cap2

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Una tarta a mi lado y mi Tablet en el regazo mientras reviso montañas de documentos, una fusión con problemas en los acuerdos de producción, mi primera tarea. Tengo la mente dispersa en estos momentos… ¿no les pasa que no se reconocen luego de ajá, una noche interesante?… ¿Por qué soy así? Mordisqueo mis labios pensando en como se venía a través de la cámara, lo mucho que me satisfacía como puedo ponerlo.

Sebastián es fuego, es pasión y es mi deseo. Es un compañero voraz, nunca es suficiente y por si fuera poco soy su adoración, amanece y anochece en donde comienzo y termino. A veces es sano que te amen un poco mas de lo que tu  ofreces. Solo se que duele menos, en estos cinco años jamás lloré amargamente su nombre como lo hice por… no, no quiero pensar en eso.

He descubierto que es imposible dejar de pensar en algo solo por desearlo, es como sentarte a observar el trafico, así son los pensamientos, si intentas detener uno solo creas una enorme fila de desastres y embotellamientos. Soy gentil conmigo, lo postergo para otro momento, porque ahora estoy pensando en Sebastián... tian… Tristán…. Oh mierda, estar aquí solo es un trafico lleno de autos con la mini cara en caricatura de ese hombre.

En mi mesita de noche veo las rosas mutantes que infestaron la casa…son hermosas e intensas, ¿A quien se parecerán? No respondas.

En mi reloj observo la hora 06:40 am, mejor me levanto. Camino hasta el baño donde me doy una ducha rápida para luego buscar en mi armario que debo ponerme.

Una blusa de seda color perla con un escote discreto, una falda negra que combina excelente, unos tacones de puntas que combinan con la blusa y un saco blanco e inmaculado, siendo sincera desearía ir con pijamas calentitas, pero bueno, no se puede.

Aliso mi cabello y me maquillo discretamente, casi imperceptible, pero con todo, no me gusta parecer un payasito a las 08:00 am, se lo dejamos a las secretarias.

Mi maletín con mi montaña de documentos y me siento lisa para este día, la casa se encuentra en silencio, a excepción de la cocina. La casa está hermosa, el mármol blanco brilla con las luces del candelabro de araña que cuelga en la entrada junto a las escaleras, es hermoso.

Mis pasos me llevan a la cocina donde saludo al personal y una joven muy amable me pregunta si desayunaré en el jardín o en el comedor. Como hace tanto frio prefiero que lo sirva en la sala, tengo tiempo después de todo.

Enciendo la tv y lo dejo en el canal de noticias, pronto llegan con mi chocolate caliente. El café esta bien pero hoy es un dia de chocolate.

El pronóstico dice que será un dia muy frio y con posibles nevadas, estamos a solo días de las fiestas.

⦁ Buenos días señorita – me saluda de pronto un joven, no aparenta mas que yo.

⦁ Buenos días – lo saludo prestándole mi atención y apartando el chocolate.

⦁ El señor me ordenó que prepare un automóvil para usted en lo que llegan los suyos, y seré su chofer si asi lo desea.

⦁ Está bien, alístate, en unos minutos partiremos- le informo y sonrío en gratitud. El asiente con la cabeza y se retira.

Terminando mi desayuno, subo un momento a cepillarme los dientes y luego me siento lista para partir, mi madre aún duerme y de mi padre no lo sé, ya debió salir antes que bajara, me lo imagino.

El aire frio choca con mi rostro apenas abro las puertas para dirigirme al auto donde el joven me espera.

⦁ El dia será bastante frio al parecer. - comenta de forma trivial.

⦁ Al parecer lo será. ¿Dime, como te llamas? - pregunto mientras me acomodo en mi lugar.

⦁ David, señorita. – responde Cortez.

⦁ Un gusto David, llévame a la empresa. - él asiente y pronto se encamina. Como mi casa queda en las afueras pasamos por la playa donde solía venir de madrugada, eso ahora sería imposible... ¿En que pensaba cuando hacía eso?

Una vez leí un estudio que el cerebro humano aún no esa completamente desarrollado en la adolescencia, por esas cosas que creemos tienen tanto sentido de jóvenes, lo vemos como una verdadera locura al crecer un poco.

⦁ Sabía que los señores tenían una hija, pero nunca la había visto, comenzaba a creer que se la inventaron. - comenta con gracia luego de interrumpir mis pensamientos con parloteo.

⦁ Tal vez tú también me estás imaginando. - respondo con ironía. El ya no dice nada en todo el camino y yo puedo seguir en mis pensamientos, me preocupa no recordar todo lo que aprendí (?
Miedos del primer día.

Cuando cruzo las puertas del ascensor, paseo mi vista por las nuevas oficinas, es un lugar amplio y decorado de tonos fríos y elegantes, la recepción se encuentra en medio de la sala, una mujer de pelo castaño y piel muy bronceada para este invierno, me saluda, se ve como novia de ejecutivo en las novelas.
Ella me saluda y al saber quien soy indica a otra secretaria que me acompañe a mi oficina.

Mi oficina no es muy amplia, pero sus ventanales del techo al piso hacen que se vea bastante bien, debo contratar a un decorador ya que no me gusta mucho su decoración.
Acomodo mis cosas, lleno los estantes y en mi mesa dejo una foto mía y de Sebastián, me la regaló antes de venir. Verla me hace sentir mal por todos los pensamientos que he tenido que no fueron con él.
No puedo evitarlo, es él lugar.

Mientras acomodo mis papeles en carpetas, pienso que luego será necesario contratar a alguien que aco…

⦁ Buenos días señorita Mayer- saluda una mujer.

⦁ Buen día. - la saludo yo también y la miro de forma inquisitiva.

⦁ Estoy aquí para ayudarla a instalarse y asistirla el día de hoy. – sonríe

⦁ Me parece bien, lo primero que necesitaré es que consigas un asistente para mí. – le indico mientras acomodo el ultimo libro en la repisa.

⦁ Lo haré señorita. - ella acepta. - Me informaron que le diga que a las 13:00 el señor la invita a almorzar para celebrar su incorporación

⦁ Dale la dirección a mi chofer- un almuerzo de integración me caería bien, para conocer un poco, es la primera vez que me integro de forma profesional a la empresa. Observo que aún sigue en la puerta esperando. - ¿Te molestaría terminar de ordenar aquí?

⦁ Lo que ordene señorita. – responde obediente y comienza, no es que tenga muchas cosas, pero me gusta hacer mío los espacio donde planeo estar.

Mientras la chica termina, me siento en un pequeño sofá que se ubica al lado de las ventanas, por donde puedo observar la ciudad, su movimiento. Las personas se ven pequeñitas desde aquí. Los arboles no tienen hojas, se ven secos y lastimados, el clima frio tampoco es su favorito.

⦁ ¿Cómo es tú nombre? - pregunto ya que lo había olvidado.

⦁ Mirian, señorita. – asiento de forma que vea que entendí.
Pocos minutos después todo se ve mejor, mas mío, Mirian volvió a su puesto y quedo en buscar mi propio asistente, seré sincera, me emociona tener uno, me hace sentir mas productiva jaja

Las horas pasan y mi primera reunión con los abogados de la otra empresa por la fusión se presentan. Luego de unas horas revisando cláusulas, ellos aceptan mis términos, y están de acuerdo que su lado no ha estado cumpliendo, ciertos malos entendidos por números de la producción. No fue nada complicado, pero ser meticulosos a la hora de redactar y acotar, hacen la diferencia.

Luego de las firmas, observo que ya son casi las 13:00 hs. Tomo mi bolso y me dirijo al ascensor donde al cruzar finalmente la puerta giratoria del vestíbulo, mi chofer me espera con la puerta abierta del auto, mientras camino hacia a él, mi teléfono suena y me hace sonreír cuando veo su nombre.

⦁ ¿Cómo le fue a mi brillante novia? - pregunta en tono simpático.

⦁ Me fue bien… si lo deseas cariño, pronto te podre mantener, así tu te quedas en casa con los niños.- bromeo a lo que el da una sonora carcajada de autentica gracia. Me gusta hacerlo reír, es tan fácil.

⦁ oh mi amor, te haré la cena y tendré a los niños bañados y acostados para cuando llegues. - sigue mi broma y ahora es él quién me causa gracia.

Él es tan simpático, tan diferente a ese hombre arrogante que intentó impresionarme de forma tan lamentable, es un pésimo conquistador cuando se lo propone… pero es tan persistente, que si no le pones una orden de restricción te enamoras de él.

⦁ ¿Cómo va todo por ahí? - pregunto.

⦁ Todo va bien, estaré pronto junto a ti, ya sabes… me necesitas- alardea recordándome el ligero momento de anoche. Mi cara torna un ligero color rosa, rosa intenso al recordar.

⦁ Mas vale que estés aquí o me buscare otro- él da una risa incomoda, pero continúa normal por unos minutos hasta que lo interrumpen y debe cortar. Lo que mas respeto de él, es que lo suyo debe ser solo de él, lo acepto, pero dentro mío yo no puedo pertenecerle a nadie mas que a mi. Soy mía, pero le soy leal.

Antes de entrar al encuentro con mi padre, me espejo en la vidriera del recibidor, me sigo viendo bien. Un mozo me guía mi mesa donde ya están todos esperando, mi padre se levanta y me recibe para luego presentarme con todo y mis títulos, poco le faltó sacar mi foto en un juicio falso de la primaria. Todos aparentemente muy conformes con mis acciones por mi primer trabajo y la forma en como lo arreglé, eso me alegró.

Mientras nos levantábamos para despedirnos y volver a nuestras respectivas actividades, una lluvia intensa e insensata se desata, a medida que me acerco a la puerta me pregunto como haré para no quedar completamente empapada.

Cuando mi turno de cruzar la puerta llega, veo a mi chofer esperar afuera.

En mi espacio de la puerta giratoria observo como alguien desde el otro lado se acerca para entrar, vestido de negro con una camisa blanca totalmente transparentada por la lluvia que lo empapó.
De su cabello dorado caían gotas, como si el sol se derritiese.
La puerta sigue girando, cuando en un instante antes de quedar fuera, él voltea a verme... sus labios ligeramente abiertos y sus ojos, como el mismo cielo, igual de tormentosos, me miran por unos segundos hasta que finalmente quedo fuera y el dentro… Tristán.

El agua helada de lluvia me hace despertar y camino al auto, donde cierro tras de mi y el auto avanza sin demora alejándome una vez más.

LAZOS ROTOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora