Contando mí pasado

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Eran alrededor de las tres de la tarde y nos encontrábamos reunidos en un parque, Twilight, Spike, sus amigas y sus mascotas, disfrutando de un picnic al que me obligaron a unirme. Mientras ellas charlaban sobre un tema en específico, Pinkie jugaba con Gomi, su inofensivo cocodrilo mascota, mientras yo me entretenía lanzando un frisbee con Spike.

Había transcurrido un mes desde la fiesta de bienvenida en Sugar Cube Corner. En esos días, todo había permanecido relativamente tranquilo, pero había algo que me incomodaba.

No podía dejar de pensar en los soldados que habían sobrevivido al incendio. Desde aquel día, lo único que anhelaba con intensidad era su muerte, deseaba que perecieran de la manera más brutal y dolorosa posible, solo para que finalmente me dejaran en paz y pudiera reconstruir mi vida.

"¡Ruslan, atrápalo!" exclamó el pequeño dragón, sacándome de mis pensamientos y devolviéndome a la realidad.

Agradeciendo la ayuda de Twilight, Spike y sus amigas, había logrado un buen progreso desde la primera semana en la que empecé a hablar equestriano. Aunque debo admitir que el nombre seguía provocándome cierta gracia, lo que me resultaba incómodo de explicar, ya que cada vez que lo pronunciaba, no podía evitar reír, lo cual confundía a Twilight.

Mi empeño en aprender dio sus frutos, ya que aprendí a pronunciar y crear oraciones un poco más largas de lo habitual. Repasaba diariamente las enseñanzas más básicas que había aprendido desde el primer día.

Con mucha práctica, esfuerzo y perseverancia, logré dominar las conjugaciones y derivaciones, que resultaron ser todo un desafío. También aprendí a aceptar y negar, hacer preguntas básicas y adquirí un vocabulario amplio.

Mi pronunciación mejoró, y me alegraba mucho ver cómo mi acento se atenuaba cada vez que hablaba en ese idioma. Finalmente, podía entender la mayoría de las cosas que pronunciaban Twilight, sus amigas, Spike y las princesas.

"¡Obvio que lo haré!" exclamé, atrapando el frisbee en el aire con mi pronunciación mejorada.

"Vas a perder, ya verás," dijo el dragón una vez más, arrojándolo de nuevo para que lo atrapara. Sin embargo, esta vez el frisbee quedó atrapado en la copa de un árbol. La situación cambió cuando una poni salvaje voladora apareció, tomó el frisbee y lo lanzó de nuevo al aire, permitiéndonos continuar con nuestro juego.

"¡Atrapa!" exclamó Rainbow Dash, lanzándome el frisbee.

"¡Sí!" exclamé, atrapando el frisbee con mi brazo derecho.

"Emm... Ruslan... ¿Cómo está tu..." -señaló mi brazo-, "es que utilizas fuerza para lanzar el frisbee."

"No me duele, Spike, tranquilo," dije para tranquilizarlo.

"Está bien, Ruslan, si tú lo dices," respondió el dragón con cierta desconfianza.

"Ahora qué le pasa," pensé para mí mismo al ver cómo Spike no creyó lo que dije.

"¿¡Puedo unirme!?" exclamó Rainbow Dash con su mirada desafiante dirigida hacia mí.

"Está bien," respondí con una pequeña dosis de desconfianza.

"¡Claro que sí, Rainbow!" dijo con notable alegría, ya que las demás ponis no querían unirse a nosotros debido a que estaban conversando algo de "MUCHA IMPORTANCIA".

Un Militar en Mlp (Terminado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora