8. Esclava de tus besos

161 10 1
                                    

Octubre 2010
Pto. Ordaz

—Michelle, lo siento, se me cayó tu taza. —no existe rastro de culpa en los ojos del moreno.

—¿Cuál taza? —Dije adentrandome cautelosamente en la habitación, preparada para lo peor.

Mi taza de ariel, la sirena, está tirada en el piso, partida completamente.

—¿Eso lo hiciste tú? —trato de no meterle un mosdizco mientras me acerco a la escena del crimén.

—Fue sin querer, no quería que pasaraintenta hacer su voz acelerada, ¡intenta verse preocupado aún cuando hay chorros de leche corriendo por la pared!

—Hay leche en la pared, enano —No recordé su nombre, sólo quiero matarlo.

Él se quedó callado.

Tal vez en ese momento empezó nuestra pelea.

—¿Cuando es que van a llegar? —Mis ojos están concetrados en la novela francesa que se reproduce de fondo, mi mente por el contrario solo recuerda esos pequeños momentos.

—Como en dos días —Mi madre también se ve hipnotizada por la trama de aquella historia, o mejor dicho por Fígaro, el protagonista de esta.

Que fastidio.

Me voy a mudar con Virginia esa semana.

Al mismo tiempo mi madre y yo agarramos otra panqueca y la embadurnamos de Coconut, una crema de avellana que se ha hecho reconocida estos últimas días.

Igual de concentradas en la novela, aunque no estemos procesando todo de aquella pues nuestras mentes siguen en otros asuntos.

—¿Qué hicieron anoche reina? —Me miró como si tratara de captar cada movimiento tras esa pregunta.

Muy aztuta.

—estabamos en la sala viendo a Fernando jugar LoL y vimos diseños de uñas, eso fue todo — el desanimo se nota en el ambiente, yo creo que los vecinos también lo sienten.

Obvio que no le voy a decir que estabamos en su cuarto, podrás ser muy aztuta Joa, pero en ese juego siempre gano yo.

La novela acabó y mi madre empezó a contarme como Douglas, el bachaquero de confianza de la calle, empezó a vender mercancia que lleva su exmujer y madre de sus dos hijos, el chisme se basa y existe por el hecho de que ella aparentemente es medio psyco, y le hizo muuuchaaaas vainas que no se prestan, y ahora andan normal.

—¿En qué momento conociste a tanta gente, mamá?

—¿Qué vas a estár conociendo gente tú? si nunca sales.

—Pero cuando salgo convivo con gente.

dió por terminado el tema.

La primera vez que se quedaron con nosotras, fue cuando yo tenía diez años, la la cosa empezó cuando llegó con dos niños, uno mayor que yo y el otro de mi edad, mi mamá y yo quedamos locas, porque aunque sí nos contó de sus hijos, nunca especificó que tendrían diez y catorce años, eso asegura infidelidades de su parte y, por supuesto, le agarré rabia a mi papá y a sus dos monos.

𝑳𝒐𝒗𝒆𝒍𝒚 𝒍𝒂𝒅𝒚  ━━━𝑀𝑖𝑐𝑟𝑜 𝑇𝑑ℎDonde viven las historias. Descúbrelo ahora