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Yibo leía su libro con sus ojos ya cansados, el sueño comenzaba a apoderarse lentamente de él obligándolo a bostezar. Soltó un suspiro y puso el separador de páginas, cerró el libro y lo colocó en la mesita que había a un lado y seguido de esto, apagó la pequeña fuente de luz, se acomodó en su cama dispuesto a entregarse al sueño, cuando pequeño sonidos llamaron su atención. Levantó un poco su cabeza para escuchar mejor aquellos y con su ceño fruncido comenzó a sentarse.

Ya había vivido una situación casi similar, habían pasado por el pueblo para contrabandear en la frontera.

Preocupado de que el momento se vuelva a repetir, cerró sus ojos para escuchar con atención, pero frunció más su ceño cuando se dio cuenta de que aquellos pequeños ruido eran en realidad pequeños sollozos e inentendibles balbuceos, miró a su costado y encendió la luz. Fue en ese momento en el que pudo ver el brillo  de las lágrimas que corrían por los costados de los ojos del pelinegro dormido.

Se levantó de su cama y lentamente se acercó, al estar más cerca lo comprobó, Xiao Zhan estaba llorando mientras dormía, se acercó un poco más al rostro del menor siendo su oreja la que se acercaba de más.

No... Yo no fui... No es mi culpa.

El mayor se reincorporó para mirar mejor la escena, el chico comenzaba a mostrar muecas de dolor, movía su cabeza hacia los lados mientras sus manos se sujetaban fuertemente a las sábanas, estaba sudando y su respiración comenzaba a acelerarse.

"Tal vez sea alguna pesadilla" pensó.

Por favor... ¡No!... Yo no lo hice

Yibo comenzó a preocuparse puesto que los balbuceos comenzaba a hacerse más entendibles y Zhan empezaba a moverse un poco más brusco. Se sentó en filo de la cama y acercó su mano a la del menor, el agarre era muy fuerte, y lo comprobó cuando intentó tomarla pero fue en vano.

— Xiao

L-lo la... mento... Perdón...

Xiao, despier-

¡No!

Zhan — llamó al ver que la respiración del pelinegro se desesperaba cada vez más.

Mami...

"¿Mami?"  Pensó el capitán.

Despierta... Mamá... ¡Mamá!...

¡MAMÁ!

Se sentó de golpe con su pecho subiendo y bajando rápidamente, su respiración acelerada, su corazón latiendo tan rápido que sentía que en cualquier momento se saldría de su pecho, tenía tantas ganas de llorar. Y eso era lo que estaba haciendo, soltó un sollozo y seguido de eso, los últimos días habían sido tan agotadores, su mente colapsaba, su corazón dolía, y sentía que  ya no podía soportarlo más.

Yo lo hice fue lo que susurró antes de que sus lágrimas comenzaran a caer.

Wang Yibo se sobresaltó al escuchar el grito del menor, pero su corazón dolió al escuchar el dolor en el susurro que salió de la boca ajena segundos después, Sintió pena al ver al chico deshacerse en un llanto desgarrador pero silencioso, y acercó sus brazos al pelinegro rodeándolo en un abrazo.

— Yo... L-lo hice — habló entre el llanto.

Xiao Zhan, por primera vez en su vida, desde la muerte de su madre, se dejó consolar, se aferró al cuerpo que lo abrazaba, como si su vida dependiera de eso, escondió sus rostro en el pecho ajeno y su manos se aferraron a su camiseta, como si este fuera su lugar seguro.

¿Por Qué No Quieres Seguir Órdenes? ▪︎ [YiZhan]  #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora