SIETE

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Esperé unos quince minutos en los baños a que Zack contestara mi mensaje, y no es que me interesara, pero pensé que al menos me diría un hola para confirmar que sí era su número y no el de un extraño que ahora sabe mi nombre; decidí ser impaciente en otro lado, dando vueltas por la escuela buscando las canchas donde estarían mis amigos hasta que, sin querer choqué con alguien en las escaleras dejando caer mi celular.

- Cuidado, deberías poner atención por donde caminas.

- Lo siento, pero tú también podrías fijarte -alcé la mirada para ver a la persona con la que me había topado, me di cuenta de que era uno de los chicos de intercambio de esta mañana- hey, eres el de gorra roja que preguntó si era necesaria la pareja para el baile -dije con gracia.

- Ja, que interesante que me ubiques así -se agachó para recoger mi celular y me lo extendió- creo que debería decir mi nombre, soy Dylan, el dichoso de la mañana con gorra roja, ¿y tú eres?

- Tienes un tono muy propio al hablar -dije con gracia a lo que él respondió con una sonrisa sincera y un brillo indescriptible, pero mi pensamiento quedó interrumpido por una llamada entrante en mi celular- debo contestar, pero hablamos luego.

Comencé a caminar un poco más rápido para contestar en un lugar sin tanto ruido, pero al querer contestar mi celular dejó de sonar, entonces me di cuenta que la llamada era de Zack, así que le mandé un mensaje para saber que era tan urgente que requería de un llamada.

¿Qué necesitas?

Que humor, parece ser que a la pequeña Miller le hace falta azúcar a su café.

Jaja, muy gracioso.

Para tu información estoy en la escuela.

Tú fuiste la que me escribió.

Para saber si sí era este tu número.

Jajaja, ¿piensas que me atrevería a darte un número falso?

Yo qué sé.

No te conozco de nada.

Me ofendes pequeña Miller.

Deja de llamarme así, mi nombre es Yaneth.

Pero suena mejor así, además, ya te agendé como "Pequeña Miller".

Antes de seguir con mi conversación con Zack, llegó Zion asustándome por detrás seguida de Chris, Connor y Alex, al parecer ya había pasado casi medio día desde que me sacaron del salón. Zion me rogaba que le quitara de encima a los chicos porque llevaban toda la mañana discutiendo de quien era el más rápido de los tres, como si fuera el acontecimiento de la semana.

Para el medio día quisimos ir a una cafetería que quedaba dentro de la escuela, de esos en los que te cobran una botella de agua como si estuviéramos en un aeropuerto, cada uno pidió una bebida y algo para comer. Yo pedí un capuchino con polvo de vainilla y un toque de menta con una tarta de moras, es la cosa más deliciosa que puede existir en este planeta, aunque todos piensen que es asquerosa la combinación de menta y vainilla.

Para el final de mi clase de artes, Zion me pidió que la ayudara a acomodar las últimas decoraciones a la entrada del gimnasio y de paso ir por las entradas para venderlas al día siguiente. Connor se ofreció a llevarnos, pero Zion prefirió dejarnos ya que, según sus palabras, compartir un mismo espacio con Connor que no fuera el salón de clases, era un suplicio, así que ella terminó con las decoraciones mientras que Connor y yo recogíamos las entradas, pero durante el camino, noté que mi amigo algo distraído. No hizo falta que yo comentara algo para que él hablara.

- Yen, eres mi mejor amiga, lo tienes claro, ¿no?

- ¿A qué viene la pregunta? -se orilló en la calle y apagó el coche.

- ¿Quieres decirme quién es el chico que estaba a la puerta de tu casa? -bajó la mirada al volante- lo pregunto porque se supone nos contamos todo.

- Ya dije, es el chico que ayuda a arreglar cosas en mi casa -dije restándole importancia-, pero sigo sin entender cuál es el problema.

- El problema es cómo te miró en la mañana, como te habló con tanta confianza -tomó una pequeña pausa, su respiración se volvió agitada, yo no podía quitarle la mirada, estando alerta a lo que fuera a pasar- escucha, eres muy especial para mí, y ver que alguien en tan poco tiempo...

Pero no pudo acabar su frase porque entro una llamada a mi celular, era Zack. Entonces, el gritó.

- ¡ME GUSTAS! -mis oídos se volvieron sordos por unos segundos hasta que el vibrar de mi celular me hizo reaccionar- yo, de verdad quisiera que te hubieras dado cuenta antes, pero quisiera que tuviéramos un momento para hablar esto bien, ¿te apetecería ir al cine el domingo después del baile?

No sé cuánto tiempo tarde en contestarle que sí, algo que él había tomado como su mayor logro del día. Pero mi incomodidad que seguía fresca por lo ocurrido hizo que le pidiera que me dejara ahí en la calle y que yo me iría por mi cuenta, inventando que había olvidado que mi padre me había encargado algo (súper creíble). Esperé unos cinco minutos después de que mi amigo arrancara para cerciorarme de que ya no estaba en su campo de visión para poder marcar el número de Zack, en seguida que contestó le pedí que fuera por mí al lugar donde estaba, le mande mi ubicación en tiempo real y en menos de veinte minutos ya había llegado por mí.

Zack no hizo preguntas del porque le pedí que fuera por mí a un lugar algo alejado de mi casa, solo se limitó a poner su música a alto volumen, entonces, comenzó otra canción.

- Esa canción me gusta -sonreí vagamente.

- Al fin dijiste algo -subió más el volumen- no importa lo que haya pasado, canta lo más fuerte que puedas, deja que la música te invada todo el cuerpo.

Dicho eso, el chico a mi lado se puso a cantar, su voz lo inundó todo en el lugar y me incitó a seguirle la corriente dándome pequeños golpes en mi brazo.

I wish that I could be like the cool kids
'Cause all the cool kids, they seem to fit in
I wish that I could be like the cool kids
Like the cool kids.

Cuando menos nos dimos cuenta, habíamos llegado a la entrada de mi casa, aparcó su auto en frente del garaje de la casa y me ayudó a salir. Pronto me di cuenta que mi hermana Dina estaba en casa, seguramente esperaba a que mi mamá fuera por ella. Al entrar, mi hermana corrió hacia mí para saludarme ignorando por completo la presencia del rubio a mi lado, me comentó que estaba muy feliz porque la habían puesto en el cuadro de honor de su grado, y que si seguía así recibiría un diploma por excelencia al final del curso escolar.

Papá estaba en la cocina teniendo una conversación con Zack cuando me pidió que si podía llevar a Dina a su casa ya que mi madre no alcanzaría a llegar a tiempo a nuestra casa para recogerla, me prestó las llaves del coche y me lleve a mi hermana. Durante el camino la noté algo ausente, se veía perdida en sus pensamientos; le pregunté qué era lo que la tenía tan pensativa, pero su respuesta me estrujo el pecho.

- ¿Crees que algún día nuestros padres puedan reconciliarse para que podamos volver a vivir juntos?, como una familia normal -sus ojos amenazaban con expulsar algunas lágrimas- yo sé que tengo mi cuarto en casa de papá y tú tienes la tuya en casa de mamá, pero tener que vivir una doble vida es fastidioso.

- Dina, yo... quisiera decirte lo que quieres escuchar, pero ambas sabemos que, el que estén separados es lo mejor para todos -hice mi mayor esfuerzo para no quebrarme ante mi hermana.

- Es que, los extraño -su sollozo me generó un nudo en la garganta que me fue casi imposible tragar.

Mientras pensaba que contestarle a Dina, llegamos a casa de mamá, ella se bajó sin decir una palabra y entró a la casa sin mirar atrás. Me marché del lugar pensando en lo mucho que nos había afectado la separación de nuestros padres, pero a la vez recordaba todas las peleas que había por las noches que parecían interminables, ojalá existiera una mejor manera de haber terminado esa situación.

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Holaaaaaaa, perdonen la demora pero por fin, aquí esta el nuevo capítulo.

Tal vez, Algún díaWhere stories live. Discover now