XXVII

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Pov Toni:

Miré a Cheryl y sonreí. Uní nuestros labios en un cálido y tierno beso.

Después de aquello, pedimos algo de comida a domicilio. No había televisión ya que no había luz así que nos limitamos a charlar.

- ¿Qué quieres hacer ahora? - pregunté tomando un trozo de pizza.

- Quizá podríamos aprovechar esta tarde para empezar la mudanza y...

- Me refiero a largo plazo. - me corregí.

- Oh. - La pelirroja se quedó pensativa. - No lo había pensado. Supongo que dejarme llevar por los acontecimientos será lo mejor.

- Tenía pensado que igual te gustaría visitar Riverdale de nuevo algún día. - dije dando un sorbo de Coca Cola. - Le prometí a Pop que volvería a visitarle contigo.

- ¿Estuviste con Pop? - preguntó Cheryl.

- Cuando investigué a Travis visité la comisaría de Riverdale con Betty haciéndonos pasar por periodistas. - seguí comiendo esta vez sin mirar a Cheryl. - Después pasé por Pop's para comer y Pop me dijo que el lugar no era lo mismo sin nosotras.

- Me encantaría volver a ver a Pop la verdad. - dijo Cheryl. - Y me encantaría volver a revivir todo lo que vivimos en Riverdale. Podríamos visitar las gradas del insti donde te declaraste...

- Oh calla por Dios eso fue demasiado vergonzoso y cutre. - dije sonrojándome recordando aquella escena.

- Cuando me mandaste la nota y dijiste que si te iba a rechazar...

- ¡Oh calla por favor!

- Cállame.

Miré a Cheryl alzando una ceja. Ella sonreía divertida. Me lancé a besarla haciendo que cayéramos las dos sobre el sofá.

- ¿No podemos ni comer tranquilas sin acabar así? - pregunté sonriente. La pelirroja negó sonriendo.

- Te amo tanto. - dijo aferrándose a mi cuello.

- Yo también. - dije para después unir nuestros labios de nuevo.

Cheryl era mi sinónimo de felicidad. La pieza del puzle que me completaba. Y por fin podíamos estar juntas.

Una vez terminamos de comer Cheryl y yo nos recostamos en la nueva cama abrazadas. Sentir su tacto, su respiración, su pelo desparramado por la almohada... Echaba tanto de menos todo aquello... Y se sentía exactamente igual que cuando comenzamos a salir.

Desperté antes que Cheryl. Me giré y la observé dormir. Se veía tan tranquila, en paz. Lo merecía. Se merecía el mundo entero, y yo me aseguraría de dárselo.

Aquella tarde comenzamos la mudanza. Trajimos un par de cosas importantes, mi guitarra, algunos álbumes de fotos... La casa estaba cubierta de cajas y Cheryl y yo estábamos muertas de cansancio.

Nos sentamos entre aquel montón de cajas jadeando después de haber estado trabajando toda la tarde. Mis ojos estaban cerrados hasta que noté la mano de Cheryl sobre la mía, ella no me miraba, simplemente agarraba mi mano. Apreté la suya y me acerqué a ella sin decir palabra.

La miré y ella me miró de vuelta, me perdí en aquellos ojos negros. Sonreí inconscientemente y vi como ella me sonrió de vuelta.

- Eres hermosa. - dije sin darme cuenta. - Tengo demasiada suerte de tenerte.

- Yo soy la afortunada TT. - sonreí ante su viejo apodo. - Estoy deseando desempacar todo esto y ver como nuestra casa queda finalmente. - dijo Cher mirando alrededor.

- Es increíble que hayamos llegado hasta ahora. - dije en un suspiro. - Aún recuerdo cuando te volví a ver por primera ve en aquella fiesta.

- Quién nos hubiera dicho que finalmente conseguiríamos estar juntas. - dijo la pelirroja.

Me levanté del suelo, Cheryl me imitó. La tomé de la cintura y la besé. Sus manos se situaron en mi cuello. Comencé a profundizar mi beso, mi mano bajó hacia uno de los muslos de Cheryl acercándola más a mí. Coloqué mi rodilla en su intimidad y noté como Cheryl gimió en mi boca. Coloqué entonces mi mano en la intimidad de Cheryl. Noté su sexo mojado. Sonreí al saber que yo era la razón de su excitación.

- Ahora que ya hay agua en la casa ¿te gustaría probar la ducha por primera vez? - pregunté rápidamente. Cheryl se limitó a asentir. Tomé a Cheryl de la mano y corrimos hacia el baño. Nuestra ropa no tardó en caer al suelo. Atrapé los labios de Cheryl antes de que comenzara a quitarse la ropa interior. Comencé entonces a masajear su intimidad por encima de sus bragas mientras mi otra mano desabrochaba hábilmente su sostén, el cual cayó al suelo con el resto de nuestra ropa.

Me deshice entonces de aquella prenda que me separaba de su sexo. Entramos en la ducha mientras nuestras bocas se enzarzaban en una pelea por saber quien tendría el control. Abrí entonces el grifo. Me estremecía ante el agua fría, pero más tarde esta se tornó caliente. Coloqué a Cheryl de espaldas a mí.

La pelirroja comenzó a mover su trasero delante de mí. Cada vez que me rozaba me notaba más excitada. Tomé a Cheryl por la cadera sin aguantarlo más colocándola contra la pared de la ducha e introduje un dedo en ella.

- ¡Ah Toni! - gimió Cheryl. Comencé a moverme dentro de ella mientras mi otra mano masajeaba sus senos. - Más rápido.

Obedecí y comencé a moverme más rápido dentro de Cheryl hasta que finalmente llegó al orgasmo. Entonces Cheryl se giró quedando frente a mí.

- Ahora es mi turno. - dijo alzando una ceja divertida. Cheryl comenzó a besarme y su mano fue directa a mi sexo masajeándolo primero y después introduciendo un dedo en mí. Gemí en su boca y Cheryl sonrió en mis labios.

- Más...

- Dilo... Di que quieres que te haga mía. - dijo Cheryl en un susurro.

- ¡Dios Cheryl quiero que me hagas tuya! ¡Ya! - gemí sin aguantar la tortura. Entonces me vine. Y un montón de pensamientos pasaron por mi cabeza en un segundo.

- Eso fue increíble. - dije secándome el pelo tras aquella ducha.

- Coincido. - dijo Cheryl sonriendo. - Echaba de menos esto.

- ¿Follar? - pregunté riendo. Cheryl se sonrojó.

- Me refería a todos los momentos íntimos... - dijo algo avergonzada. Reí y me acerqué a Cheryl para darla un casto beso en los labios.

Estoy intentando escribir más en cuanto saco tiempo y espero terminar esta historia antes de volver al instituto AAA.
J.

That One NightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora