y fui hasta mi baño, me vestí con unos jeans negros, una blusa blanca de manga larga, unos tenis negros y un gorro gris, me arreglé con un poco de maquillaje y me puse mis lentes de contacto. Recibí un mensaje de Connor que decía que llegaría por mí en cinco minutos, tomé mi mochila y un suéter, pero para cuando salía de mi habitación, volví a mirar a mi escritorio, escuché el claxon del auto de Connor que ya me esperaba afuera de mi casa, así que fui hasta mi escritorio, saqué la nota y salí de mi habitación cerrando mi puerta, me despedí de papá y me dirigí a la entrada de mi casa, abrí la puerta y me sorprendí al ver a Zack ahí parado.

- ¿De salida pequeña Miller? -él me sonrió.

- No tengo tiempo, voy tarde -dije pasando de lado caminando hacia el auto- ah y cierras la puerta cuando entres.

Entré al auto y saludé a Connor, noté que se le quedó viendo a Zack antes de arrancar el auto, pero no quise darle mucha importancia.

Durante el camino a la escuela, recibí una llamada de mi mamá diciendo que necesitaba que hoy pasara a recoger a Dina de la escuela, ya que tendría una reunión importante por la tarde, pero tuve que decirle que no podía ya que hoy tenía el dichoso club de artes y pude notar por su tono de voz que eso le disgustaba ya que tendría que pedírselo a mi papá. Ellos suelen ser más tolerantes cuando se trata de sus hijas, pero desde el divorcio prefieren no verse a menos que sea algo de importancia, pero incluso separados tratan de matarse con la mirada.

Al cortar la llamada Connor no tardó ni un minuto en preguntarme quien era el chico que estaba al pie de mi puerta, bromeé diciendo que era mi novio y que venía a casa a pedir la bendición de mi padre, pero mi broma no le hizo mucha gracia, tenía semblante serio, no hizo falta que dijera algo para que entendiera que quería escuchar la verdad, dije que se llamaba Zack y que él trabajaba en mi casa para ayudar con el jardín o cualquier otro problema de la casa. Con esa respuesta, Connor parecía no estar completamente convencido, pero su mirada se relajó cuando me vio a los ojos, esos ojos grises que me hechizaban con su profundidad y me hacían sentir segura, él sonrió como si acabara de ganar un juego.

Apenas llegamos a tiempo a clases, Connor me acompañó hasta la entrada de mi salón puesto que la primera clase la teníamos separados, en cuanto se fue llegó el profesor de economía, me senté junto a Zizi y otros dos amigos, Chris y Alex, ellos son todo un chiste andante, aunque lo cierto es que Zizi apenas soporta a Chris ya que dice que casi no le hago caso en las clases por prestarle más atención a él. Conocí a Chris el primer día de clases de la preparatoria, él y yo teníamos todas las clases juntos por lo que nos hicimos muy cercanos, tiempo después se nos sumó Alex quien era muy tímido, apenas nos dirigía la palabra cuando nos conoció hasta que poco a poco nos tuvo confianza y pasó de ser el chico tímido a ser la persona con la risa más contagiosa del mundo, Zion solo los aceptó porque dijo que le hacían falta amigos hombres, y aunque en el momento se me hacía absurda su respuesta, no quise discutir de eso con ella.

A mitad de la clase, la directora me mandó llamar a su oficina con urgencia, levanté mis cosas y salí del salón ignorando las risas de los demás como si pensaran que había hecho algo malo, fui hasta recepción diciendo que habían mandado a llamar por mí, en eso la directora salió a buscarme, me recibió con una sonrisa aliviando ese nudo en la garganta que tenía y me llevó a pasear por los pasillos del colegio, ella dijo que, como soy parte del cuadro de honor, me quería para recibir a los estudiantes de intercambio que estarían con nosotros hasta fin del curso. Ella hizo toda una explicación de lo que debía decir, que hacer y que no entrara en pánico si no sabia que responder a alguna pregunta, también me aclaro que mis faltas en las clases de hoy estarían justificadas por lo que no debía preocuparme de eso, ja mejor para mí, día libre.

Después de dar un largo paseo con la directora, llegamos a la entrada del colegio esperando a que todos los nuevos bajaran del autobús en el que viajaban. A la vista yo calculaba que eran unas treinta personas, varios venían riendo mientras que otros venían caminando solos, supongo que esos son los que vienen sin conocer a nadie o tal vez no se les de bien socializar, eso lo entiendo, ser el nuevo jamás es fácil, hace que te sientas como si todos se te quedaran viendo como si fueras el único nuevo, lo cual es tonto si lo piensas detenidamente, solo pasa en las películas que los nuevos son los agredidos o que pasan por la llamada "novatada", cuando la realidad es que nadie te presta atención a menos que quieran incluirte a su conversación o quieran que te muevas para que puedan ver lo que dice la pizarra.

- Buenos días nuevos alumnos, soy su directora Yadira Ortega, sean todos bienvenidos a nuestra preparatoria -se anuncio la directora con la sonrisa más amigable que tenía- como bien sabrán, estarán en nuestro colegio por lo que resta del año escolar, espero que su tiempo sea muy provechoso -los aplausos comenzaron y yo comenzaba a sentirme nerviosa, las manos me sudaban y trataba de mantener mi sonrisa para no verme insegura- ahora los dejaré con su compañera de último año, quien les explicara sobre los eventos por venir, sus clases y algunas otras cosas. Tengan un buen día.

Y con esas palabras, la directora me dejó con la atención de los nuevos estudiantes, me paré frente a ellos buscando las palabras correctas para iniciar el discurso de bienvenida.

- Hola, me llamo Lily Yaneth Miller, soy estudiante de último y les daré un pequeño recorrido por el colegio, voy a responder algunas de las preguntas que puedan tener y no se preocupen, todos llegamos a perdernos en nuevas escuelas. Si me hacen favor de seguirme de forma ordenada -los nervios se fueron disipando mientras iba hablando. El grupo me fue siguiendo por toda la escuela, les mostré donde quedaban los laboratorios de ciencias, la biblioteca que quedaba en el edificio de a lado, las canchas de futbol y voleibol; esa fue la parte divertida, pude notar como sus caras cambiaban de asombro a aburrimiento cuando les mostré los salones de clases y les presenté a cada profesor y la clase que cada uno impartía- Por este lado se encuentra la recepción y la oficina de la directora, aquí podrán consultar sus horarios. Antes de retirarme debo informarles que este fin de semana se llevara a cabo el baile de invierno en nuestro colegio, es un evento formal donde podrán conocer a más personas, el día de mañana podrán comprar sus boletos, ¿alguna duda?

- Ah si, ¿es necesario llevar pajera? -dijo un chico de cabello café oscuro que resaltaba por traer una gorra roja.

- No es obligatorio, pero si gustas podrías llevar a quien tu quieras -conteste. Me cercioré de que nadie más tuviera preguntas y me fui, dejando al grupo en la recepción.

Antes de ir con mis amigos, fui al baño y me encerré en uno de los cubículos, saqué la nota de Zack viendo fijamente su número, ciertamente no perdía nada mandándole mensaje, no es como que fuera un completo desconocido, tampoco significa que hablemos de todo 24/7. Después de darle muchas vueltas al asunto y pensarlo más de cinco veces, saqué mi celular y anoté el número en mis contactos, abrí su chat y le mandé mensaje.

Hola, soy Yaneth

Tal vez, Algún díaWhere stories live. Discover now