11. EMEH

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A solo un día de mi cumpleaños decidí comprarme ropa nueva, pues sí que me hace falta. Así que, vine a mi centro comercial de confianza a ejecutar esa misión.

Venía comiendo una barquilla de vainilla, porque hace rato que no veo ninguna tienda que llame mi atención, todas son más de lo mismo.

En mi audífono derecho suena la voz de mi mamá diciéndome —otra vez— que mañana iremos a la playa y que me asegure de comprar algo para la situación. Y eso es lo que estoy haciendo, pero simplemente no veo nada que llame mi atención.

Son aproximadamente las dos de la tarde, y yo debería estar en mi casa estudiando para las defensas que tenemos esta semana, que son bastante largas y los profesores son exigentes de más, pero estoy aquí, tratando de hallar algo de mi agrado, sin éxito hasta ahora.

Seguí caminando con la mirada aferrada a cualquier lugar donde pudieran haber trajes de baños con las tres b, hasta que por fin, Dios me miró a los ojos, y los encontré.

Me dirigí a esa tienda con rapidez, ya no hay tiempo que perder.

En cuanto entré vi la gran variedad que hay y sonreí con la emoción a mil. Una chica se acercó a mí para ofrecerme su ayuda, le expliqué el tipo de traje de baño que quería y me lo consiguió más rápido de lo que creí. Es de dos piezas, negro totalmente.

También me antoje un gorrito tipo llanero pero para playa y me fui.

Salí de la tienda y seguí las señales para buscar la salida. Me dirigí a las escaleras mecánicas, solo me falta un piso para poder salir del centro comercial.

A lo lejos —no tan lejos— oí una voz bastante familiar, familiar de más diría yo.

—Yo no entiendo para que te pones celosa si sabes que tú eres la que frao.

—No sé, Fer, tú siempre andas como con muchas chamas, y tipo que, es chimbo ¿sabes?

Esa voz mandibuleada me empalagó hasta lo más profundo de mi ser.

Bajé de las escaleras y eché un ojo para curiosear más. Los vi sentados en uno de esos muebles redondos que por lo general están alrededor de una columna. Fernando enseguida notó mi presencia, aunque cerca cerca no estamos, se enderezó en aquel mueble pues tenía su cabeza recostada en el hombro de aquella chama.

Le esbocé una sonrisa y lo saludé con la cabeza, antes de dirigirme a él.

—Te va a crecer la nariz como a pinocho, Fernandito. No le mientas así a la muchacha —Me acerqué a su mejilla y dejé un beso ahí en modo de saludo.

Porque me encanta chocar el carro y más si se trata de Fernando Daniel.






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Passion Whine sonaba en las cornetas de la discoteca y nosotros, que entramos bajo la condición de no ingerir alcohol, nos dimos cuenta de que en verdad ni nos hacía falta, aunque Lucia estaba tomando mucho de algo que no sabía precisamente a refresco

Recuerdo haber estado bailando con todos. Cuando pusieron salsa busqué a Soto porque demostró unas habilidades apoteósicas, todo lo demás lo bailé con Virginia y con Lucia. Pero ahora está sonando Farruko, Lucia se fue a buscar de esos refrescos sin refresco y Virginia hace rato que está bailando con un negro aparentemente de nuestra edad

𝑳𝒐𝒗𝒆𝒍𝒚 𝒍𝒂𝒅𝒚  ━━━𝑀𝑖𝑐𝑟𝑜 𝑇𝑑ℎDonde viven las historias. Descúbrelo ahora