Hermano Perdido

I.- El Niño Asesino

Un niño de seis años castaño de ojos whiskey y piel pálida cubierto de lunares se encontraba en el bosque riendo y divirtiéndose con los animales que se acercaban a él.

El pequeño solo reía con diversión sin darse cuenta realmente de su alrededor.

Unas mujeres vestidas completamente de negro tomó al pequeño noqueándolo. Las mujeres se lo llevaron a un enorme edificio oculto, ahí dentro lo tiraron a una habitación sin ventanas con solo una cama, un escusado y un lavabo con un espejo.

Desde ese día el pequeño dejó de era un niño para convertirse en un asesino.

..................................................

- ¡Mieczyslaw! – llamó un hombre gordo y calvo con una sonrisa enferma – Tengo una misión para ti

Un niño de trece años caminó hacía el hombre, vestía completamente de negro, su hermoso rostro estaba estoico sin ninguna emoción.

- Tendrás que capturar a este persona y traerla, mata a los interpongan – le dijo el hombre mientras le inyectaba un suero de color rojo

Mieczyslaw asintió.

Unas horas después se encontraba entrando a un edificio, los guardias murieron de inmediato. Él era demasiado rápido y silencioso, no lo veían venir.

Llegó a una habitación cubierto de sangre y con una mirada completamente vacía.

- ¿Quién eres? Solo pareces ser un niño – dijo el hombre con temor pero con lástima

Era la primera vez que Mieczyslaw sentía una punzada en su pecho, a pesar de que no tuviera completo control de su cuerpo. Jamás lo habían mirado de esa forma, siempre era con miedo, asco o lujuria per nunca lástima y tristeza. No lo entendía pero aún así tomó la jeringa que le había dado y se la inyecto al hombre viendo como sus ojos azules se volvían de un color rojo carmesí para después caer desmayado.

- Objetivo neutralizado – dijo por su comunicador

.................................................................

Mieczyslaw de 16 años se encontraba sobre el tejado de un edificio, la brisa nocturna acariciaba su cabello y la piel que se asomaba fuera de su máscara que cubría la mitad de su rostro. Sus ojos parecía brillar como los de un búho mientras miraba a las personas pasar.

Cuando tuvo a su objetivo se lanzó desde el techo con gracia cayendo sobre la mujer y cortando su cuello con un movimiento rápido y preciso.

Se paró con el cuchillo ensangrentado en su mano y levantó la mirada al cielo, sonrió ligeramente al ver la luna.

................................................................

Natasha Romanoff mato a ese hombre que le había causado tantas pesadillas, le quito todo pero ahora podía tener su venganza y estaba satisfecha.

- Sacamos a todas las viudas negras pero Nat aún quedo uno – le dijo Yelena, una chica rubia castaño de ojos miel vestida con un traje blanco como su hermana

- ¿Por qué no la sacaste?

- Digamos que no es como las demás viudas negras, es un hombre y el mejor. No sé si el control se fue así que no puedo confiarme.

Natasha asintió mientras seguía a su hermana, todos esos pasillos y paredes le recordaban la pero etapa de su vida. Llegaron a la última habitación. Al abrir la puerta se encontraron con un Mieczyslaw de 18 años sentado sobre la cama con la mirada sobre ellas.

- Me llamo Natasha, ella es mi hermana...

- Yelena, lo sé. Soy Mieczyslaw. El control ya no está – dijo el castaño con un pequeño brillo en sus ojos, su voz era demasiado grave

Natasha sonrió con cariño mientras extendía su mano hacia el castaño.

- Así, eres libre

Mieczyslaw tomó la mano de la mujer y salió de esa habitación por primera vez con un control de su cuerpo.

.................................................................

Con la ayuda de Natasha él pudo encontrar de donde provenía de manera sencilla. Por alguna razón la mujer se encariñó con él así que se quedó con unas semanas con ellas hasta que se despidieron.

- ¿Estás listo para ver a tu familia? – le pregunto Natasha

Ambos estaban a las orillas de una carretera, unos kilómetros frente se encontraba un cartel pero no se podía leer claramente.

- No lo sé. No los recuerdo, solo sé que tengo hermanos y un padre

- Los hermanos no son tan malos, puede que Yelena y yo tratemos de matarnos todo el tiempo pero la adoro y no la cambiaria por nada. – revolvió el cabello del menor – Ve a casa niño, estoy seguro de que ellos te han extrañado todos estos años.

- Han pasado doce años, nadie puede recordar por tanto tiempo

- Créeme, nunca olvidas a la familia – le dijo Natasha para subir a su auto y conducir del lado contrario de la carretera

Mieczyslaw suspiró y subió a su motocicleta para ir hacía el frente.

BINVENIDOS A BEACON HILLS.