XXVIII

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Pov Cheryl:
Me desperté a la mañana siguiente y busqué a Toni con los ojos cerrados, pero la cama estaba vacía.

¿Mi primer pensamiento? Han secuestrado a mi novia.

Me levanté de la cama tan rápido que me mareé hasta que finalmente vi una nota sobre la mesita de noche

Bonjour mon amour. Tengo una sorpresa para ti que comienza en la cocina.
T.

Sonreí ante la nota de Toni. Me vestí y bajé a la cocina donde un desayuno perfecto reposaba sobre la nueva cocina. En la silla se situaba otra nota.

Primera sorpresa completada. Espero que te guste. Sé que no son sandwiches pero... Supongo que es mejor (nah, no hay nada mejor que mis sandwiches). Cuando termines, un coche te estará esperando a la salida del piso. Nos veremos muy pronto.
T.

"Toni y sus sorpresas" pensé. Su romanticismo nunca iba a acabar.
Terminé el delicioso desayuno que Toni preparó y bajé a la calle donde tal y como dijo Toni esperaba una limusina negra. En la puerta un chófer de cara conocida me recibió.

-¿Jughead? -pregunté riendo.

-Srta. Blossom. -dijo a modo de saludo. -La Srta. Topaz la espera. -dijo abriéndome la puerta de la limusina esbozando una elegante sonrisa.

-Gracias. -dije metiendome dentro del auto. Tomé mi móvil. Tenía un mensaje de Toni:

[Espero que la búsqueda esté yendo bien. Estoy deseando verte amor.]

Sonreí y le escribí de vuelta.

[Antoinette Topaz, ¿que planeas?]

[Muy pronto lo descubrirás.]

Reí ante el misterio que presentaba Toni. Entonces el auto paró. Estábamos en frente de un edificio enorme, un rascacielos que se perdía entre las nubes.

Me dirigí a la entrada dónde Betty esperaba con un sobre.

- ¿Tú también estás implicada en esto? -pregunté alzando una ceja. Ella se limitó a encogerse de hombros y sonreír.

Abrí el sobre.

Te espero en el último piso.

Solo ponía eso. Entré al edificio y tomé el ascensor hasta el último piso. Mi corazón latía fuerte.

Las puertas del ascensor se abrieron, y un Toni vestida de traje sujetaba una copa de vino blanco en su mano.

Se acercó a mí sonriente y me besó en los labios.

-Me encontraste. -dijo soltando una pequeña risa nerviosa. -Ven, sígueme.

Obedecí a Toni quién me guió hacia un ventanal enorme desde donde se veía toda Nueva York.

-Es increíble... -dije boquiabierta. Noté como Toni me rodeaba la cintura por detrás.

-No tanto como tú. -dijo en un susurro en mi oído. Me giré y besé a Toni mientras mis manos se situaba en su pecho.

Sus labios sobre los míos se sentían tan bien... Toni me tomó de la mano y me dirigió hacia un sillón rojo.

-¿Vino? -preguntó mostrándome una botella de vino blanco. Asentí. Era mi favorito y Toni lo sabía.

La pelirrosa sirvió el vino en una copa y me la tendió. Tomé la copa y di un sorbo.

-Eres preciosa. -dijo Toni mientras me observaba.

-Y tú demasiado buena conmigo. -dije dejando la copa sobre una mesa. -¿Por qué hacer toda esta sorpresa? Sabes que solo te necesito a ti.

-Esta solo es la primera parte. -dijo ella bebiendo de su copa. -Quiero que hoy sea un día especial. Aunque todos los días son especiales si estoy contigo.

Posé mi mano sobre su mano acariciando su dorso. Me sentía tan afortunada por tener a Toni conmigo.

-No puedo explicarlo con palabras. Y un te quiero o un te amo se queda corto. Pero confío en que sepas cómo me siento cuando estoy contigo. -dijo Toni bajando el tono de voz. Noté que se estaba sincerando respecto a sus sentimientos conmigo y escuché con atención. - Cuando rompimos años atrás la gente me intentaba convencer de que tan solo fuiste un amor de instituto, algo... ¿Efímero? Pero yo sabía que no era así. Porque yo sentía cosas que no pude sentir nunca con nadie más y las sigo sintiendo igual ahora, con la misma intensidad. Significas tanto para mí que me asusta que algún día te canses de esta idiota.

-Jamás me cansaré de esta idiota porque la amo. -contesté. -Y porque yo me siento exactamente igual con ella.

Entonces Toni se inclinó rápidamente hacia mi uniendo nuestros labios. Aparte su pelo y la tomé de la nuca profundizando el beso. Ella me tumbó delicadamente en el sofá sin dejar caer su peso sobre mi. Sus labios bajaron a mi cuello, perdiéndose en cada centímetro de piel.

Me estremecí al notar sus manos subiendo por mi abdomen hacia mis senos.

Pero entonces paró.

–No... –susurró Toni. –No aún.

Alcé una ceja intrigada.

–¿No? –pregunté confusa.

–Tendremos tiempo de sobra esta noche para esto. Primero quiero llevarte a un sitio. –dijo Toni incorporándose no sin antes dejar un tierno beso en mi frente. –Ven conmigo. –dijo sonriendo misteriosamente. Yo también sonreí y seguí a la pelirrosa hasta el ascensor.

Estábamos bajando de la azotea cuando de repente la luz del ascensor se apagó y el ascensor se paró.

Nos habíamos quedado encerradas en el puto ascensor.

No quiero volver a clase nonononono. Depresión post-navideña? Si tengo.

J.

That One NightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora