5. Pide un deseo

8K 1.2K 291
                                    

Cuando Izuku despertó, se encontró envuelto por cálidas y cómodas mantas. El escenario era similar al que había cuando cayó al lago y Katsuki lo sacó. La diferencia era que esta vez Charlie esta vez estaba durmiendo junto con los lobeznos en un lado de la cueva y Kacchan no estaba a su lado.

Se incorporó buscando al cenizo, pues la noche anterior se habían dormido lado a lado luego de que terminara de bajarle la fiebre y ahora le extrañaba no verlo ahí. Iba a llamarlo, pero entonces lo vio cerca de la estufa tomando pequeños sorbos de una infusión.

— Ya despertaste. La tormenta está empezando a bajar — dijo Katsuki con voz seria terminando su infusión para después acercarse a una repisa de donde sacó un par de guantes. Al ver que el pecoso solo asentía como si no entendiera bien a qué iba eso, recordó que no le había comentado lo que había hablado con All Might — Le prometí a All Might  que te llevaría cuando la tormenta baje, así que alístate. 

— ¿Qué? ¿Cuándo pasó eso? — preguntó el pecoso. Había estado un poco somnoliento al despertar, pero con esa noticia y el tono de voz que estaba empleando el rubio, se le había quitado por completo el sueño.

— Mientras te dio fiebre — contestó seco poniéndose su abrigo y una bufanda.

La razón de que el rubio actuara tan distante fue porque al despertar la realidad le había golpeado en la cara como un balde de agua fría.

Se había despertado con el peliverde abrazándolo y descubriendo que en realidad no le molestaba, incluso le devolvió el abrazo y cuando cayó en cuenta de lo que hacía se levantó de golpe como si su tacto le quemara.

¡¿Qué carajos estoy haciendo?! 

Se sentía molesto porque se había dejado llevar ¿Desde cuando bajaba tanto la guardia con un extraño?  Cómo es que ese pecoso se había inmiscuido tanto en su vida en menos de.. ¿Cuanto?¿dos días? ¡Dos putos días! Y ya se había hecho un espacio como si se conocieran de toda la maldita vida.

Nunca se había sentido así de vulnerable y no le gustaba. Odiaba esa sensación. Y mucho más por que no entendía lo que le estaba pasando.

Solo lo estaba ayudando a volver, nada más. Debía centrarse en lo que se habían propuesto desde el inicio y ya. Por eso había tomado la decisión de establecer un muro entre ambos, tal y como debió ser desde el inicio.

Izuku por su lado solo veía como Katsuki sacaba abrigos guantes y bufandas para luego tirárselas furiosamente. ¿Qué rayos había pasado? Estaba seguro que hasta antes de que durmieran estaban muy bien, pero ahora el rubio estaba siendo...

— ¿Qué mierda haces ahí? — pregunto con tono enojado — Ve poniéndote el abrigo, ya te dije que tenemos que salir.

Izuku dio un salto por el susto y apretó la manta que lo estaba envolviendo, tratando de contener sus lágrimas.

— Kacchan...¿hice algo para que te molestaras...? — preguntó cautelosamente. Nunca había sido bueno haciendo amigos al ser muy tímido y luego al estar demasiado tiempo en sus deberes. Y justo ahora que al fin pensaba que había podido hacer ese click con alguien....

— No — respondió Katsuki soltando un suspiro cansado al notar los ojos del pecoso aguarse. Realmente estaba tratando de mantener el muro entre ambos, pero el pecoso no se lo estaba dejando fácil.

— Pero... — intentó Izuku nuevamente esta vez levantándose para acercarse.

— Alístate ¿quieres? — pidió Katsuki dando un paso atrás. 

Mientras Kacchan ordenaba lo que había usado en ese tiempo en la cabaña. Izuku se puso el abrigo, los guantes y bufando que le había dado el rubio. Una vez estuvo listo, el peliverde se puso a jugar con el dobladillo a manera de distraerse.

Bajo la aurora borealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora