Hermano Perdido

V.- Hermanos Stilinski

Stiles subió al auto de Thomas junto con Stuart, el camino estuvo lleno de conversaciones gracias a sus hermanos. Más bien ellos hablaban acerca de las cosas que habían cambiado en el pueblo o de lo que hacia cuando eran niños. Stiles solo podía escucharlos hablar, no sabía que opinar pero le gustaba ver a sus dos clones emocionados y felices así que prefería mantener la boca cerrada. Aunque en todo el camino sintió un pequeño vacío, a veces giraba su cabeza esperando ver la dulce sonrisa de Derek pero luego se acordaba que él se quedo en la mansión. El lazo de compañeros era mucho más de lo que imagino además jamás había tenido un lazo con alguien, nunca había sentido eso o bueno hasta lo que sus recuerdos le permiten porque estaba seguro de que cuando era niño lo sentía todo el tiempo.

Llegaron a una casa bastante amplia de dos pisos, Jordan y Noah los esperaban en la entrada. Los trillizos bajaron y se acercaron a la entrada, el mayor de todos fue quien abrió la puerta dejando que los menores entraran. Thomas y Stuart tomaron las manos de Stiles arrastrándolo al tercer piso.

- Cuando te llevaron seguíamos durmiendo en el mismo cuarto y así nos quedamos por unos años hasta que cumplimos doce años cuando papá nos dio cuartos por separado. – le explicó Thomas mientras seguía caminando.

- No queríamos mover tus cosas porque siempre supimos que volverías además de que era un refugio para cuando te extrañáramos así que tus cosas sigue como las dejaste solo que ahora ya no están nuestras cosas. Esta será tu habitación desde ahora y puedes hacerle los cambios que quieras. – le dijo Stuart mientras se paraban frente a una puerta de caoba con un letrero con el nombre del menor escrito.

Stiles asintió mientras soltaba las manos de sus hermanos, tomó la perilla y la giró encontrándose con una habitación bastante amplia. Las paredes eran de un tono azul grisáceo mientras que había una cama individual con un edredón de Star Wars, por todo el lugar había posters de lo mismo, había un librero con libros infantiles. A un lado había un escritorio pequeño donde había todo tipos de lápices, colores y libretas.

- Mañana llegará el nuevo escritorio, es un poco pequeño ahora que creciste. Me imagino que querrás cambiar muchas cosas ahora que eres un adulto. – comentó Noah mientras entraba a la habitación junto con los oros tres que parecían ver cada movimiento del menor con emoción.

Stiles asintió mientras se acercaba a cada rincón de la habitación, sus dedos pasaban por los muebles limpios. Suponía que los habían estado limpiando y cuidando en todos estos años.

- Te dejamos para que descanses. – le dijo Noah mientras dejaba un beso en la frente del menor que solo se quedó quieto sin saber como reaccionar ya que todo que sostener sus propias manos para no atacarlo al haber invadido su espacio personal.

- Buenas noches, Mica. – se despidieron sus hermanos en cuanto salieron de la habitación.

Una vez solo en la habitación se acercó a la ventana viendo todo a su alrededor, no podía evitar estar alerta además de que estaba ansioso. La habitación era mucho más grande de lo que estaba acostumbrado y no sabía que hacer, no quería lastimar a su familia pero no sentía apego por ninguna de las cosas que había que cuidaron con tanta dedicación.

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Thomas se despertó en la madrugada por un vaso de agua cuando escuchó ligeros ruidos en la habitación de Stiles, abrió un poco la puerta encontrándose a su hermano haciendo ejercicio sin camisa y solo con unos pantalones cortos.

- ¿Mica?

El mencionado se levantó de manera rápida, ahí es donde Thomas sintió que vomitaría. El cuerpo del menor de los trillizos o por lo menos el torso, pecho y espalda estaba cubierto por cicatrices irregulares y no tenía que ser un experto al saber que habían sido por tortura. Algunas de ellas eran demasiado grandes y gruesas además de que se podía notar que muchas de ellas no fueron atendidas de la manera correcta y cicatrizaron de mala manera. También notó que había dos cicatrices de mordidas de un lobo en el hombro y costado derecho justo debajo de sus costillas.

- ¿Necesitas algo? – preguntó Stiles de manera seria.

- Nada. Deberías de dormir, mañana pasaremos el día juntos así que necesitas tu energía. – le respondió el otro con una sonrisa algo tensa.

- No necesito más que cinco horas de descanso además tengo que mantener mi cuerpo en forma.

Thomas suspiró mientras asentí para después entrar a la habitación, tomó al menor por los hombros y lo llevó al baño donde le ordenó que se diera una ducha y después de eso volvieron ala habitación donde lo obligó a recostarse hasta que se quedó dormido.

- Esto será muy difícil. – susurró Thomas.

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Tal como prometió Thomas ahora los cuatro hermanos Stilinski se encontraban en una cafetería disfrutando de un alegre comida.

- Mica, tu amabas los panqueques de este ligar. Papá siempre nos traía cuando quisiéramos además de que siempre te consintió mucho más que a nosotros. – comentó Stuart con felicidad.

Stiles miraba su comida con curiosidad. Había vivido tanto tiempo en la oscuridad que lo único que veía eran las tonalidades oscuras y el color gris era lo que más veía y ahora podía ver los coleres. Estaba maravillado y feliz pero su entrenamiento no le permitía expresarlo ya que por fuera parecía indiferente a todo. Eran como si sus emociones estuvieran atrapadas en su propio cuerpo y por más que intente no puede sacarlas.

Jordan sonrió mientras revolvía el cabello del menor.

- Me alegro de que te guste la comida y el lugar.

Stiles sonrió ligeramente sorprendiendo a los hermanos porque parecía ser una genuina.

Tal vez no estaba todo perdido con su hermano, podía devolverle la luz que le arrebataron de la manera más cruel posible.