Desde que habían dejado la cueva y habían empezado el viaje, los lobos no paraban de seguir al peliverde como si fueran perritos falderos, lo que empezaba a irritar al rubio e incomodar al carnero.
Katsuki hasta se sentía indignado de que sus lobos feroces ahora no parecieran más que tiernos cachorros jugando y pululando alrededor del pecoso.
Izuku por su lado estaba feliz regalando caricias y rascando las orejas de los lobos sin darse cuenta de nada. Si hubiera sabido que los lobos eran así de cariñosos hubiera tenido menos problemas desde el inicio.
Mientras ellos estaban caminando, un pequeño lobo se acercaba corriendo a la manada. Aunque cuando los alcanzó, estaba un poco confundido al ver una nueva incorporación. Sin embargo no le dio más importancia y saltó sobre el nuevo miembro de la manada a modo de saludo.
Con la fuerza del salto, el pecoso quedó derribado en la nieve sacándole risas al rubio. Izuku lo miró mal por reírse de su desgracia y el cenizo lo ignoró.
— Bakuhatsu, te tardaste mucho — saludó Katsuki palmeando la cabeza del recién llegado.
— ¿Enserio le pusiste "explosión" a uno de tus lobos? Es más ¿todos tienen nombre?— preguntó Izuku después de levantarse y sacudirse la nieve de encima.
— Tsk, cállate. Y la mayoría tiene nombre, solo los de la nueva camada no los tienen, a excepción de Bakuhatsu, fue fácil darle un nombre cuando siempre destroza o rompe algo por andar de inquieto — respondió Katsuki dándole un poco de carne seca al recién llegado. No sabía ni por qué le estaba dando explicaciones al peliverde cuando nunca lo hacía, pero estaba de un particular buen humor en ese momento.
— Hola pequeño travieso — saludó el pecoso empezando a acariciar al lobezno.
°
En el camino Izuku se había dado cuenta de que si bien el cenizo era malhablado, no era mala persona. Además le parecía tierna la forma en la que interactuaba con sus lobos. Es como si quisiera hacerse el duro con los demás, pero se permitía bajar la guardia cuando estaba con sus lobos, especialmente con los lobeznos.
Además, después de que Katsuki le hubiera pasado una bolsa con carne seca y otra con frutos a manera de snack, se había dado cuenta de que no recordaba hace cuanto había comido por última vez, no sabía que hora podría ser o hace cuando que Katsuki lo había rescatado del lago.
Y aunque quería preguntar, no quería romper la calma que parecía tener el cenizo al estar medio jugando con los lobeznos lanzándoles cosas para que busquen.
— Amm ¿Katsuki? ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que estoy aquí? — preguntó Izuku después de varios metros de caminata debatiéndose al respecto.
Mierda mierda mierda pensó Katsuki apenas el pecoso lo llamó Se siente estúpidamente raro que diga mi nombre
En la aldea todos le hablaban de "Bakugou", inclusos sus más allegados usaban algún derivado. ¿Pero "Katsuki"? talvez solo su madre lo decía cuando le hablaba muy enserio.
No le había dicho su apellido al pecoso para que no supiera a qué clan pertenecía. La mayoría lo trataba diferente cuando sabían su linaje y no quería esa mierda, había escapado para alejarse de eso precisamente. Y aunque el pecoso no parecía ser ese tipo de persona, no quería arriesgarse aún.
Pero ¡Maldición! Seguía siendo raro.
— Casi un día — respondió con fingida calma — Llegaste ayer en la tarde. Y ahora deben ser la ocho de la mañana. Aunque el camino es largo, nos levantaste estúpidamente temprano, así que tenemos tiempo de sobra para llegar, no te preocupes Deku.
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Bajo la aurora boreal
Fanfiction"Le patearé el trasero al extra que se metió en nuestro territorio y luego me iré hasta que acaben las fiestas" Como cada año, Katsuki se escapó al bosque para evitar que los líderes de los otros clanes y sus hijas lo acosen. Sin embargo en el camin...