La verdad se asoma

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El mes de febrero siempre era amigable con el clima: seguía frío, pero el sol te acariciaba con su calidez cada alba, ayudando a sobrellevar las bajas temperaturas. Era un tibio miércoles por la mañana, la campana había sonado ya anunciando el tan esperado receso, evocando que todos los alumnos salieran tal marea a inundar los pasillos y patios de la amplia institución. Nuestro querido grupo de amigos ya se encontraba reunido, caminando y charlando en dirección a la cafetería para comprar sus almuerzos.

- Míralo, ahí va - le señaló Bea a Rosa para que también ubicara entre la multitud a quine sea que estuvieran observando. Desde el inicio del día habían estado mascullando entre risas y sonrojos la apariencia de aparentemente algún irresistible chico, como solía ser su costumbre.

- ¿A quién acosamos? - habló con gracia Crow, quien ya pedía una explicación por aquellas risillas y miradas que hacían desde el inicio del día.

- Al guapo de Edgar - la cara de confusión de todos fue la única respuesta que obtuvo la linda rubia - ¿No se han enterado? El código de vestimenta permite traer piercings ahora - 

- Y Edgar La Prime tiene los mejores perforaciones - aquel comentario ocasionó un grito fanático entre las chicas del grupo.

- ¿Edgar La Prime? - Sandman estaba bien familiarizado con aquel apellido, pues Piper La Prime era la dueña del café en el que trabajaba, más sin embargo, no sabía que aquella rubia era madre.

- Debe ser familiar de Colette.

- ¿Y dónde está él? - preguntó León por todos. Bea señaló con mesura la ubicación del chico en el que tenían puesto el ojo, haciendo que todos los ojos siguieran la dirección de su dedo y notaran, entre la fila de la cafetería, a un chico no más alto que León, con el cabello negro y lacio, piel tan blanca como el cuarzo, una vestimenta muy representativa de alguien gótico y emo, rosando en lo sensual, con unos múltiples aretes en ambas orejas, siendo uno conectado por medio de una cadenita al arito que tenía en el labio, unas cuantas perforaciones más en su ceja, nariz y labio, sin llegar a algo sobrenatural y excesivo, teniendo justo la cantidad como para lucir realmente bien. Indudablemente era atractivo.

- Joder, de verdad es guapo - se apresuró a decir Rico.

- No homo - rectificó Crow.

- Sí homo. Es un papucho - El comentario de León provocó una risa en el grupo, y unos celos en el corazón de un ojirrosado. 

- ¿Podrías hablarle? - le sugirió Rosa al castaño, con un terrible sonrojo en sus mejillas - Pedirle su número o su usuario de Brawltagram -

- Pues claro que puedo, primor - lleno de seguridad, caminó en dirección al gótico adonis, el grupo no le perdía el rastro, viendo cómo llegaba con el azabache, haciéndolo sonreír segundos después de su llegada, siendo constante esa sonrisa en sus perforados belfos, unas cuantas risas y diálogos intercambiados hasta que ambos sacaron sus teléfonos celulares e intercambiaron datos. Las chicas murieron en fanatismo al ver que ambos se envolvían en un abrazo y se despedían entre sonrisas. Lejos de estar celosas, amaban crear ships al rededor de León. El ojimiel volvió sonriente con su grupo de amigos.

- ¿Quieren su número? - anticipó los deseos de sus amigas, extendiéndoles en su celular la digitacion numérica del contacto "Asesino".

- ¿Por qué lo guardaste con ese nombre? - cuestionó Bea entre risas.

- Por su mirada que mata - el grupo gritó en una mezcla de fanatismo, gracia y vergüenza ajena.

El tema de Edgar parecía no querer abandonar la primera plana de las conversaciones, era bien sonado en todo el colegio que Edgar La Prime era el chico más guapo de toda la escuela, o al menos a los gustos de la mayoría de las chicas, quienes se derretian por un hombre serio, sensual, rudo y misterioso. León jamás entendió ese gusto.

El Chico De Mis Sueños [ Leondy ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora