Hermano Perdido

IX.- Un Brujo Aprendiendo

Stiles abrió los ojos sintiéndose tranquilo y en calma. Por primera vez en mucho tiempo no había tenido ni una pesadilla en el tiempo que estuvo inconsciente. Hace mucho que no se desmayaba, le resultaba extraño además de que todo su cuerpo parecía adolorido pero en su interior sentía una llama arder: sus poderes.

Miró hacía arriba encontrándose con el rostro de Derek, él se encontraba sobre el lobo y ambos sobre la cama del Hale.

- ¿Estás despierto? – le preguntó Derek en un suave y relajante tono mientras acariciaba su cabello con cariño.

- Si. ¿Cuánto estuve fuera? – preguntó Stiles mientras se levantaba hasta quedar sentado sobre el regazo del lobo.

- Tres días. Tu cuerpo sufrió un shock gracias a la liberación del sello, el dolor fue demasiado y debías de recuperarte.

- Debo decir que el cuerpo aún me duele pero ahora entiendo todo. ¿Me cuidaste todo este tiempo?

- Así es. Eres mi compañero y te quiero. – le dijo Derek mientras acariciaba la mejilla ligeramente sonrojada del castaño.

- Gracias Derek. Lamento no poder amarte por el momento. – susurró Stiles mientras abrazaba al mayor ocultando su rostro en su pecho.

Stiles conocía sus emociones mejor pero aún tenía problemas con diferenciar el cariño o amor, eran complicados y sabía que al estar con Derek se sentía bien y en clama además de que su corazón no dejaba de latir de manera rápida pero no esta seguro si eso es lo que llamaría amor. Odiaba ser tan poco conocedor de esos sentimientos, le pediría ayuda a sus tíos porque estaba seguro de que a sus hermanos les daría algo y no lo ayudarían.

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Dean suspiró al ver lo rápido que su sobrino avanzaba con su entrenamiento, sabía que Noah y los chicos pensaban lo mismo. No es que fuera algo malo sino que reflejaba mucho de la persona que era y su fuerza pero también podían ver el sufrimiento y dolor detrás de eso. Había investigado acerca de la Habitación Roja y todo lo que había encontrado le daba pesadillas y le daban de vomitar, no podía creer que su pequeño sobrino sufrió ahí todos estos años.

- Es suficiente por hoy. – dijo Noah mientras se dejaba caer en el suelo. Entrenar a Mieczyslaw era mucho más difícil que cuando entrenó a Thomas y Stuart. Pero también era el que más rápido lo hacía, empezaron hace una semana y ya dominaba lo que sus hermanos sabían.

Stiles suspiro mientras limpiaba el sudor de su frente con su playera ignorando como Derek se lo comía con la mirada al ver un poco de su torso descubierto.

- Eres increíble Mica, es impresionante como avanzas. Si sigues así estarás a la altura de papá. – le dijo Thomas mientras le entregaba una botella de agua.

- Aún me queda mucho por aprender. Necesito controlar este poder. – respondió Stiles mientras hacía parecer en su mano una llama azul.

- No tienes que apresurarte. Sí, tenemos enemigos y estamos seguros de que tú también tienens los tuyos pero no puedes correr. Ten paciencia. – le dijo Thomas mientras juntaba su frente con la de su hermano.

Stiles se dejó envolver por la calidez de su hermano disfrutando de la calma que le daba. Sabía que su hermano tenía razón pero se había acostumbrado a hacer las cosas a su manera y de manera rápida. En la Habitación Roja era aprender velozmente o morir, no había oportunidad para relajarse, eran soldados y no tenían tiempo que perder. Se acostumbró tanto a esas vida que ahora le era difícil relajarse y saber que tiene tiempo.

- ¡Ahora hay que comer! – dijo Stuart abrazando a sus hermanos una vez que se separaron.

- ¿Acaso siempre tienes hambre? – preguntó Jordan mientras negaba con la cabeza y acariciaba el cabello de sus hermanos.

- Vivo para comer.

- No sé como te soporta Lydia.

- Soy un amor. Nadie se resiste ante mis encantos.

Los hermanos rieron ante las ocurrencias del chico. Stuart siempre sabía hacerlos reír, era el toque infantil que necesitaban los Stilinski.

Derek podía darse cuenta de como ellos cuatro estaban balanceados; Thomas era el maduro de los trillizos pero también el relajado, Stuart era el divertido e inteligente, Jordan era el buen hermano mayor buena onda pero que les daba equilibrio y control a los trillizos, y Stiles era el serio pero niño por dentro que siempre estaba dispuesto a aprender además de que era hábil en combate y su inteligencia iba mucho más allá de lo que alguien podía imaginar.

Los hermanos entraron a la mansión para satisfacer su hambre mientras que Stiles miraba levemente a Derek, quien le sonrió con cariño.

Dean se acercó al Hale mientras que Noah y los demás se alejaban.

- Es bueno tenerlo de regreso, ¿no es así? – comentó el cazador con una ligera sonrisa en su rostro.

- Si. Había extrañado tenerlo a mi alrededor, puede que él piense que jamás será como antes pero en realidad no ha cambiado nada. – rio levemente – Sigue siendo curioso, aprende rápido y se preocupa por los demás. Ha pasado por muchas cosas pero sigue siendo simplemente Stiles.

- Tienes razón. Estos días he notado que se presiona sin darse cuenta para ser el Stiles de seis años que nos fue arrebatado pero debe de entender que él es él y no necesitamos nada más.

- Nos toca a nosotros ayudarle entender eso porque algo que no ha cambiada nada es lo terco que puede ser.

- Lo haremos Derek. – colocó una mano sobre el hombro del lobo – No podría pedir mejor pareja para mi sobrino. Gracias por esperarlo y quedarte a su lado. – le dijo Dean con honestidad.

- Es mi compañero, la persona que he amado desde que era un niño. No tienes que agradecerme para mí es suficiente saber que también te tiene a ti.

Dean sonrió.

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Stiles se encontraba en la parte delantera de la mansión con su celular en mano y en la pantalla se podía ver a Natasha y Yelena.

- ¿Cómo has estado, niño?

- Todo ha ido bien. Mi familia es mejor de lo que pensé.

- ¿Qué te preocupa?

Stiles suspiró.

- Siento que les debo mucho, han sido muy paciente y me han enseñado mucho. Quiero ser ese chico que esperaron desde hace años pero soy diferente, pasaron muchas cosas y son un desastre.

Natasha sonrió con cariño.

- No tienes que ser ese chico, tú eres tú. Ellos te aman por la persona que era y en la que te has convertido. Como tú de seguro tu familia también esta luchando por crecer y conocerte. No te desanimes Mieczyslaw, estás en tu hogar y podrás superar cualquier obstáculo.

Stiles sonrió ligeramente. Natasha tenía razón, la mujer había sido una gran ayuda para él.