Hermano Perdido

XIII.- El Corazón de un Asesino

Desde el problema del nogitsune el pueblo se mantuvo tranquilo y eso le dio la oportunidad a Stiles de adaptarse mucho mejor a sus poderes además de sincronizarse por completo a Ryhs. Gracias al entrenamiento de sus tíos, los cuales partieron unas semanas después de encontrarlo prometiendo volver, no solo se volvió mucho más fuerte y letal sino que podía entender sus emociones casi a la perfección. Derek había aprovechado que esa emociones florecían en el castaño y podía entenderlas para invitarlo a salir y así comenzar a tener citas aunque se enfrentó a la furia de todos los Stilinski ya que el pequeño Mieczyslaw había comenzado oficialmente a salir con sus compañero alfo que no les agradaba pero se calmaron una vez que vieron la hermosa y grande sonrisa que el menor mostraba cuando esta con Derek. Y de alguna manera sí paso el tiempo y unos meses más tarde se convirtieron en novios.

Los años pasaron de manera lenta donde Stiles disfrutaba la vida con su familia y manada además de que su relación con Derek cada vez era mejor. Aun veía a Natasha y de hecho la había ayudado con algunas misiones que lo llevaron a conocer a los vengadores. Sus tíos los visitaban con regularidad e incluso les dieron la noticia de que tendría un bebé y poco después llegaron con un pequeño niño rubio de ojos azules de nombre Jack; Sam y Gabriel aun no se decían por tener hijos así que solo disfrutan de su sobrino.

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Stiles se encontraba en el centro comercial junto con sus hermanos, pronto sería Navidad y ellos tres se habían juntado para regalarle lo mejor a Noah pero no tenían ni idea de que darle. Los hermanos se encontraban sentados en una pequeña cafetería agotados después de buscar y buscar y no encontrar nada.

- Tenemos veintidós años y no podemos encontrar un regalo decente para papá. – se quejó Stuart mientras dejaba caer su cabeza en la mesa.

- Yo tengo veintiséis, estoy casado y aún así no puedo pensar en un bueno regalo para él. – se quejó Jordan soltando un suspiro.

Jordan y Laura se habían casado cuando cumplieron veinticinco años sabiendo que siempre estarían juntos ya no pensaban atrasarlo así que celebraron su boda y ahora se concentraban en sus trabajos pero también pensaban en tener hijos pero sentían que aún no era el momento adecuado.

- ¿Qué lo que más le gusta a papá? – preguntó Stiles pensando en su padre.

- Peter y tú. – dijo Thomas soltando un suspiro.

- Papá adora a nuestra pequeña familia, la verdad sacrificaría a la manada si nosotros estamos a salvo. Eso me da miedo de él pero puedo decir con eso que nos ama más que nada en el mundo. – dijo Jordan mientras sonreía con cariño.

- En un futuro enloquecerá con sus nietos y eso lo hará el mejor niñero. – se burló Stuart con diversión.

- ¡Eso es! Tengo el regalo perfecto y lo mejor será es que solo tenemos que comprar una esfera. – dijo Stiles con emoción mientras sus hermanos lo miraban con confusión.

- Déjenlo hacer lo que quiera solo debemos de ayudarlo en lo que nos pida. – dijo Jordan al ver como los otros trataban de sacar de su ensoñación al menor.

Desde que Stiles había recuperado sus recuerdos de la infancia se había vuelto alguien cariñoso y divertido además de que su personalidad era demasiado brillante, seguía siendo frío y distante cuando se trataba de otras personas que no fueran manada o conocidos aunque también para los planes o reuniones con otras manadas era demasiado serio.

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Unos días más tarde todos se encontraban en la mansión Hale, era nochebuena y cenaría además de que estaban emocionados por la entrega de regalos. Los hermanos Stilinski eran los que más ansiaban que su padre viera el regalo que le habían preparado, estaban realmente orgullosos aunque casi todo lo hizo Stiles pero no les importaba ellos habían ayudado con todo.